Guillermo Ochoa y Saúl "Canelo" Álvarez, la pareja perfecta, hombres guapos, famosos y adinerados ¿Que podría estar mal en su relación?
Quizás el que Saúl no ama a Guillermo, o que Guillermo tiene a un amante.
Muchas cosas están mal en su relación...
Leo termino regresando a su casa un poco tarde, lo cual le ayudo bastante a conciliar el sueño rápidamente. Apenas tocó la cama se durmió, sin siquiera cambiarse de ropa.
La semana paso tranquila, los entrenamientos y algunas veces Leo iba a casa de lewandowski a comer después de los entrenamientos, convivia con su familia y poco a poco recuperaba la comunicación con sus compañeros de equipo. Era todo lo que quería, convivencia con más personas, tenía menos tiempo para pensar tanto y ya no se sentía solo. Tuvieron un partido y a los dos días hubo un partido del equipo de cristiano, el cual miro en su casa, le marco para felicitarle y hablaron sobre la reunión que tendrían dentro de unos días.
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Leo salió del campo de fútbol terminando los entrenamientos mientras hablaba con su equipo sobre el siguiente partido, se terminaron de vestir y algunos se quedaron hablando entre ellos mientras Leo y Robert salían juntos mientras hablaban.
—¡Leo! Hablo Cristiano a unos metros de estos quienes se acercaban al estacionamiento logrando captar su atención. —¿Cómo estás, cariño? Te estaba buscando.
—Ah.. bien, ¿y tú? Le sonrió un poco incómodo.
Robert quien solo los miraba logro sentir la incomodidad del argentino ante está situación, quizás era porque aunque fingían su relación no habían estado cerca de los amigos de ambos así como una «pareja»
—Yo creo que los dejo solos, par de tortolos. Tocó el hombro de Leo y se despidió de ambos para retirarse en busca de su auto.
Cristiano y Leo se quedaron hablando un rato sobre cómo les fue en el tiempo que se separaron y sobre su reunión del día siguiente.
—¿Y que tal el viaje? Pregunto Leo mientras caminaban hacia el auto de este.
—Bien, un poco de turbulencias, pero estuvo tranquilo.
Camino junto al menor abrazándolo por la espalda tocando con su mano el hombro de este. Terminaron en un restaurante pequeño que quedaba de paso hacia la casa de Leo. Aunque no les era de mucho agrado comer en lugares que desconocían ambos tenian hambre y pensaban que era lo mejor que esperarse hasta la casa del menor y que este preparara algo de comida.
—Bueno, no es tanto lo que hay que pensar, solo es una cena con mi padre, decirle que somos pareja y listo.
—¿Y el resto de la velada?
—¿A qué te refieres?
—No quería tocar el tema pero, tu padre no es idiota, siento que no nos va a creer sin un beso.
—¿Estás bromeando?
—No, solo digo la verdad, las últimas reuniones que tuvimos con tu familia, se mostraba el cariño que nos teníamos, no va a ser lo mismo ahora que estamos fingiendo todo esto.
Leo se quedó procesando todo eso, y el tenía bastante razón, había muchas formas de darse cuenta si la persona de verdad estaba enamorada o no, y eso lo había aprendido de Guillermo y su cambio de actitud tan diferente que tenía al momento de convivir con él.
—Vos dices que me quieres ¿No es así?
—Si, nunca deje de amarte.
—Bien, pues tú vas a ser quien diga todas las palabras cursis y quién muestre el afecto, como abrazos, caricias y eso. Igual mi padre sabe que soy reservado para eso en reuniones.
—Si te sirve... Puedes imaginar que soy él, aunque no nos parecemos en nada.
—Aun así no creo que sea lo correcto, por ti.
—A mi no me molestaría, pero si no te sientes cómodo con eso entonces no lo hagas, solo era una sugerencia. Le sonrió dulcemente.
Comieron en silencio, sin ningún tema del cual hablar en particular, era un poco incómodo pero ninguno tenía un tema en específico del que hablar. Algunas personas a su alrededor murmuraban cosas que los futbolistas lograban escuchar con mucha claridad.
—¿Son esos Cristiano y Leo? Susurró una chica que estaba a un lado de la pareja.
—Si, son ellos, pensé que ya no tenían una comunicación desde que Cristiano se había juntado con Georgina Contesto en un susurró el chico que acompañaba a la muchacha.
Aunque no era del todo un susurró, pues apuesto a que en todo el lugar se escuchaba la conversación. Los futbolistas siguieron comiendo sin decir ni una sola palabra, solo escuchando la conversación de los jóvenes de alado.
—¿Disculpe? ¿Nos pueden regalar una foto a mi y mi novio? Esque somos sus fans y nos encantaría una foto con ambos.
Hablo la joven que estaba a un lado de la mesa de los futbolistas. Leo y Cristiano se quedaron mirando por unos segundos cuando leo se levantó de la mesa tras tomar un poco de agua de su vaso.
—Claro, no hay ningún problema.
Le hizo señas al mayor para que se levantara de su lugar y pudieran tomarse la foto con la joven pareja, ambos futbolistas abrazándose mientras sonreían y los jóvenes tan felices de ese momento.
—¿Que edad tienen? Preguntó Lionel viendo a la pareja.
—dieciséis años. Contesto la chica con una sonrisa en sus labios.
—Que bien, ojalá duren mucho tiempo
Se despidieron de los jóvenes quienes pagaron su cuenta y se fueron del lugar alegres con su foto. El argentino se sentó en la mesa nuevamente para terminar de comer junto a Cristiano.
—Les doy como máximo dos años en que borren la foto.
—¿Porqué la borrarían?
—Porque no van a tolerar verse el uno al otro ni en una foto.
Ambos rieron y siguieron su comida para después irse juntos a la casa del argentino dónde pasaron la tarde juntos jugando un poco de fútbol en el patio delantero. Quizás no había estado ese día con su amigos, pero había estado con Cristiano con quién podía distraer su mente en el resto del día y gran parte de la noche.
Durante la tarde Leo mando algunos mensajes a su padre diciéndole que le invitaba a cenar al día siguiente a su casa, ya que le tendría una sorpresa. El padre de Leo ya lo sospechaba de alguna manera, era raro que su hijo le invitase a una cena y más con una que tuviese una sorpresa.
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