Al acabar de comer recogimos todo y subimos a nuestras habitaciones para arreglarnos. Las chicas vinieron todas a la mía, así que nos íbamos turnando para maquillarnos mientras hablábamos.
-Uy -dijo Gavi al abrir la puerta y ver a todas en mi habitación.
Nosotras lo miramos confusas y él soltó una risita.
-Venía a decirte que el domingo vienen Pedri, Ansu y Balde -informó acercándose a mí.
-Hala, pero el domingo nos vamos nosotras -murmuré mirándolo por el espejo-. Yo quería ver a los chicos -dije girándome hacia él.
-Bueno, pues entonces quedaros más -solucionó rápido.
-Qué va, ya llevaremos muchos días y me sabe mal -dije negando con la cabeza, mientras mis amigas nos miraban sin decir nada.
Gavi rodó los ojos.
-Te recuerdo que le has dicho a mi madre que irías a su cumpleaños. No tiene sentido que te vayas a tu pueblo y luego vuelvas a bajar -explicó obvio.
Yo reflexioné un poco y miré en mis amigas en busca de ayuda.
-A ver, tiene razón -habló Inés.
-Claro, lo lógico es que te quedes aquí y luego ir a Sevilla los dos -coincidió también María.
Yo asentí.
-Y luego a Barcelona -sonrió Gavi.
-¿A Barcelona a qué? -pregunté confusa.
-Para el Kopa y la semana siguiente el Golden Boy -recordó.
Ya ni me acoraba de eso.
Bufé y me apoyé en el armario sin saber qué hacer.
-No haberte buscado un novio futbolista -bromeó Andrea.
-Ni me lo he buscado ni es mi novio -rebatí.
Ella sonrió y las demás se miraron incrédulas.
-Bueno, ve procesándolo -dijo Gavi dispuesto a irse.
Yo rodé los ojos y lo observé.
-Ah, espera -dijo frenándose de golpe-. ¿Me tocaba a mí, no? -preguntó como en un darse cuenta.
Yo lo miré confusa, mientras él se acercaba y se posicionaba frente a mí.
-¿Qué? -fruncí el ceño.
Rodeó mi cintura con las manos y me estiró hacia él mirándome los labios. Entonces me di cuenta de a qué se refería.
-Pablo, no -dije seria.
-¿No? -preguntó alzando las cejas.
-No -contesté mientras me acercaba todavía más a él.
-Yo creo que sí -asintió frunciendo el ceño.
No me dio tiempo a decir nada más, porque pegó de golpe sus labios contra los míos dejándome casi sin respiración.
Después de unos segundos se separó y me miró con superioridad, mientras yo giraba mi cara hacia un lado para que mis amigas no vieran la sonrisa que intentaba reprimir.
-Me gustan esos pantalones, te quedan bien -dijo señalando con la cabeza los que llevaba puestos.
Yo negué con la cabeza. Él sonrió orgulloso y después se dio la vuelta y se marchó sin decir nada más.
-No quiero oír ni una palabra -advertí sin mirar a mis amigas.
Ellas empezaron a reírse y levantaron las manos inocentes.
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Te necesito.
FanfictionDaniela es una chica normal y corriente, quien un día decide escribirle por Instagram a Pablo Gavi mandándole sus canciones favoritas. Lo que ella no espera es que el futbolista lea sus mensajes.