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Los tres chicos acababan de llegar al hotel donde Leo se había hospedado, y bajaron por la parte de atrás del hotel, dónde nadie los viera, bajaron a Guillermo del carro y subieron hasta la habitación que habían solicitado para cambio, está tenía tres cuartos y uno lo habían pedido adaptado con algunas máquinas médicas, está era la habitación especial para Guillermo, Hirving recostó con cuidado a su amigo en la cama y lo primero que hizo fue ponerle una mascarilla para nebulizarlo, su respiración era pesada y eso le ayudaría a controlarla y respirar mejor.
Hirving estaba atendiendo las muñecas del mayor mientras que el otro le quitaba la ropa y limpiaba la sangre de su cuerpo al igual que atendía los moretones y hubo algo que le llamo la atención a Leo, tanto el cuello como el torso de su cuerpo y los muslos tenían marcas de chupetones, eso preocupaba mucho a Leo pero aún así no le contó nada a Hirving, no quería preocuparlo, termino de ponerle ropa limpia a Guillermo y los dos futbolistas salieron de la habitación.

-¿Va a estar bien?-pregunto Leo quien se estaba sentado en el comedor mientras que el menor entraba a la cocina por un poco de café.

-Ya le llamé al doctor, llegará en un rato, el es el que nos dará el diagnóstico correcto.-termino de servir el café en las tazas y se sentó a lado de Leo mientras le daba su taza con café.-Pero seguro que va a estar bien.

Leo sonrió ante esa frase de consolación que sabía que no solo era para el, era para los dos porque Hirving también estaba demasiado preocupado por la salud del guardameta.

Pasaron unas horas para que llegara el doctor, pero finalmente había llegado y ya estaba en el cuarto diagnosticando a Guillermo quien seguía inconsciente pero con signos vitales, el doctor se aseguró de instalar correctamente los dispositivos méd...

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Pasaron unas horas para que llegara el doctor, pero finalmente había llegado y ya estaba en el cuarto diagnosticando a Guillermo quien seguía inconsciente pero con signos vitales, el doctor se aseguró de instalar correctamente los dispositivos médicos y de poner suero para que ingiriera Guillermo mientras seguía en cama.
Lo reviso de pies a cabeza tomando muestras de sangre y algunas de sus partes genitales.

-¿Qué tan grave está?-hablo Hirving apenas el doctor salio del cuarto.

-Presenta rastros de abuso físico, demasiada deshidratación, al igual que una desnutricion grave, se tiene que mantener con suero y pasadas dos horas de que despierte tiene que comer, pero algo ligero, después de varios días sin comer, la comida a la que estaba acostumbrado anteriormente podría hacerle daño al igual que necesita vigilancia las 24 horas del día, si siguen el tratamiento al pie de la letra y hace reposo absoluto podrá estar bien en menos del mes, aún así mandaré a hacerle análisis clínicos, los cuales, los resultados se los mandaré en la semana, y no olvide buscar ayuda psicológica.-arranco la hoja y se la entrego a Hirving dónde aparecían la lista de medicamentos.

-Comprendo, seguiremos las reglas al igual que buscaremos la ayuda psicológica, es una buena noticia saber que Memo se pondrá bien, muchas gracias doctor, no sabe lo mucho que significa para mí que Memo se mejore.-tomo la hoja de papel y con ella la mano del doctor agradeciendo todo lo que había echo por ellos.

-Para eso trabajo, ahora, si me disculpan, tengo que retirarme, permiso.-tomo sus cosas y camino hasta la puerta para poder salir.

-¡Espere!-hablo Leo quien salió de la habitación de Guillermo.-Quería hacerle una pregunta.

-Claro, dígame.

-¿Hay alguna posibilidad de que el, haya sufrido algún tipo de abuso sexual?-Hirving se sorprendió ante la pregunta que acababa de hacer Leo.

-Por los chupetones en su cuerpo, las marcas cerca de sus genitales y el sangrado en este mismo, podría decir que la posibilidad es demasiado alta, tanto que podría confirmarlo en este preciso momento, pero eso se confirma en los análisis, igual mandaré a hacer análisis solo para asegurarnos de que no tiene ninguna infección.

-Esta bien, gracias por todo doctor, que tenga buena noche.-sonrió y se despidió del doctor quien salió del cuarto de hotel.

Tomó la hoja que le habían dado a Hirving y comenzó a leerla, las comidas que podría comer para no lastimar su intestino, los cuidados que debían tener al momento de darle de comer, bañarlo, vestirlo, etc, sus medicamentos, el nombre, hora de toma y la manera específica de como distribuirlo, al igual que el manual de como usar cada aparato de la habitación y como manejar la situación si algo malo llegaba a pasar.
Leyó esto unas tres veces y dejo la hoja en un mueble de madera después de aprenderse el texto completo de memoria, se dirigió a su cuarto para poder bañarse y cambiar de ropa, antes de que Hirving lo detuviera, cosa que no pudo evitar.

-¿Porqué no me dijiste nada sobre lo del abuso?-habia tomado de la muñeca a Leo antes de que entrara al cuarto.

-No quería preocuparte.-se giro haciendo contacto visual con el menor.

-Me preocupa aún más si no me dices las cosas, no sabes lo que soy capaz de hacer si me entero que ese tipo se atrevió a hacerle eso a Memo, porque puedo perdonar lo que a hecho hasta ahorita, pero no le perdonaré si abuso de el.

-Se de lo que eres capaz, al igual que soy capaz de cometer un delito por Guillermo, pero entre vos y yo, yo tengo un poco más de razonamiento en este tipo de situaciones, así que solo déjame tratar la situación de manera correcta y razonable.-Hirving se quedó mirando a Lionel razonando lo que acababa de decir.

-Tienes razón, lo siento.-soltó la muñeca de Leo y camino hasta la sala para sentarse en el sofá, Leo se le quedó mirando preocupado, no lo había visto decaído desde que lo había conocido.
Se acercó a él y se sentó alado de este posando su mano sobre la cabeza de el menor rascando está misma.

-¿Estás bien?

-No...-hablo con la cabeza abajo y la voz cortante.

-Oye... Está bien si quieres llorar.
Apenas Leo termino la frase Hirving ya estaba abrazándolo fuertemente mientras sus lágrimas se derramaban por sus mejillas empapando la playera de Messi con estas mismas.

Apenas Leo termino la frase Hirving ya estaba abrazándolo fuertemente mientras sus lágrimas se derramaban por sus mejillas empapando la playera de Messi con estas mismas

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𝘔𝘦𝘯𝘵𝘪𝘳𝘢𝘴 𝘗𝘪𝘢𝘥𝘰𝘴𝘢𝘴 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora