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Leo salió de la habitación con los ojos rojos del llanto, Hirving se acercó para verlo aunque el argentino ya se había secado las lágrimas y entrado por sus cosas a su habitación.

—¿Estás bien?—se recargo en el marco de la puerta viendo a Leo.

—No, pero ya acepte la petición de Guillermo, supongo que no queda más que cumplir.

—¿Asi de fácil?

—Supongo que si, quería seguir insistiendo, pero recordé algo que me dijo Cristiano cuando terminamos nuestra relación "si me amas tanto como dices, déjame ir." Lo hice y aunque tarde un tiempo, logré entenderlo, así que ahora se que eso es lo mejor para los dos, por más que me duela.—toco el hombro de Hirving mientras pasaba alado de el para salir de la habitación.

—Lamento que todo termine así.

—No puedo hacer más.—miro el celular de Hirving con la notificación del Uber que ya estaba afuera.—Ya llegaron por mi, fue lindo conocerte, eres una persona genial.

—Igualmente, fue genial conocer a uno de los mejores futbolistas.

—Vos también sos muy bueno.—abrio la puerta del departamento para salir de este al pasillo con demás puertas.—Espero volvamos a vernos.

—Ojala que si.

Se sonrieron mutuamente y Leo se fue para tomar el carro que lo llevaría al aeropuerto a tomar su vuelo de vuelta a París, no sabía si aún le darían la oportunidad de renovar contrato o tendría otra propuesta pero sea cual sea quería aceptarla, prefería seguir jugando un tiempo más, pues era su trabajo y también su felicidad, después de Guillermo y si no estaba el mexicano, solo podía pedir seguir estando en más partidos durante unos años más.

Se sonrieron mutuamente y Leo se fue para tomar el carro que lo llevaría al aeropuerto a tomar su vuelo de vuelta a París, no sabía si aún le darían la oportunidad de renovar contrato o tendría otra propuesta pero sea cual sea quería aceptarla, pr...

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Hirving se regresó a la habitación de Guillermo una vez que cerró la puerta, se puso alado de la cama mientras lo observaba, su mirada estaba perdida en la ventana y no necesitaba preguntarle lo que pensaba, el sabía perfectamente lo que pensaba en ese momento.

—¿Porque lo hiciste? Te dije que tenías que decirle la verdad, hablarle sobre cuánto lo quieres y que lo necesitabas más que nunca, no que le dijeras que se fuera.—hablo en un tomo molesto, al final Guillermo era quien se estaba haciendo daño con todo lo que había dicho.

—Ya te lo había dicho Hirving, no quiero a alguien más solo para que me haga más daño de lo que ya me han hecho.

—Puede sonar raro, pero ese chico me daba confianza, te vino a buscar después de haber desaparecido por días, planeo con cautela el como sacarte de ese lugar, y todavía tomó en cuenta en que el señorito le dijo que no quería que nadie de la prensa se enterará del asunto haciendo más difícil el sacarlo de ese lugar.

—Bueno, lamento haber pedido eso, solo que era mejor a tener que contestar preguntas durante tiempo indefinido.

—Pues tú noviecito estaba dispuesto a pasar por todo eso, incluso a dejar su trabajo por cuidarte.

—¿Qué? ¿Cómo que iba a dejar su trabajo?—lo anterior dicho por Hirving le había llamado la atención. Se levantó de la cama sentándose en esta mientras recargaba su espalda contra la pared.

—El ya no iba a renovar contrato e iba a retirarse de una vez del fútbol, para poder estar contigo en tu recuperación.—Guillermo se quedó callado ante lo que le había dicho Hirving.

—Entonces lo que hice fue lo mejor.—volteo a ver a su amigo quien lo veía con confusión.—Iba a dejar todo solo por mi, aunque me lo hubieras dicho antes de que le dijera todo eso, no habría cambiado de opinión, no permitiría que Leo dejara todo lo que amaba solo por mi, mucho menos después de lo que pasó.

—Aparte del abuso físico y psicológico ¿Hay algo más que te hizo Saúl sobre lo que quieras hablar?—apenas hizo la pregunta, los ojos de Guillermo comenzaron a humedecerse y derramar lágrimas.

—Ya te enteraste.

—El doctor dijo que era una posibilidad, pero por cómo estás creo que es verdad. ¿Quieres hablar sobre ello?—tomo la mano de Guillermo mientras que con su otra mano limpiaba las lágrimas de su amigo.

—El... Solo me dejaba sin comida y agua, algunas veces me pegaba o jalaba del pelo, incluso llegaba a besarme a la fuerza pero en realidad nunca se me pasó por la mente que fuera capaz de algo más, la primera vez... Me obligó... a practicarle... sexo oral...—aprieto la mano de quién lo sujetaba mientras que en su mente se repetía una y otra vez las escenas de lo sucedido anteriormente.

—¿Sucedió algo más?—pregunto tratando de guardar la calma ante lo que le estaba contando Guillermo.

—Me obligó a tener sexo con el.—su mirada evitaba el rostro de Hirving, se sentía avergonzado y no queria hacer contacto visual con el.—Quería resistirme pero me tenía amenazado y aunque no fuera así, no podía hacer nada, me tenía atado.—Hirving seguía sosteniendo la mano del mayor cuando soltó un suspiro y se paró del asiento que estaba alado de la cama.

—¿Porqué no quieres denunciar? Va a estar en cárcel muchos años por los delitos, fue una violación, amenazas, secuestro e incluso intento de homicidio.

—No quiero tener que hablar con la prensa, además, no me sería fácil dar mi declaración sobre los abusos, y si llegara a denunciar toda la gente se enterará sobre lo sucedido.

—¿Y prefieres seguir casado con un maniático solo por evitar preguntas? La gente hace preguntas todo el tiempo, no sería nada nuevo.—guillermo se quedó analizando lo que le decían, era verdad que podía evitar todo sin dar una declaración, pero si no lo hacía, Saúl evitaría firmar el divorcio y solo haría más complicado el asunto.

—Prefiero arreglarlo en secreto, sin que nadie más se entere del asunto.

—¡Ahg!—Hirving soltó la mano de Guillermo ya molesto con el mayor y su actitud tan inmadura.—Está bien que hayas pasado por todo ese evento traumático y que estés ahora en reposo tomando tratamiento, pero alguien te lo tiene que decir, eres un idiota ¿Escuchaste? Un idiota por dejar que Leo se vaya después de todo lo que hizo por ti, está bien que no quieras estar en una relación con alguien más pero mínimo podías agradecerle por lo que hizo, y eres aún más idiota por no querer denunciar y quedarte sin hacer nada.—Camino hasta la puerta de la habitación y salió de ahí.

Guillermo se había quedado nuevamente solo, pero quizás Hirving tenía razón, pudo haber agradecido a Leo por lo que había hecho, e incluso poder expresarle que lo quería pero que no se sentía seguro de iniciar una relación con el, pero no lo hizo, y prefirió ser grosero y ahora se sentía mal por ello pero ya no podía hacer nada, le gritó y le dijo cosas hirientes que probablemente hayan hecho que el argentino lo odie, pero apenas se arrepentía de eso.

Guillermo se había quedado nuevamente solo, pero quizás Hirving tenía razón, pudo haber agradecido a Leo por lo que había hecho, e incluso poder expresarle que lo quería pero que no se sentía seguro de iniciar una relación con el, pero no lo hizo,...

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𝘔𝘦𝘯𝘵𝘪𝘳𝘢𝘴 𝘗𝘪𝘢𝘥𝘰𝘴𝘢𝘴 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora