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Hirving se despertó en la habitación de Guillermo a un lado de la camilla dónde este se encontraba, reviso con la mirada el cuarto sin encontrar al argentino, se levantó y camino fuera del cuarto donde estaba Leo dentro de la cocina con dos sandwiches en un plato sobre la barra.

—Pense que tardarías más en despertar, pero te puedo dar el otro sandwich.—bajo otro plato en donde puso el otro sandwich para entregarlo a Hirving.

—Gracias.—tomo el sándwich y le dió una mordida.—Pensé que ya te habrías ido.

—Ese era el plan, pero el vuelo más temprano para París sale a las 11:00 así que creo que me quedaré un poco más.—se giro tomando una caja de leche para servir en dos vasos y darle uno a Hirving.

—Bueno, quizás puedas acompañarme a comprar los medicamentos para Memo.—tomo el vaso y tomó un poco del líquido.

—Ya lo hize.—tomo la bolsa llena de medicamentos y la puso encima de la barra.—Me levanté bastante temprano, no pude dormir y pensé que podría ir a comprar el medicamento para empezar a suministrárselos.

—Ah, bueno, gracias.—Hirving estaba sorprendido por la acción de Leo, pero le agradaba el como se preocupaba por Guillermo, siguió comiendo hasta que escucho como aceleraban los pitidos del monitor de signos vitales Hirving se apresuró a ir a la habitación mientras que Leo recogía los trastes de la barra dejándolos en el fregadero e ir a la habitación.

—Hirving estaba sorprendido por la acción de Leo, pero le agradaba el como se preocupaba por Guillermo, siguió comiendo hasta que escucho como aceleraban los pitidos del monitor de signos vitales Hirving se apresuró a ir a la habitación mientras q...

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—¡Memo, despertaste!—hablo alegre Hirving al entrar a la habitación y ver a su amigo con signos vitales normales y sus ojos abiertos de par en par, corrió a sentarse en la silla que había a un lado de la cama.

—Hirving...—su voz era débil, movió su mano buscando la del chico más joven mientras sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas.

—No hables, no hagas esfuerzos.—tomo la mano de Guillermo tratando de calmarlo, no quería que se alterará y eso resultará peor para el estado de salud en el que se encontraba.

—Dime que no está Saúl aquí...—de sus ojos seguían saliendo lágrimas sin cesar mientras apretaba la mano de su amigo y sus signos vitales iban cada vez más rápidos.

—No, tranquilo, el no está aquí.—una vez escucho eso comenzó a calmarse y tratar de parar su llanto, en ese momento entro Leo a la habitación para ver a Guillermo.

—¡Hey, Guillermo! Me alegra que despertarás.—camino hasta la cama donde estaba el mexicano y tomó su mano.—estaba preocupado por ti y...

—Vete de mi habitación.—Guillermo separo rápidamente su mano de la de el y desvío tanto su rostro como su mirada a otro lado evitando el contacto visual con el argentino.

—Pero yo...—una vez más trato de tomar la mano de Guillermo pero este otra vez la quito sin siquiera verlo a la cara.

—¡Dije que te vayas!—La manera en que actuaba Guillermo y en como le hablaba le dolía a Leo, sentía un peso y dolor en el pecho, volteo a ver a Hirving quien tampoco entendía lo que pasaba pero solo le dijo entre labios "Sal un momento" y este le hizo caso, salió de la habitación con el corazón roto por el como lo había tratado Guillermo, no sabía que había hecho mal para que el lo tratará de esa forma y eso le hacía sentirse peor.

—¿Porqué lo trataste así? No te a hecho nada malo.

—Por eso mismo lo corrí, no me a hecho nada malo hasta este momento, y no permitiré que me haga nada malo, ya no quiero tener que lidiar con más personas que solo se aprovechan de mi.

Toda esa conversación la logro escuchar Leo, pues todavía no se había ido de la puerta, quería decirle que el no le haría nada malo, pero creía entender perfectamente lo que Guillermo sentía, después de todo lo que había pasado el ya no quería pasar por más, y si lo pensaba bien, Guillermo necesitaba tiempo para asimilar las cosas, así que por más que le doliera tenia que respetar esa decisión de Guillermo, quería quedarse y demostrarle que no lo dejaría solo, pero tenía que ir a París, así que hablaría con Guillermo antes de irse, acababa de despertar cuando le dijo eso, quizás necesitaba un momento para pensar bien en todo y se lo daría, volvería a hablar con el dentro de una hora.
Se fue a su cuarto para hacer la maleta que llevaría, aunque sería solo una mochila con una muda de ropa y cosas personales como el pasaporte, tarjetas de crédito, identificacion, etc, no tardó mucho en terminar de acomodar sus cosas y cuando salió vio a Hirving en la sala junto a los medicamentos y la receta médica tratando de adivinar que medicamento tendría que poner primero.

—El Salbutamol es para la respiración, ese lo tienes que poner en el nebulizador, es cada 10 horas y también cada que le haga falta la respiración, lexapro, 1 tableta cada que tenga ataques de ansiedad, pánico, etc, puedes combinarlo con el salbutamol, la morfina son las inyecciones, son 2 veces a la semana y por último las pastillas del sueño, esas solo son en la noche y solo si no puede dormir.—Comenzo a acomodar los medicamentos en la barra mientras explicaba.

—¿Te aprendiste la receta médica?

—Si, pensé en que quizás fuera necesario.

—Bueno, gracias, la verdad nunca fui muy bueno para aprenderme cosas de memoria, veo que tú si.—le sonrió y tomó los medicamentos mientras escribía en una hoja el medicamento y la hora en que serian suministrados para llevar el control de estos.

—No te preocupes, lo hago por Guillermo.

Hirving tomo los medicamentos y los llevo a la habitación para poder dárselo al mexicano.

Hirving tomo los medicamentos y los llevo a la habitación para poder dárselo al mexicano

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𝘔𝘦𝘯𝘵𝘪𝘳𝘢𝘴 𝘗𝘪𝘢𝘥𝘰𝘴𝘢𝘴 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora