𝘔𝘦𝘯𝘵𝘪𝘳𝘢𝘴 𝘗𝘪𝘢𝘥𝘰𝘴𝘢𝘴

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Pasaron unos meses desde el encuentro en París, la relación de Guillermo y Saúl iba de mal en peor y el mayor a veces no llegaba a dormir por hacer viajes para poder ver a Lionel, y Saúl simplemente se enojaba por todo y había veces que no le dirigía la palabra a Guillermo, pero eso pronto terminaría, hacía unos cuantos días, Guillermo había consultado con un abogado para informarse hacerca del divorcio, no le había comentado nada a Saúl sobre su decisión, sería lo mejor, ya sabía el trámite y lo que podía llegar a suceder si Saúl no quería firmar el documento, el ya no quería esperar más tiempo, estaba dispuesto a dejarle cualquier cosa, dinero, carros, incluso las casas con tal de separarse de él.
Ya había solicitado el documento y el abogado que lo atendía le había dicho que no tardaría mucho, unos cuantos días, pero no pasaría de 1 semana, se sentía un poco libre de tan solo saber la decisión que había tomado, quizás todavía no estaba divorciado, pero ya era un gran paso el que había tomado.

Ese día acababa de salir de la oficina del abogado, le había confirmado que tendría el documento listo en 3 días más, se sentía feliz, cada vez más estaba más cerca de su separación con Saúl, tomo su celular y le marco a Leo, ese argentino que había robado su corazón, este le contesto muy alegre como siempre y aunque estaba ocupado lo atendió sin ningún problema, hablaron solo para lo que Guillermo había marcado, saber si podía ir a verlo, Lionel contesto muy amable diciéndole que si y con eso Guillermo pudo ir a buscar su maleta a la casa para después llegar al aeropuerto donde tomaría el avión.
Le pareció curioso que cuando llegó a su casa, su esposo no estaba en esta, pero también era un alivio, así no tendría que dar explicaciones de la maleta y a dónde iría.

Saúl había visto como su esposo salió desde temprano de la casa, nisiquiera le dió un buenos días y eso le molestaba, el tampoco le había dirigido la palabra a Guillermo, porque el no tenía que ser el primero en pedir perdón, tenía que ser Guillermo, aunque no fuera el culpable, no le tomaría importancia esta vez, después de todo Guillermo terminaba disculpándose al día siguiente y se negaba a disculparse antes que el mayor.
Estaba vagando en sus pensamientos hasta que el sonido de la notificación de un mensaje le llegó, tomo el celular y observó el mensaje.

"Neymar: Acabo de llegar. ¿Dónde nos vemos?"

Desbloqueo la pantalla y estaba apunto de contestar, normalmente le diría que en la casa, pero por los problemas que tenía con su esposo era mejor no verse ahí, contesto el mensaje con un "en el hotel de la última vez" y apagó el celular guardandolo en la bolsa trasera del pantalón, tomó las llaves del carro y salió en dirección a aquel hotel donde acaba de citar al brasileño.

Después de un rato de manejar llegó al hotel, pidió la habitación de siempre y como era de esperar, entro y ahí estaba el, el futbolista que era tan solo 1 año menor que el, sentado en la orilla de la cama, saco su celular del bolso trasero del pantalón y lo apagó, para después dejarlo en la mesita de noche.

-Tan puntual como siempre.-se acercó al chico y tomó sus mejillas para acercar su rostro al suyo y darle un beso en los labios.

-Cuando se trata de ti sabes que me tienes a tus pies.-rodeo la cintura de Saúl con sus brazos dejando que este le besara.

-Por eso me gustas tanto, Ney.-volvio a besarlo mientras se colocaba encima del menor sentándose en su regazo.

-¿Porqué?-se separó un poco del mayor para poder hacerle la pregunta.

-¿Mhg?

-¿Porqué no dejas a Guillermo de una buena vez? Llevamos más de cuatro años escondiendonos, y tú estarías mejor conmigo a cómo estás con el.

-No salgas con ese tema, lo hemos hablado precisamente desde hace más de cuatro años, no lo voy a dejar.-se bajo de encima de este y se recargo sobre la pared.

-Nisiquiera lo amas, si no, ¿porque estás aquí y no con el?-se levantó acercándose a Saúl.

-¿Qué importa si lo amo o no? No me voy a separar de el, jure estar con el hasta la muerte.

-Tambien le juraste fidelidad y lealtad, y mira dónde estás.

-¿Porque no dejamos de hablar sobre el? Me aburre tener que convivir con el todos los días y cuando no está todavía tengo hablar sobre el.-sento al menor en la cama y se colocó encima de el para besarlo mientras desabrochaba la camisa de este.