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Los dos chicos bajaron del coche del mexicano, el mayor se dirigió a la parte de atrás, el plan sería fácil, Messi entraría por la parte de atrás, ya que era más pequeño y delgado para entrar por la ventana y Lozano distraería a Saúl hasta que porfin pudieran irse de esa casa.
Hirving tocó el timbre una vez que Leo logró pasar a la parte de atrás sin ningún problema, no tardó mucho para que le abrieran la puerta.
A Saúl le sorprendió el ver al menor en su puerta, pero no le molestó en nada, incluso le parecía interesante.

-¡Hirving! Que gusto verte, entra-dijo con una sonrisa abriendo la puerta para dejar entrar al menor, cosa que hizo.

-Vine solo para saber un poco de mi hermano, ya sabes, dónde está, cómo está y eso, ya que no he podido comunicarme con el, pense en preguntarte a ti.-se sentó en la sala y junto a el Saúl quien había salido de la cocina con dos vasos de whisky, le entrego uno a Hirving y el otro se lo quedó el.

-¿Seguro que es a eso a lo que viniste?-se acercó a Hirving quedando encima de el mientras quitaba su vaso y los dejaba en el buró de alado.

-¿De que hablas?-hablo nervioso al sentir la mano de Saúl por debajo de su playera.

-No te hagas, siempre tuvimos una conexión ¿No lo crees?

Hirving tomo la mano del mayor y estaba apunto de protestar por la acción de aquel cuando escucho un fuerte golpe en la piso de arriba que llamo la atención de Saúl.

-Tienes razón, siempre tuvimos una conexión especial.-tomo de las mejillas al contrario y lo beso distrayéndolo del ruido que provenía de arriba.

Leo logró subir hasta la ventana del segundo piso por la parte exterior de la casa, entro por esa ventana, aunque no se dió cuenta de lo que había pasando la ventana y cuando entro tropezó con un mueble de madera tirando algunos libros provocando ...

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Leo logró subir hasta la ventana del segundo piso por la parte exterior de la casa, entro por esa ventana, aunque no se dió cuenta de lo que había pasando la ventana y cuando entro tropezó con un mueble de madera tirando algunos libros provocando un ruido fuerte.

-Mierda...-toco su cabeza con su mano, le dolía pero no era muy fuerte el dolor, recogió los libros y los acomodo en su lugar para después caminar hasta las escaleras dónde no vio a nadie subir por estás, eso le tranquilizó, y continuo con el plan, camino por el pasillo contrario de donde habia entrado.
Encontró 3 puertas y las abrió una por una, la primera era una habitación, pero no había nadie, la habitación estaba vacía aparte de tener las cosas básicas como la cama, ropero y muebles de madera, supuso que sería la habitación de invitados, la segunda puerta daba a un baño y finalmente la tercera puerta, trato de abrir la puerta pero tenía seguro, con ese pequeño detalle podía asegurar que era la habitación donde se encontraba Guillermo, rápidamente regreso a la habitación de enfrente para buscar a algún objeto con el cual romper la perilla, pero fue inútil, no había nada, camino hasta la habitación anterior a esta y entro en ella, tenía varias cosas, el ropero lleno de ropa, cajones con cosas personales como lo eran relojes, lentes, etc, buros llenos de productos de belleza, desodorantes, gel, algunas ligas para el cabello, perfumes y más cosas, era la habitación personal, trato de concentrarse en buscar el objeto con el cual rompería la perilla, pero hubieron dos cosas que le llamaron la atención, la primera, una playera de el, estaba en uno de los ganchos, era la playera que había quedado en la maleta de Guillermo aquella vez que pasaron la noche juntos en Qatar, y la segunda, una foto tamaño pequeño enmarcada, era la foto de Guillermo y Saúl el día de su boda, los dos vestidos de traje blanco mientras se besaban, la tomo en manos y la miro un rato largo.

-Si tan solo te hubiera conocido antes que el... Yo sería quien estuviese en esa foto.-dejo la foto en su lugar, no tenia tiempo de ponerse a ver todas las cosas que había en esa habitación, no servia de nada el pensar en todo lo que hubiera sucedido, no podía cambiar el pasado, pero si podía cambiar el futuro, y para hacerlo tenía que apurarse en sacar a Guillermo de ahí.
Para su buena suerte encontró un martillo en uno de los cajones del ropero, lo tomo y corrió a la habitación que tenía seguro y empezó a golpear, estaba preocupado por el sonido que producía al golpear la perilla pero confiaba en que Hirving distraería a Saúl.

-¿Porque tardas tanto?-hablo el menor quien acababa de subir corriendo al piso de arriba.

-No es tan sencillo romper una perilla y menos está, no se de qué material este echa.-seguia golpeando con el martillo la cerradura.

-¿Hay otro martillo?

-Creo que si, en la habitación principal.-contesto y el contrario corrió a la habitación que le habían dicho para después regresar con una pequeña hacha.

-hazte a un lado.-volvio a hablar y con eso Leo se quito del paso.

-¿Donde encontraste eso?

-Resulta que el loco de Saúl tiene un cuarto secreto dentro de la habitación principal, y se que es de el porque tiene demasiadas cosas raras, cosas que ni en cien años Memo las compraría, aunque tuviera curiosidad.-se puso en posición y empezó a golpear la puerta con el arma.

-¿Y Saúl?

-Queria subir, pero logré tirarlo de las escaleras, no sangro asi que solo tenemos unos cuantos minutos de ventaja.-volvio a golpear la puerta logrando una abertura lo suficientemente grande para dejarlos pasar.

La habitación era demasiado oscura pero con la luz del pasillo se podía ver a la perfección lo que sucedía dentro de la habitación y a decir verdad, la escena que se presentaba era horrible, Guillermo tirado en el piso, tenía sus muñecas rojas y lastimada por culpa de la soga que había estado anteriormente atada a estás, pequeños charcos de sangre tanto alado como debajo de el, su cabello estaba maltratado y sucio al igual que su rostro y cuerpo.
Hirving y Leo se acercaron para levantarlo, parecía que estaba dormido pero por más que lo intentarán, Guillermo no reaccionaba y Leo comenzaba a desesperarse por ello.

 Hirving y Leo se acercaron para levantarlo, parecía que estaba dormido pero por más que lo intentarán, Guillermo no reaccionaba y Leo comenzaba a desesperarse por ello

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𝘔𝘦𝘯𝘵𝘪𝘳𝘢𝘴 𝘗𝘪𝘢𝘥𝘰𝘴𝘢𝘴 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora