𝑨𝒍 𝑭𝒊𝒍𝒐 𝒅𝒆 𝒕𝒖 𝑨𝒎𝒐𝒓

Capítulo 58

Sakura:

Si tan solo hubiera sabido que ha llegado a este lugar con ella hubiera evitado a toda costa volver a verlo. Ver cómo están con los brazos entrelazados me da la sensación de que Kaito no me ha mentido y que el mentiroso es él que me mira con desesperación. Baje la cabeza para soportar mis lágrimas que desean bañar mi rostro. Esa mujer solo ha llegado a perturbar mi día y claro mi estabilidad emocional.

El día anterior recibí la noticia de que Kaito fue a verme, mi padre lo recibió, cuando baje de mi habitación para recibirlo oí cuando mi padre le pedía o más bien le exigía que se aleje de mi y que no me siga diciendo mentiras con respecto a Shaoran. Kaito al verme en el umbral de la entrada de la sala se puso pálido.

Pedí a mi padre dejarme a solas con él, me explicó que tuvo que ir a ver a su madre por eso no había podido verme. Quise saber si lo que mi padre intuye es cierto, que todo lo que me ha dicho de Shaoran es cierto y que estos tres años ha estado muy feliz con su esposa. Necesito saber quién me miente tan descaradamente porque la señora Li también me ha dado sus descargos.

El semblante de Kaito es de abatimiento y eso me preocupa mucho. A pesar de todo él me ha ayudado y no soy una malagradecida, hizo de todo para sacarme de China y eso jamás lo olvidaré. Le pedí sentarse y me contó que su madre está delicada de salud y que le ha pedido una última petición antes de irse de ese mundo. Quise saber qué era pero no me lo dijo, pero siento que es algo que le está costando mucho.

Volvió a pedirme que le dé una oportunidad, estaba tan desesperado de que acepte su petición que por un momento me sentí intimidada. Se dio cuenta y me pidió disculpas por pedirme algo que no voy a poder cumplir, me dio un beso y se fue sin mirar atrás con el rostro desencajado. Mi padre estaba cerca y lo fue a despedir en la entrada.

Le pregunté qué ha pasado con ellos y solo me dijo que no confíe tanto en él, está agradecido por toda su ayuda pero está muy equivocado si piensa querer tener algo conmigo cuando es más que claro que no lo amo. Más aún con la llegada de Shaoran de nuevo a mi vida. Esa noche no dormí bien, la situación con mis hijos en conocer a su padre, Kaito y el regreso de Shaoran me tienen muy aturdida y con algo de dolor de cabeza. Concilie el sueño casi a las dos de la madrugada.

Al levantarme estaba con unas ojeras terribles, Shaoran iría hoy a la empresa y definitivamente me caería de vergüenza si me ve con el rostro de esa manera. Tomé un baño tibio, aliste mi atuendo y lo que veo me gusta. Es una falda plisada color negro, mi blusa es blanca y casual, mis zapatos son de plataforma. No quiero que se vuelvan a romper. Mi rostro se tonifica rápidamente haciendo que las ojeras desaparezcan. Mi cabello está suelto cayendo en ondas, abrí mi cofre donde estan mis joyas y accesorios. Pensé en ponerme la colección de joyas que Shaoran me regaló. Además estaba decidida a decirle que hay dos personitas muy especiales que desean verlo.

Tomé mi abrigo después de ponerme las joyas, al salir de la habitación mis hijos siguen dormidos, antes de irme les di un beso a cada uno. Sonrió porque es muy probable que ese día puedan al fin ver a su papá, solo ruego que Shaoran me entienda y no me tenga resentimiento por esto. Baje al comedor y Fye está haciendo el desayuno, no sé cómo tiene energía para estar de pie tan temprano, llegó muy tarde anoche.

—Buenos días—me saluda, poniendo una taza de café y un plato de frutas con algo de miel—. Para rendir muy bien el día de hoy.

—Eres un encanto—respondí sonriendo—. Fye necesito que…

—Se lo que vas a decirme y vuelvo a repetirte que estoy muy feliz de estar aquí con ustedes y haciendo lo que estoy haciendo—me llené de impotencia, no quiero que mi mejor amigo siga sin poder hacer lo que tanto le gusta—. Estoy muy a gusto de estar con tu papá y con los bellos sobrinos que me gusta concentir.