Capítulo 18

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Sakura:

Los ojos de éste hombre me ponen en una situación complicada, siento que no puedo mirarlo a los ojos porque tiene algo en ellos que me estremece. Y su sonrisa, esa sonrisa traviesa me contagia y me imagino que podríamos hacer muchas locuras juntos.

Solté mi mano con algo de incomodidad pero aún así, no deja de sonreír, y no sé por qué me recuerda a la maldita sonrisa de ese idiota que no puedo sacar de mi cabeza, cabe mencionar que es solo un día que no está cerca y…

Lo echo de menos y eso me aterra.

—Una disculpa si la estoy incomodando señorita Himaka—rompió mis pensamientos este hombre—. Es la primera vez que una mujer tan hermosa cómo usted está frente a mí.

—Si llegase a conocerme, cosa que dudo mucho créame que no será nada agradable para usted—soy grosera y no puedo evitarlo pero para él es divertido, quise decir unos improperios pero mejor me los tragué—. Soy una mujer muy ocupada, necesito rendir ésta declaración para así poder irme de éste país y continuar con…

—Su carrera de modelaje—me robó las últimas palabras—. Antes de que llegue ante mi presencia busque algo de información con respecto a usted. Pero no me imagino que alguien tan especial y único podría perderse entre tanta inmundicia como lo es el mundo de la mafia.

—¡No estoy involucrada en ese mundo!—grite alterada¿Cómo se atreve a manchar mi honor?—¡Ahora que está como nuevo encargado de esto haga bien su trabajo y dese cuenta que soy una víctima de todo esto!

—Tranquila señorita Himaka, en ningún momento la he acusado de esto. Solo trato de entender en cómo se ha envuelto en esto—me pongo roja de la vergüenza—. Ojalá que la próxima vez tenga mejor entendimiento de mis palabras.

Esto es el colmo, este imbécil también me está agarrando de estúpida y retrasada y no lo pienso permitir. Se levantó de su asiento sin dejar de mirarme, sus ojos son de un color lilaceos con un tinte de azul, muy lindos y misteriosos para mí gusto. Su ropa es pantalón oscuro, camisa blanca manga larga y encima de él un chaleco antibalas, digno de un comandante poderoso. A veces que vi a Li con esta misma ropa y vaya que le asienta muy bien.

¿Porque los estoy comparando? Esto es inaudito.

—Bien señorita Himaka vamos a comenzar con su declaración—pase saliva inconscientemente—. Cuénteme su versión de los hechos.

En media hora narre lo que esa noche pasó desde que comenzó la balacera hasta llegar al hospital terminando en la casa de los Li. De vez en cuando lo veo fruncir el ceño y otras veces apuntar algunas cosas en un pequeño cuaderno que había sacado de su pantalón. Lo observo un poco más de lo debido y vaya que cualquier mujer caería rendida a sus pies, sus cabellos negros se ven tan suaves y listos para que nos dedos se paseen por ellos y…

Estas completamente loca Sakura.

Sin previo aviso su mirada lilacea se clava con una profundidad en mis ojos que me dejó sin respirar. Su sola presencia me ahoga y si no salgo de aquí puede que haga o diga algo que me pueda arrepentir. Con todas mis fuerzas me levanté con las intenciones de salir pero él también lo hace. Estamos sin dejar de mirarnos y no pinta nada bien.

—Bueno…—hable bajando un poco la mirada—. Creo que es todo¿No es así?

—Por el momento sí—respondio con una expresión divertida—¿Que pasa señorita Himaka? Siento que está con la imperiosa necesidad de huir de mí.

—Esta muy equivocado comandante Yuna—se cruza de brazos, en esa pose se le ve idéntico a ese malhumorado—. No soy una mujer que inspire lástima y mucho menos compasión. Ahora con este paso hecho¿Cuando podré irme de éste país?

𝑨𝒍 𝑭𝒊𝒍𝒐 𝒅𝒆 𝒕𝒖 𝑨𝒎𝒐𝒓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora