Guillermo Ochoa y Saúl "Canelo" Álvarez, la pareja perfecta, hombres guapos, famosos y adinerados ¿Que podría estar mal en su relación?
Quizás el que Saúl no ama a Guillermo, o que Guillermo tiene a un amante.
Muchas cosas están mal en su relación...
Lionel recién despertaba, se había percatado de que no estaba en la sala, lugar dónde originalmente había quedado dormido, se encontraba en la cama matrimonial mirando hacia el techo, volteo a ver a su lado derecho intentando encontrar al guardameta, pero el no estaba ahí, por un momento se había decepcionado sobre eso, hasta que vio la maleta de este, soltó una ligera sonrisa y se levantó de la cama para salir a la sala principal donde estaba la cocina encontrando ahí al mayor quien estaba cocinando el desayuno. Leo entro a la cocina y se acercó a Guillermo para ver qué preparaba, el mayor dió un pequeño salto al sentir la barba del menor cerca de su rostro.
—¡Leo! ¡Avisa que ya estás despierto, casi me matas de un infarto!—toco su pecho con la mano y dió la vuelta para poder voltear el hot cake que estaba en la sartén.
—Yo que culpa tengo que vos estés tan viejo.—se puso contra la barra observando como Guillermo tomaba más mezcla con una cuchara y dejaba caer en la sartén esa porción de mezcla.
—¿Me estás llamando viejo?—se puso frente al menor, este movió su cabeza de arriba abajo como respuesta, el mayor soltó un suspiro y se regresó a hacer lo que estaba haciendo anteriormente.
—Oye, no quiero sonar... ¿Exigente? Pero te recuerdo que no consumo nada de origen animal que no sean lácteos.
—Lo sé.—saco el hot cake y volvió a verter un poco más de mezcla.
—Y que la mezcla de el hot cakes llevan huevos...
—Tranquilo, no les puse huevo.
—¿Enserio?—guillermo movió su cabeza diciendo "si" con esta mientras tomaba de la cintura a Lionel y lo cargaba para sentarlo sobre la barra.
Tomó uno de los panqueques y lo corto a la mitad con las manos, puso una de las mitades cerca de la boca del menor y este le dió una mordida, así estuvieron durante un rato, quizás después se unos 3 o 4 panqueques, hasta que de alguna u otra manera Guillermo y Lionel comenzaron a comerse a besos.
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Ambos tenían el torso desnudo, besándose ahí en la barra y sus playeras tiradas en el piso, Lionel bajo su rostro hasta el cuello de Guillermo para besarlo dónde a su vez iba dejando algunas marcas hasta que de momento el menor se separó.
—Espera, aún estamos en la cocina.—estaba desenredando sus brazos del cuello del mayor para poder bajarse de la barra cuando esté lo detuvo.
—No es necesario.—tomo los brazos de leo y los acomodo sobre su cuello mientras que sus manos las posaba sobre los glúteos del menor cargandolo en esa misma posición, lo llevo hasta la habitación donde volvió a besarlo.
Lo acomodo en la cama por la parte que quedaba sobre la pared, dejando sentado a Leo, y sin dejar de besarlo, puso sus manos en el pecho desnudo del menor dejando la yema de sus dedos fríos tocando los pezones del futbolista y con estas mismas las acaricio lentamente provocando que el menor soltará un gemido, el mayor soltó una risita al ver el rostro contrario sonrojada por la acción que recién había hecho, se acercó a los pezones del menor y poso su lengua sobre estos comenzando a lamer de forma suave, esto provocaba más placer en el más pequeño quien sacaba más y más gemidos, Guillermo en un punto se percató que el menor le tenía arañando la espalda, pero el estaba más concentrado escuchando como gemía para el.
—Ah...~ G-guille...~—guillermo había escuchado a Lionel gemir su nombre, esto le causó un cosquilleo, le gustó, le gustó cómo se escuchaba su nombre en los gemidos de Lionel.
Dejo de lamer el pezón dejando un poco adolorido la zona, y cuando volteo a ver a Lionel el rostro de este estaba demasiado rojo, se acercó a besarlo en los labios cuando sintió como tomaron su mano llevándolo hasta la entrepierna de Leo, donde había un gran bulto, no se sorprendió para nada, el también estaba excitado y con el mismo problema que el menor, se alejo del rostro contrario para poder bajar bien el short de este dejando solo su boxer y ahí mismo posicionó la palma de su mano y frotó lentamente provocando más al menor quien sacaba pequeñas lágrimas de sus ojos debido al dolor que le provocaba la erección que se hacía cada vez más grande.
Lionel observó la mirada del otro, era una mirada relajada con una sonrisa picara en su rostro, Lionel entendió rápidamente lo que esa mirada quería decirle y no se quejaba, le gustaba cuando actuaba de esa manera dominante, tomo de la mejilla a Guillermo y se acerco a la oreja de este.
—¿Podrías ayudarme con este problema, papi?—había tomado la mano de Guillermo metiéndose por debajo de su boxer dejando sentir a detalle su pene erecto. Las mejillas de Guillermo ardían con un tono rojizo al escuchar como le había llamado Leo, sonrió un poco y respondió "lo que tú pidas, pequeño".
Tomó a Lionel acomodándolo en 4, dejando su abertura al descubierto dónde metió un dedo buscando aquel punto en específico, paseo su dedo mientras acariciaba la zona cuando de momento escucho un gemido repentino de Leo, suave pero placentero, lo había encontrado, metió otro dedo y volvió a presionar la zona anterior cuando volvió a escuchar otro gemido del menor, ahí posicionó sus dedos y comenzó a frotar suavemente, Lionel gemía de manera fuerte y desesperada, y con sus manos apretaba las sábanas, sentía demasiado placer, tanto que no tardó en correrse, en ese momento Guillermo saco sus dedos de la cavidad del menor y este se volteo acostándose boca arriba mientras jadeaba tratando de recuperar el aire cuando sintió a Guillermo acercándose para besarlo.
—¿Que te parece otra ronda?—hablo Guillermo quien se había reincorporado a su posición de rodillas, Lionel en respuesta lo miro con una sonrisa y abrió sus piernas de par en par.
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