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Lionel se encontraba en un bar en la ciudad de Moscú junto a sus compañeros, tomábamos unas cervezas mientras hablaban del mundial y los partidos seleccionados que tenían cuando en algún momento Di María tomó palabra hablando sobre uno de los jugadores de la selección mexicana.

-¿Alguno de ustedes a visto al portero de México?

-Es el tal... ¿Guillermo Ochoa? Creo que ese era su nombre.-Tomo la palabra Rodrigo quien servía whisky en un Glencairn.

-¡Si, el mismo! Esta guapo el pibe y es muy buen portero a decir verdad.

-¿Mejor que yo? Eso lo dudo.-exclamó Dibu ante ese comentario, se negaba a quedar en segundo lugar y mucho menos con un mexicano.

-Yo nunca dije que fuera mejor que vos, pero quizás podría superarte.-esto último lo dijo en voz baja tratando de que no lo escuchase su compañero pero aun así alcanzo a escuchar el comentario, en respuesta este tomo el vaso de cerveza y le tiro el líquido encima mientras Di María reía ante la reacción de Dibu.

-Por dios ¿podrían comportarse? Estamos en un lugar publico.-exclamó Paulo al otro extremo de la mesa.

-Como sea, ¿Creen que pueda ligarme a Guillermo? Seria divertido andar con un mexicano.-Lionel solo escuchaba la conversación sin ningún tipo de interés, le importaba poco ese portero, de echo, no le interesaba en nada.

-¿Pero que el no es casado?-volvió a hablar Rodrigo.

-¿Eso importa?

Esa respuesta de Di María causó revuelo entre los futbolistas, algunos decían que claramente era mejor ser el amante al esposo, otros hacían bromas sobre la situación y unos cuantos lo regañaban por lo que había dicho, Messi no dijo nada, se quedó ahí sentado bebiendo su cerveza mientras escuchaba como sus compañeros hablaban y hablaban.

De repente vio una figura alta que paso por entre medio de la multitud en el bar, hubo algo que le llamó la atención a Lionel de este, pero era difícil perderlo de vista, era muy fácil ubicarlo con su piel morena, sus rizos y esa altura, de un momento lo reconoció, era el portero de México, rápidamente volteo a ver a Di María quien estaba a su lado.

-¿Como dijiste que se llamaba el portero mexicano?

-Guillermo Ochoa ¿Porqué? ¿Lo viste? ¿Donde está?-preguntaba entusiasmado mientras volteaba a los lados buscándolo con la mirada.

-No, solo se me olvido su nombre por eso pregunte.-volvió a voltear hacia el otro lado identificando rápidamente al mexicano, parecía que iba con sus compañeros de equipo pero eran muy pocos como para ser el equipo entero, solo logro identificar a unos de ellos, Hirving, Henry, Kevin y Cesar, a los demás no lograba reconocerlos por la posición en la que estaban, pero solo eran unas 7 personas, lo observo durante un buen rato, el como bebía, hablaba y sus sonrisas a la distancia que era como un rayo de sol, de momento comenzó a sonar una canción; into you, Guillermo se levantó de la mesa en la que se encontraba junto con Kevin e Hirving y bailaron, bailaron durante unos minutos, en todo ese rato Leo miró fijamente al de rizos sin siquiera darse cuenta perdió noción del tiempo tanto que ni recordaba que estaba en reunión con sus amigos.

-¡Hey Leo! ¡Reacciona!-esas palabras por parte de Julian lo hicieron reaccionar.

-¿Paso algo?-Volteo a ver a Julian confuso.

-Te estamos hablando desde hace rato ¿Puedes ir por más cervezas?

-Claro, solo me hablas para eso ¿no?-Se levanto del asiento.-¿Solo cerveza?

-Si, solo eso.

-Bien.-Camino hasta la barra de licores y pidió la cantidad de cervezas para sus compañeros, mientras explicaba la mesa en la que quería que fueran a dejar los tarrones sintió como alguien se arrimo por detrás aplastandolo contra la barra.-¡Hey! ¿Vos que te piensas?-dijo enojado, pero cuando volteo a ver a quien estaba detrás de él no protesto más.

-¡Lo siento! No te vi.-era Guillermo ochoa, este retrocedió un poco y se hizo a un lado.

-Se que soy enano pero tampoco es para tanto.-esto hizo que Ochoa soltara una ligera risa mostrando sus dientes.
Lionel se dio cuenta que no estaba equivocado, su sonrisa era como un rayo de luz.

-Que gran sentido del humor tienes, eres Lionel Messi ¿No?

-Si, así es, tu eres Guillermo Ochoa.

-Es un gusto conocerte, lamento tanto lo que pasó hace un momento ¿Quieres algo? Yo invito.-no borraba su sonrisa del rostro y esto provocaba que el corazón del menor latiera más rápido de lo normal.

-Yo...-por un momento penso en decirle que tenia que regresar con sus compañeros pero volteo a ver a su mesa, eran demasiado brutos y conocer a alguien no se escuchaba como una mala idea.-Acepto la invitación con gusto.

-¡Genial!-Se volteo llamando al barista con señas.-Me traes una margarita y...-Volteo a ver a Messi.

-Un cosmopolitan porfavor.

-Enseguida.-dijo el barista y se dio la vuelta para preparar las bebidas.

Guillermo y Lionel se quedaron hablando mientras esperaban las bebidas y después más, y más tiempo, hablaron sobre su trabajo, pasatiempos y algunos gustos que tenían a Lionel le gustaba como se expresaba el mayor y el no queria que eso terminará, cuando menos de dio cuenta una sonrisa involuntaria salió de sus labios, Guillermo se quedó mirándolo un rato hasta que poso su dedo pulgar en el labio inferior contrario.

-Que linda sonrisa, deberías hacerlo todo el tiempo.

-Si... eso me dicen todo el tiempo.-Lionel dejo que Guillermo acariciaba su labio con el pulgar, era extraño, definitivamente ya ubiera quitado aquella mano mandandola lejos de su rostro, pero no lo haría, de alguna manera le gustaba que fuera por parte de Ochoa.

-¿Tienes novio?

-Eh, no, hace poco termine con...-en ese momento Guillermo lo interrumpió.

-Cristiano, supe que andabas con el.

-Si, la verdad es que no funcionó así que quedamos como amigos.

-¿Entonces no hay problema si te beso?-poso su mano sobre la cintura del menor y apego su pequeño cuerpo contra el de el, Lionel no respondió nada por un momento, se quedó pensando en Di María y lo que había dicho hace unas horas, pero el no se enteraría, nunca sabría que se había besado al chico que le gustaba y solo respondió un "No, no hay ningún problema" para después sentir sus labios ser presionados por los labios del contrario en un beso suave y lento, aquella noche, con tan solo unas horas de haber conocido al portero mexicano y haberlo besado, Lionel se dio cuenta que no solo fue un encuentro de una noche, porque definitivamente estaba enamorado, pero Guillermo era casado y sus oportunidades eran escasas o quizás nulas pero... no podían ser nulas ya que si era casado ¿Porque le había pedido un beso aquella noche?

...

Esa fue su duda desde aquella noche en el bar de Moscú, Rusia.

𝘔𝘦𝘯𝘵𝘪𝘳𝘢𝘴 𝘗𝘪𝘢𝘥𝘰𝘴𝘢𝘴 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora