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Se levantó de la cama tras escuchar su alarma sonar. Cómo de costumbre, la primera acción que hizo fue mirar su teléfono. Tenía un mensaje con el número de la agente que le había atendido el día anterior en la alcaldía, en este; contando que ya tenían detenido a Saúl en la ciudad de Guadalajara. También le mencionaban que ya lo habían interrogado y, pronto lo trasladarian hasta Italia para empezar las investigaciones y junto a este, el juicio.

Estaba un poco nervioso, recién el día anterior había consultado con su abogado para llevar a cabo el caso. Ya habían empezado las investigaciones por su parte junto con las pruebas que ya había entregado al abogado.

Por más que se sintiera nervioso, tenia mayor seguridad, sabía que si ganaba no solo haría que Saúl pagará por sus crímenes, si no, también que le diera el divorcio automático y eso, le hacía sentirse aliviado.

Esa misma tarde se reunió con su abogado, quería hablar sobre cómo se llevaría a cabo todo la situación y lo que podría llegar a suceder durante este. El proceso no sería tan largo, o eso esperaban, preferían que no se alargará tanto y que el juez diera la conclusión bastante rápido. Al menos esperaban que durará menos de la semana todo el proceso.

⊰✩⊱

Había conseguido un gran abogado, o almenos eso decían en las referencias que le habían dado. Era bastante caro así que esperaba que almenos valiera la pena gastar tanto solo para ganar el juicio.

Odiaba estar encerrado en una celda. No era idiota, sabía porque estaba ahí y que lo tenía merecido, pero se negaba a estar ahí, no iba a permitir quedarse por mucho tiempo, de alguna manera lograría convencer al juez de que era inocente.

Tendría que viajar a Italia para empezar el juicio, pero con su abogado estaba más que seguro de que no perdería.

Cuando llegó, volvieron a dejarlo tras una reja, y una vez más lo interrogaron, se estaba hartando de ramas preguntas, eran tan constantes que ya le comenzaba a dar flojera en pensar en una buena mentira, pero seguía esforzándose en eso, no quería que todo se echará a perder por un simple error suyo.

No fue hasta después de dos días que programaron la fecha del juicio: 25 de junio.

Todavía tenía tiempo de prepararse o, almenos si perdía, irse a la cárcel con la certeza de que su esposo estaría muerto para ese momento.

ೖ୭

Acababa de salir del hotel, ya arreglado para pasar por el argentino a su departamento. Estaba bastante ansioso, habían quedado de salir a comer a un restaurante solo para pasar algo de tiempo juntos, cosa que quería hacer hace unos días atras pero no pudo hacer, pues un portugués había llegado a interrumpirle.

Comenzaba a aceptar lo que sentía hacía él menor, aunque quería confirmarlo con algunas salidas. Quería asegurarse de que no solo se sentía atraído por la manera en que le trataba, pues; siempre que hablaban juntos por mensajes, le contestaba de manera muy cariñosa y linda.

Llegó al departamento y bajo del auto para ir a buscarlo. Una vez más llevaba un ramo de flores amapolas, si eran las flores favoritas del menor le encantarían sobre todo porque estás eran de un color violeta.

Tocó el timbre dónde rápidamente le abrieron recibiendole con una sonrisa de par en par. Aunque era una simple comida, en un restaurante sencillo y no tan elegante, se había esforzado bastante en arreglarse.

𝘔𝘦𝘯𝘵𝘪𝘳𝘢𝘴 𝘗𝘪𝘢𝘥𝘰𝘴𝘢𝘴 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora