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Bajaba del avión que recientemente acababa de llegar a México. Estaba enfocado en la pelea al igual que se sentía bastante seguro de ganarla. Había entrenado todo el mes para este evento importante y no dejaría que nada se lo echará a perder, ni Ryder, ni Guillermo.

Llegó al departamento donde se hospedó, acomodo sus cosas y se acostó en la cama matrimonial que le proporcionaba aquel lugar. Descanso un poco del viaje que había sido bastante largo, durante los días anteriores no había hablado con su Guillermo y en cambio solo había tenido diversas discusiones por el hecho de que no le acompañaría a México, pero aún así no le interesaba si ya no le había acompañado, ni el hecho de tener que deshacerse de él, solo le importaba ganar.

Aún faltaban algunos días para su pelea pero ya estaba bastante preparado, seguía aprovechando el tiempo para seguir entrenando lo más que podía, necesitaba estar tan preparado como fuera posible.

Terminaba su rutina de entrenamiento de la mañana, regreso a su departamento para tomar un baño y después salir a buscar un buen lugar donde desayunar. Mientras buscaba sus cosas para poder meterse a bañar escucho como sonó el timbre, le llamo la atención pues no esperaba a nadie en ese momento. Abrió la puerta para ver quién era, detrás de esta dos par de policías frente a su departamento.

—¿Saúl Álvarez?—pregunto uno de ellos quienes sostenía un carpeta en sus manos.

—Si, soy yo.

—Queda detenido por los delitos de violencia intrafamiliar, secuestro, posesión de armas ilegalmente, falsificación de documentos y aún mas delitos.— cerro la carpeta e hizo señas indicando a quien tenía a un lado que podía arrestarlo, quien a su vez hizo caso.— Tiene derecho a guardar silencio, cualquier cosa que diga será usada en su contra, si no puede conseguir un abogado el gobierno se lo proporcionará.— decia el hombre mientras que su compañero batallaba con Saúl quien negaba a ser arrestado de forma agresiva.

—Esta confundido, yo no he hecho nada.— protestó tratando de quitarse de encima al otro oficial de policía.

—Sera mejor que no ponga resistencia, eso solo le hace ver más culpable.

Saúl se detuvo molesto sin decir nada más, prefería no tener problemas, pues lo que le importaba en ese momento era demostrar su inocencia aún cuando fuera bajo mentiras.

ೖ୭

Salía de sus entrenamientos mientras se despedía de sus compañeros de equipo, el día anterior había sido bastante tranquilo sin tener el pendiente de alguien que lo esperara en casa, se sentía aliviado.

Mientras caminaba en dirección a su carro vio a una persona vendiendo flores de amapolas de diferentes colores. De alguna manera le hizo acordarse de Lio, y de que no había vuelto a hablar con él desde ese día en la estación de policía. Se acercó despacio a dónde estaba la persona vendiendo las flores, eran bastante lindas y de colores llamativos. Pidió un pequeño ramo de amapolas rojas acompañadas de unas flores de lavandas que daban a relucir las flores rojas.

Subió al auto acomodando cuidadosamente el pequeño ramo en el asiento del copiloto, quería evitar que llegase a maltratarse. Su plan era ir a ver a Leo para entregarle las flores, cosa que había salido más como un impulso, y a la vez una excusa para ir a verlo.

Lionel salía del baño rodeando una toalla por su cintura mientras tomaba otra con la cuál secaba su torso y cabello. Entro al cuarto para vestirse cuando escucho como sonaba el timbre del apartamento. No le pareció extraño, ya que había estado hablando con Cristiano días antes sobre volver a verse, pues el padre de Leo no dejaba de preguntar sobre ambos.

Salió a abrir la puerta sin terminar de cambiarse, solo con un boxer puesto y una playera por encima.

—Pensé que llegarías más tarde.— hablo mientras abría la puerta dejando ver a un mexicano en uniforme deportivo con un pequeño ramo de flores en su mano. —¿Guillermo?

—Lamento llegar sin previó aviso, quería invitarte a salir. ¿Esperás a alguien?

Lionel no sabía que contestar, estaba esperando a Cristiano pero no quería perder la oportunidad de salir con el mexicano.

—¿Llegó en mal momento?— preguntó un hombre más alto que el mexicano, con acento portugués que acababa de acercarse.

Observó la escena de ambos hombres, podía comprender lo que sucedía, aún más al ver el ramo de flores de amapolas, las favoritas de Lionel.

—¿Ya regresaste con él?— el portugués se dirigió hacía Lionel.

—No, eso no…— calló un momento viendo a Guillermo quien estaba confundido ante la situación.— Guillermo, me hubiera encantado salir con vos pero ya tenía compromiso con Cristiano, quizás podamos salir mañana.

Guillermo comprendió la situación y solo le entrego las flores mientras Lionel le daba las gracias por ellas comentando que eran sus favoritas. Termino yéndose para no molestar más al portugués quien estaba ahí. A decir verdad a quien más le provocaba molestia era a Guillermo, saber que el argentino había preferido quedarse con él en vez de salir juntos, le provocaba celos.

—¿Así de fácil regresaron? Seguro solo te dijo "te quiero" y ya estas otra vez con él.

Hablaba mientras que Leo terminaba de cambiarse en su habitación.

—Ya te dije que no regrese con él. Mejor dime, ¿Qué te a dicho mi padre?— se sentó en el sillón frente a Cristiano.

—Pregunto por ti, y cuando iremos a verlos.— ambos callaron un momento mientras Leo le miraba.— ¿Vamos a continuar con esta farsa o vas a hacer que términos de mentira?

—Lo mejor es fingir que terminamos.—comentó mientras se levantaba del sillón para servir un poco de agua.— Y aunque no le guste a mi padre, es mi decisión si quiero salir con alguien más.

Cristiano le miro molesto ante el comentario, mientras que el menor se acercaba para entregarle el vaso con agua.

—¿Tu idea es formar una relación con Guillermo? ¿Después de lo que te dijo?De como te hizo sentir.— dejo el vaso a un lado de él mientras se levantaba para ver directamente a Leo.

—Tú no lo conoces, no sabes el porque me dijo eso, en cambio yo, se que no lo dijo de mala manera, además, ya se disculpo por ello.

—Leo… entiende que me preocupo por ti.— se acercó a él tomándole de los hombros mientras que Leo solo posaba sus manos en las muñecas del mayor. —No quiero que te hagan daño y que termines lastimado.

Le miro confuso ante la repentina acción y sus palabras, pero le parecía lindo el como se preocupaba por él, aún después de que el también le hubiera hecho sentir un asco en su momento.

—Te lo agradezco, pero soy un adulto que puede tomar decisiones propias.— quitó las manos del mayor de sus hombros retrocediendo un poco.—Yo hablaré con mi padre mañana, gracias por todo.

Se despidió del menor y se retiró dejando solo al argentino. A decir verdad, se preocupaba bastante por Lionel, no quería que alguien más le lastimara, no de la misma forma que él lo hizo. Pero Leo era feliz con Guillermo y era lo que él quería, que fuera feliz.

⊰✩⊱

Ora si, ya terminé el capítulo 68, pero ahora dormiré porque me duele la cabeza...

𝘔𝘦𝘯𝘵𝘪𝘳𝘢𝘴 𝘗𝘪𝘢𝘥𝘰𝘴𝘢𝘴 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora