❜ ⌗ ..29..✧ *:・

249 35 6
                                    

—Aun no lo entiendes ¿verdad?—dejo el vaso en el buró y se colocó encima de Guillermo mientras lo acariciaba bruscamente.—Tu eres un premio, mi trofeo, aunque a decir verdad, tu amigito quedaba mejor para el puesto, pero con el tiempo pensé que sería aburrido y muy fácil hacer sentir culpable a alguien menor que yo, por eso me quedé contigo, eras tan vulnerable cuando se trataba de mi, y tan tierno aún siendo cinco años mayor que yo.

—No...—hablo con la mirada baja.—No soy un objeto para que me vengas a decir que soy tu premio, y tampoco me puedes obligar a quedarme contigo si no quiero.—trato de pararse pero Saúl ya tenía sus manos presionándole las muñecas contra el sillón.

—Ay Guille~—se acercó a la oreja del mayor, y el tono de voz del menor lo ponía aún más nervioso.—Claro que puedo obligarte a ser mi esposo, tal como lo prometimos, hasta que la muerte nos separe y... Puede que nos separe tu muerte.—sonrió y se acercó a besarlo a la fuerza.
Guillermo trató zafarse de su agarre sin resultado alguno cuando sintió como una figura fría de vidrio golpeó su cabeza dejándolo inconsciente.

Era la jarra que había llevado Saúl, este se levantó y se quedó mirando la figura de su pareja acostado en el sillón, lo tomo de los brazos y lo cargo hasta la habitación del segundo piso que estaba en el fondo, en realidad era una bodega puesto que no tenían ninguna cama o cajonera, lo dejo en una de las esquinas y salió de la habitación cerrándola con llave.

Pasaron unas horas hasta que Guillermo despertó, con dolor en la cabeza sintió su cabeza húmeda lo que hizo que tocará, pero no podía ver lo que era, estaba en un lugar oscuro, no había ni un solo rastro de luz y con la textura del líquido no logr...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Pasaron unas horas hasta que Guillermo despertó, con dolor en la cabeza sintió su cabeza húmeda lo que hizo que tocará, pero no podía ver lo que era, estaba en un lugar oscuro, no había ni un solo rastro de luz y con la textura del líquido no lograba distinguir si solo era agua o sangre, se recostó en una de las paredes y estuvo ahí un rato, nisiquiera supo si fueron segundos, minutos u horas pero se sintió como si hubiera sido una eternidad cuando vio como la puerta se abría dejando ver la luz de fuera, esto le lastimo la vista, pero después logro acostumbrarse al brillo y vio la figura de su pareja cargando algunas cobijas en una mano y en la otra un plato de comida.

—Que bueno que despiertas, empezaba a preocuparme.—dejo el plato de comida en el piso junto a las cobijas y se puso de cuclillas tomando del mentón al mayor para que lo viera fijamente.

—Imagino lo cual preocupado que estabas, después de todo me dejaste inconsciente ¿Era solo eso lo que buscabas o de verdad querías matarme?

—No seas ingenuo, se perfectamente que el golpe que te di lamentablemente no iba a matarte, si ese fuera mi objetivo ya hubiera echo algo al respecto.

Guillermo no respondió nada al respecto, no preguntaría más, la respuesta sería la misma, se sentía un idiota por haberse casado con aquel hombre, pero igual agradecía que era el quien estaba pasando por todo eso y no su amigo quien originalmente era el que tenía que estar ahí, maldecía el momento en que se le ocurrió entrar al restaurante en el lugar de su amigo o quizás desde antes, desde que no le hizo caso a hirving y decidió pedir su número aunque no fuera para el, pero no importaba desde que momento fue su error, estaba pagando las consecuencias.

—Parece que te comió la lengua el ratón.—volvio a hablar Saúl quien se le quedó mirando durante un rato.

—No quiero hablar y menos contigo.

—Como quieras.—se levantó y camino hasta la puerta donde tenía unas velas junto encendedores, prendió una de las velas y la dejo dentro del cuarto.—tienes luz, comida, cobijas para dormir cómodo, no puedes quejarte, nos veremos en la mañana lindo.—y con eso salió de la habitación una vez más poniendo seguro a la puerta.

Le parecía repugnante la manera en que el menor le hablaba, tenía tono dulce aún cuando le decía las peores cosas, y eso le ayudo a darse cuenta que Saúl podía estar pensando alguna cosa turbia y esconderlo muy bien, se sentía aún más ingenuo, tuvo que pasar por todo eso solo para darse cuenta de ese detalle, pero que idiota que era.

Le parecía repugnante la manera en que el menor le hablaba, tenía tono dulce aún cuando le decía las peores cosas, y eso le ayudo a darse cuenta que Saúl podía estar pensando alguna cosa turbia y esconderlo muy bien, se sentía aún más ingenuo, tuv...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝘔𝘦𝘯𝘵𝘪𝘳𝘢𝘴 𝘗𝘪𝘢𝘥𝘰𝘴𝘢𝘴 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora