Capítulo 51

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Sakura:

—¡¿Hija te encuentras bien?!—la voz de mi padre angustiado y preocupado por mi, hace que me sienta muy mal por él—¡Sakura!

—Descuida papá—vi el inodoro y un líquido amarillento ha sido expulsado de mi boca dándome otra vez ganas de vomitar, jale la llave del agua para luego lavarme la boca y el rostro, viéndolo está muy pálido y las náuseas no me dejan en paz. Salí del baño y con una sonrisa tranquilice a mi padre—. Todo está bien.

—Estas muy pálida—me indica, siento mucho mareo y asco pero no quiero preocuparlo más—. Vamos al médico, no es normal que te enfermes de esa manera.

—Debe ser algo que me cayó mal—intento convencerlo y convencerme yo también de lo mismo—. Debo irme a trabajar, estaré bien.

—Por favor Sakura no seas terca y hazme caso hija—mordí mis labios—. Entiendo que desees trabajar y salir adelante pero sin salud nada será fácil.

—Si me sigo sintiendo mal prometo llamarte y regresar¿De acuerdo?—no tan convencido lo dejé en casa, estaba con la hora justa para llegar a la empresas de telecomunicaciones y sistemas Promtec SAC, corrí hacia la parada de autobuses para llegar a tiempo, durante el viaje mi estómago no ha estado quieto y mis ganas de vomitar volvían con fuerza.

Ingresé al inmenso lugar que gracias a Kaito logré conseguir una plaza en la sección de archivos adjuntos de la empresa. Mi misión es ordenar y archivar papeles y documentos importantes para cada departamento del lugar. Desde que llegué no me he sentido cómoda para nada, hace casi tres meses que huí como una cobarde de China y desde ese día no deje de pensar en Shaoran por nada del mundo. Aún su voz llamándome de manera desesperada retumba en mi cabeza y lágrimas de dolor se asoman en mis ojos.

Ese día mi corazón se desgarró en muchos pedazos quedando con él la parte más importante, esa donde está y estará para siempre conmigo. Estoy terminando cuando una llamada me indica que debo tener los contratos listos para un nuevo socio que está cerca de llegar. Al buscarlo el olor a papel nuevo otra vez me revuelve el estómago y rápidamente entré al baño volviendo a vomitar.

Las arcadas son tan profundas que me empezaron a preocupar. Vinieron por los papeles y Sory, una joven hermosa de ojos grises me recomendó ir a la enfermería de la empresa, no era normal que vomité de esa manera. Le dije que lo haría terminando mis obligaciones. El almuerzo llegó y por más que intente comer fue inútil. Todo el olor y sabor otra vez me revolvió el estómago. Logré soportar en todo el día mis malestares estomacales y al llegar a casa fue peor.

Papá y Fye estaban esperando por mí para cenar, era mi comida favorita y solo con verlo se me revolvió todo para volver a vomitar, está vez mi padre sin decirme nada me jaló hacia un centro de salud que está cerca de nosotros. Quiso avisarle a Kaito pero le prohibí que lo hiciera. Estaba segura que solo era algo que me cayó mal. Después de unos exámenes entré al consultorio médico y me enteré de cuál era mi problema. Uno que me cambió la vida por completo.

—Felicidades, está usted embarazada—mis los se abrieron como faroles navideños—. Los síntomas que presenta son algo normales pero si empeoran lo recomendable es que tome unos suplementos nutricionales para evitar que contraiga anemia.

Estaba en shock al inicio, solo la palabra embarazada estaba en mi cabeza. Un hijo, estaba esperando un hijo del hombre que tanto amo y amaré toda la vida. Mi sonrisa y mis ganas de llorar se manifestaron con locura infinita. Lentamente baje la mirada hacia mi vientre plano acariciandolo con tanto amor. Mordí mis labios en señal de alegría y felicidad pero a la vez de angustia.

𝑨𝒍 𝑭𝒊𝒍𝒐 𝒅𝒆 𝒕𝒖 𝑨𝒎𝒐𝒓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora