Capítulo 6. Pues lo mismo digo.

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Estuve toda la tarde en clase, más aburrida que otra cosa. 

Adrián había ido al gimnasio y no pudimos quedar cuando acabé, así que me limité a estar con mis compañeros de piso. 

No estuve casi con el móvil, y cuando me fui a mi habitación me dormí casi al instante, por lo que no hablé con el futbolista en todo el día. 

Cuando desperté a la mañana siguiente, tenía varios mensajes suyos, pero no los contesté hasta que llegué por la tarde de clase, ya que estuve muy ocupada con trabajos y tareas. 

"Si no me contestas en 5 minutos subo la que sea", era su último mensaje. 

Me había mandado varias fotos, preguntando que cuál quedaba mejor. 

Yo rodé los ojos y negué con la cabeza, porque a parte de que eran todas de fútbol, salía de espaldas en todas. 

"Estaba ocupada" "¿Tan feo eres que no subes ninguna de cara?", vacilé. 

Él seleccionó mi primer mensaje. 

"Odio que vayas a clase", contestó. 

Luego seleccionó el otro. 

"Lo hago para que la gente no se enamore más de mí", bromeó y añadió una carita de angelito. 

"Creéme que nadie hace eso", bromeé también, aunque sabía que en realidad más de medio planeta sí lo hacía. 

Él contestó con unas caritas serias. 

"¿Has estado esperando hasta ahora para que te diga las que me gustan?", pregunté divertida. 

"Pues sí, nadie me hace caso", dijo sincero. 

"Estoy pensando que tu novia es más enemiga que novia", bromeé de nuevo. 

"Cállate y elige de una vez", ordenó. 

Yo reí ante su respuesta y seleccioné las fotos que más me gustaban. 

"¿Esta no te gusta?", preguntó seleccionando la única que no había seleccionado yo. 

"¿En serio?", sonreí mirando el móvil. 

Él no contestó, y yo entré a su perfil para ver cuál colgaba al final. 

Podéis adivinar cuál era. 

"Ahora entiendo que nadie te haga caso, han debido aprender la lección", escribí enviándole la publicación. 

"Es que era la que más me gustaba", se justificó. 

"¿Entonces para qué preguntas?". 

"Por hacer algo", contestó tan tranquilo. 

Yo rodé los ojos y negué con la cabeza. 

"¿Le has dado me gusta?", se interesó después. 

"No", contesté, no lo había hecho. 

"¿Por?", preguntó. 

"Si no te sigo, ¿Para qué le voy a dar me gusta?" "Además, ni siquiera has elegido las que te he dicho yo, si lo hubieras hecho me lo habría pensado", dije sincera. 

"Qué borde eres" "¿Por qué no me sigues?", escribió al rato. 

"No sé, no me interesa tanto el fútbol", contesté sin darle mayor importancia. 

Él contestó con caritas serias. 

Entonces me llegó un mensaje de Adrián diciendo que tampoco podía venir esa noche a dormir, que al día siguiente tenía que madrugar y que prefería dormir en su casa, lo que me desilusionó bastante. 

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