Me senté en las gradas durante el entrenamiento, mientras observaba a los jugadores. Me hacía gracia que para lo serios que parecían en los partidos, en los entrenamientos eran todo lo contrario. Todos se picaban entre ellos, bromeaban y hacían el tonto.
Fijé mi mirada en el sevillano durante unos segundos. A veces me dedicaba alguna mirada también, y no podía evitar pensar en cómo sería si tuviéramos una relación de verdad, sin embargo me estremecí un poco al imaginármelo.
Aproveché para hablarles y contarles un poco a mis amigas cómo iba la cosa, y también envié unos mensajes a mi madre para que supiera que estaba bien. Ella sí sabía todo sobre lo que estaba haciendo con Gavi, y también me pidió que tuviera cuidado, así que quería que se quedara tranquila.
Acabó el entrenamiento y fui directa hacia el coche para esperar a Gavi.
-¿Qué te ha parecido el entrenamiento? -preguntó al llegar.
-Ha estado divertido, parecéis unos niños pequeños -sonreí entrando al coche.
-Mañana jugamos contra el Athletic, va a ser un partido difícil pero estamos animados -explicó abrochándose el cinturón.
-Ay, entonces jugarás contra Nico -dije al darme cuenta.
Él frunció un poco el ceño y asintió mirándome.
-¿Por qué lo dices? -preguntó luego.
-No, por nada, como sois compañeros en la selección -dije sin más.
-Ah, sí, sí -coincidió.
Fui a poner música, pero Gavi ya había conectado su móvil. Me giré para mirarlo mal, y él sonrió.
-Tendrás que ser más rápida -dijo con superioridad.
Yo rodé los ojos, pero dejé que la pusiera él mientras arrancaba y salía hacia fuera.
A la salida, había más gente que antes, y nos rodearon el coche al parar en un semáforo.
-¿Bajo la ventanilla? -preguntó Gavi mirándome.
-Si quieres -me encogí de hombros.
Entonces la bajó mientras una chica se le acercaba para hacerse una foto, y un niño le pasaba un cromo para que se lo firmara.
-Ay, muchas gracias Gavi, eres el mejor -balbuceó la muchacha mirándolo.
Él se limitó a sonreír y devolvió el cromo al niño.
-Gracias -acertó a decir el pequeño mirándolo nervioso.
-De nada, pequeño -contestó guiñándole un ojo.
Firmó alguna camiseta más, y cuando el semáforo se puso en verde se despidió con la mano.
-Qué mono -sonreí conduciendo de nuevo.
-Uy, gracias -dijo mirándome.
-Decía el niño -murmuré rodando los ojos.
-Ah, pues qué mona -habló alzando las cejas.
Yo lo miré confusa durante unos segundos.
-La chica que me ha pedido la foto, digo -aclaró después.
Mordí mi labio inferior y negué con la cabeza, mientras subía de nuevo la música.
-Estoy empezando a creer que haces eso cuando quieres que me calle -volvió a hablar bajándola.
-Estás empezando a creer bien, Gavira -afirmé.
-Cuando me llamas así todavía me pones más -soltó sin cortarse.
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Te necesito.
FanfictionDaniela es una chica normal y corriente, quien un día decide escribirle por Instagram a Pablo Gavi mandándole sus canciones favoritas. Lo que ella no espera es que el futbolista lea sus mensajes.