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Espero a escuchar el como arrancaba el carro, indicacion de que se fue de la casa mientras se levantaba y volvía a tomar el teléfono para marcar. Porfin le habían contestado, después de tantas llamadas desviadas.

—¡¿Qué mierda te pasa?! Estaba en una maldita reunión.—contesto enojada ante las llamadas perdidas.
—¿Acaso eres idiota? ¡Te pedí que lo matarás!
—¿De que me hablas? Le dispare en el pecho, es para que estuvieras en su funeral fingiendo estar triste por quedar viudo.
—Eres una inútil, ahora tengo que hacer el trabajo yo solo.
—Lo lamento, no es mi culpa que tengas tanta mala suerte como para no poder quedarte con la herencia, igual no a de ser mucho, podrías divorciarte y quedarte soltero para volver a casarte, te aseguro que te iría mucho mejor con el tal Neymar.
—Ese no es asunto tuyo.

Colgó la llamada enojado, le frustraba el pensar que su plan no había salido bien, pero de alguna manera había conseguido lo que quería desde el inicio, que no se separarán sin embargo ya no pensaba en eso, pensaba en quitárselo de encima y dejar de lidiar con ese tipo y lo más fácil era firmar el divorcio pero no pensaba dejar que se fuera con Lionel.

[ • • • ]

Se levantó de la cama cansado, nisiquiera había podido descansar un solo momento durante la noche, aunque trato por mucho tiempo no pudo, no lograba sentirse cómodo pero era lo que tenía, estaba casado con él. Prefirió bajar las escaleras hasta la cocina donde preparo algo de desayunar cuando sonó su teléfono.

Paulo Soussa

El entrenador del equipo en donde jugaba actualmente le estaba marcando, tomo la llamada dejando su actividad del momento sin terminar. El director le comento que querían tenerlo en el partido del sábado, partido que tendrían contra el Atalanta. Pregunto si no había ningún problema en que regresara a entrenar para poder tener el partido.

—Mira, el partido es este sábado por lo tanto solo tenemos tres días para entrenar, si quieres participar o almenos estar en la lista de convocados tienes que venir a entrenar, claro, siempre y cuando el médico te lo permita.
—Si, almenos el medico dijo que la actividad física me vendría bien en el tratamiento así que por eso no hay problema.
—Perfecto, ¿Entonces te veo hoy?
—Si, ahí estaré sin falta.

Apagó el teléfono dejandolo a un lado de la barra, giro un poco su cuerpo dando la vuelta dónde vio a Saúl frente suyo.

—¡No te aparezcas así como si nada! Asustas.—menciono Guillermo al dar un salto del susto.
—¿Quién era?—pregunto el menor tomando el teléfono en la barra mientras lo desbloqueaba para revisar las llamadas.
—Era Paulo, quiere que vaya a entrenar hoy para estar como mínimo en la lista de convocados del partido del sábado.

—Ah claro.—apago el teléfono y lo dejo en el mismo lugar sin haber encontrado información interesante.—¿Y no prefieres quedarte conmigo aquí? Disfrutando de la hermosa vista que nos da nuestra recamara mientras hacemos el amor.—se inclino un poco hacía el mayor para robar un beso de sus labios con la intención de llegar a algo más, pero solo sintió como una mano le empujó hacia atrás.

—Perdon, pero hoy quiero ir con el equipo a entrenar, quizás en la noche podamos.—sonrió incomodo y salió de la cocina para irse al cuarto del segundo piso.

Saúl quien se quedó ahí chisto molesto ante la reacción de Guillermo ¿Que estaba haciendo mal para que su pareja le rechazará de tal manera? Se giró para ver lo que hacía el mayor, había dejado su teléfono, no había querido revisar más que las llamadas en ese momento pero quizás tenía un tiempo para revisar el teléfono del contrario.

𝘔𝘦𝘯𝘵𝘪𝘳𝘢𝘴 𝘗𝘪𝘢𝘥𝘰𝘴𝘢𝘴 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora