Guillermo Ochoa y Saúl "Canelo" Álvarez, la pareja perfecta, hombres guapos, famosos y adinerados ¿Que podría estar mal en su relación?
Quizás el que Saúl no ama a Guillermo, o que Guillermo tiene a un amante.
Muchas cosas están mal en su relación...
El día siguiente paso un poco tranquilo, pero a la vez un poco incómodo entre que casi no hablaban, pero Hirving y Cristiano hacían un intento de no hacer que el día fuera algo demasiado incómodo, trataban de hablar sobre sus trabajos, sus equipos y el mundial pasado, incluso trataron de integrar a Lionel a la plática, pero este no colaboraba, solo contestaba y después se quedaba callado sin decir nada. Mientras hablaban sobre algunas cosas de su vida personal el médico se acercó a los chicos mencionandoles que el mexicano porfin había despertado y podían pasar a verlo. Hirving fue el primero en pasar pues pensaba que era lo mejor ya que había sido el último con el que había estado el día del accidente.
Lionel se quedó sentado en el sillón de afuera esperando a que saliera Hirving y le dijera si podía pasar o no, se veía nervioso y movía constantemente su pierna mientras tronaba sus dedos, Cristiano quien estaba a su lado lo miraba preocupado, se veía demasiado ansioso y no sabía si podría ayudarle en algo o el porque estaba así, Guillermo había despertado debería estar contento ¿No?
—¿Todo bien?—pregunto Cristiano tomando la mano de Leo para calmarlo.—Deberias estar feliz por él.
—Y lo estoy, solo que… no se cuál vaya a ser su reacción cuando me vea, no quiero llegar a molestarlo o que vuelva a decirme lo mismo de la última vez.—Cristiano estaba confundido, por más que le contaba de su relación con el mexicano no había hablado algo al respecto sobre el porque se habían separado.
—Ahora que lo pienso, nunca me contaste el porque se separaron.—tenia la mano de Lionel sobre las suyas, pero su pierna no dejaba de hacer movimientos, puso su mano sobre la rodilla de este tratando de hacer que dejara de movería tanto.
—Él me pidió que me fuera.
—¿De qué manera? ¿Qué fue lo que te dijo?
—Él… dijo que nunca me había querido de verdad, que solo era parte de su diversión y, que no me quería volver a ver.—seguia teniendo su cabeza agachada con nervios lo cual se le veían con sus pequeños temblores que tenía.
—Si te dijo todas esas cosas ¿Por qué estás aquí?
—Lo amo, más que a mí vida, más que a mí trabajo, más que a mí mismo.—alzo su mirada encontrándose a Hirving quien regresaba de la habitación.
Se levantó y se acercó hasta este para saber si podría entrar a verle, tenía miedo de la reacción del mayor pero aún así quería llegar a poder hablar con él o verle una vez más. Hirving le indico que podía pasar a ver a Guillermo sin ningún problema. Leo entro a la habitación nervioso viendo a Guillermo quien miraba hacia la ventana del lugar.
—¿Ya viste el paisaje tan lindo? Es tan lindo ese árbol de flores violetas.—hablo Guillermo sin voltear a ver a Lionel, este estaba sorprendido de que aún no le hubiera dicho nada sobre su presencia. Se acercó a un lado viendo hacía la dirección donde veía el mexicano, había un árbol grande con las flores que había descrito este mismo.
—Si, es algo lindo.—se sento en un banco que había hacía un lado de la camilla. En ese momento Guillermo le volteo a ver con su rostro confundido.
—Tu no eres Hirving. ¿Quién eres?—esta pregunta confundió un poco a Lionel ¿No se acordaba de él?
Hirving entro a la habitación viendo a los dos chicos ahí, ambos confundidos con la situación, Leo volteo a ver a Hirving mientras se levantaba del banco y se acercaba a él.
—Él no se acuerda de mí…
—Es por el golpe en su cabeza, al parecer tiene una perdida de memoria temporal, que es aún más curiosa porque al parecer solo perdió la memoria de algunos años.
—¿El médico te dijo eso?
—Solo que tiene perdida de memoria, yo deduje lo demás, porqué el no te recuerda, pero se acuerda de mí, su familia y de Saúl.—leo se quedó callado, volteo a ver a Guillermo quien seguía mirando la ventana. Se acercó hasta el mexicano y se volvió a sentar en dónde estaba.
—Guillermo, ¿Me recuerdas? Soy Leo Messi.—le sonrió dulcemente mientras este solo le miraba de manera extraña.
—Lo siento, no logro recordarte ¿Que se supone que somos?
—Tu y yo, somos amigos.
—Quizas nuestra amistad empezó recién porque solo no puedo acordarme de ti, pero me acuerdo de Hirving.
—Si, quizás pueda ser eso, nos conocimos hace cinco años, en Rusia por el mundial, pero muestra amistad se hizo fuerte recién el año pasado.—Guillermo bajo su mirada tratando de pensar en ello sin lograr acordarse.
—No, no lo recuerdo, lo siento.
—Esta bien, pronto lo recordarás.—le dió una sonrisa mientras el mayor solo le miraba sin ningúna expresión facial, rápidamente este volteo a ver a Hirving.
—¿Dónde está Saúl? Quiero verlo, seguro que a de estar preocupado.
Hirving y Leo se voltearon a ver, sabían lo que había sucedido pero no podían decirle lo que había pasado pues no recordaba bien las cosas y no sabían cómo fuera a reaccionar al contarle lo que había pasado ya que el doctor había dicho que no se le presionara con el recordar las cosas.
—Él está ocupado con una pelea, se encuentra en México y nosotros en Italia.—hablo Hirving.
—Quiero ir a verlo ¿Crees que me den de alta antes de su pelea?
—Eso lo decidirá el doctor, te dejaremos para que puedas descansar.
Los dos se salieron de la habitación, no podían permitir que Saúl estuviera una vez más cerca de Guillermo pero al final era su esposo, aunque se lo negaran el protocolo decidía informar a la familia, por esto a su pareja así que solo les quedaba conformarse con que este recordara poco a poco su memoria para poder hacer algo, al final no tenían pruebas más que el testimonio de Guillermo.
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