Te necesito.

Capítulo 12. Pero, joder...

Al día siguiente me costó mucho concentrarme para estudiar. Tenía el siguiente examen en dos días y todavía no me sabía nada. 

No paraba de pensar en lo que había visto el día anterior. Adri me contestó a los mensajes por la mañana, pero no me dijo nada que pudiera hacerme dudar o sospechar sobre algo más, así que no conseguí nada. 

Me puse un poco de música para tranquilizarme, pero tampoco tuve mucho éxito. En exámenes mi cabeza se volvía una locomotora y no paraba de darle vueltas a todo. Estaba muy cansada mentalmente y mi mente pedía descanso, pero no me lo podía permitir. 

Leía una y otra vez la primera línea del temario y no era capaz de descifrar lo que ponía, parecía que estuviera en chino. Empezaba a estresarme y a entrarme el mal humor. 

Tenía varios mensajes de Gavi, pero no los contesté. Sabía que si cogía el móvil iba a querer desahogarme y no acabaría hasta el día siguiente, por lo que me contuve. 

En cambio, sí lo cogí cuando vi que Adri me estaba llamando. 

-¿Puedes quedar esta tarde? -preguntó nada más descolgar. 

Obviamente no podía, pero lo necesitaba. 

-Sí, ven a las 19:00 -pedí nerviosa. 

Él aceptó y después colgó. 

Entonces sí que mi cabeza no paró de dar vueltas a todo. ¿A caso debía decirle lo que había visto? No lo sabía. Seguramente se enfadaría y me diría que le estaba espiando o cualquier cosa y todavía se armaría una más gorda. 

Supuse que lo mejor sería intentar olvidarlo y hacer como si no hubiera pasado. Definitivamente decidí confiar en él de una vez por todas y armarme de las ganas que tenía de verlo. 

Seguí intentando hacer resúmenes todo el día, mientras esperaba impaciente. 

Por suerte no se me pasó tan lento como pensaba, así que pronto Adri apareció en mi casa. 

-Hola, ¿Cómo vas? -preguntó al abrir la puerta de mi habitación. 

-Bueno, no es el examen que mejor me va a salir, pero veremos -contesté encogiéndome de hombros. 

Me levanté sonriente hacia él y posé un beso sobre sus labios. 

-Necesitaba verte -susurré abrazándolo. 

Él suspiró y posó un beso sobre mi pelo. 

-Dani, siéntate, quiero hablar sobre una cosa -dijo separándose de mí. 

Yo alcé las cejas e hice caso a lo que me había pedido. 

-Verás, ya sabes que te quiero un montón y que eres una persona muy importante para mí -comenzó a hablar-. Llevamos 3 años, y te juro que han sido los mejores de mi vida. 

Yo sonreí tontamente, pero no sabía por dónde iban los tiros. 

-Eres la chica más increíble que he conocido, y créeme que no lo digo por quedar bien, realmente lo pienso -aseguró. 

-¿A qué se debe todo esto? -lo miré ilusionada. 

Parecía que por fin le habían vuelto las ideas a la cabeza, y se había dado cuenta de que no me había estado tratando como debía. Sobre todo en exámenes, que sabía que a nada se me caía el mundo encima. 

-Pues, que he estado pensando en nosotros... -murmuró sentándose a mi lado. 

Yo me giré hacia él nerviosa. 

-Y creo que lo mejor sería dejarlo -soltó de repente. 

-¿Qué? -mi sonrisa de borró automáticamente, no sabía si había escuchado bien.