Los días siguientes se basaron en la firma del contrato y la mudanza. Ángela, la amiga de Belén, nos estuvo ayudando con todo y nos hizo el proceso mucho más rápido.
Cuando ya teníamos todo más o menos organizado, y la casa había tomado forma de hogar, invitamos a nuestros amigos más cercanos para que la vieran y así inaugurarla de alguna forma.
-Me encanta -sonrió Sira mientras salíamos al jardín.
-Está muy bien -coincidió Balde como dando su aprobación.
-Me alegro de que os guste -sonreí.
Nos sentamos todos alrededor de la mesa que había en la terraza, y nos dispusimos a tomar el café.
Gavi acercó mi silla hacia él, para pasarme el brazo por los hombros y besar mi cabeza.
-Si se os hace grande la casa puedo pasarme por aquí a menudo -habló Ansu.
Yo rodé los ojos.
-No se nos va a hacer grande, tranquilo -aseguró Pablo.
El moreno se encogió de hombros sonriente.
-¿Sabéis algo más sobre la denuncia? -preguntó Pedri mirándonos.
Negué con la cabeza y tomé aire.
-Bueno, no penséis más en eso. Ya está puesta la orden de alejamiento y todo controlado -intervino Ferrán.
-Exacto, intentad disfrutar un poco la casa nueva y desconectar -coincidió su novia.
Yo entrelacé mi mano con la de Gavi y lo miré con un poco de pena, mientras él asentía.
Justo cuando decidí desconectar sobre eso, recibí una llamada de la policía.
-Dígame -descolgué al instante.
-Hola Daniela, soy Marcos Giménez, de la Unidad Central de Protección. Te llamo para decirte que ya se ha redactado el informe sobre el caso y que ya está puesta la sentencia -anunció un señor al otro lado.
Yo asentí y puse el altavoz para que Gavi escuchara.
-Pasaos mañana por comisaría, porque tendréis que firmar varios papeles y que se os explique un poco todo -continuó.
-De acuerdo -contesté-. ¿Usted tiene información sobre la sentencia? ¿Sabe lo que se ha decidido? -me interesé.
-Sí, ahora iba a mandártela -informó.
Tragué grueso y miré a Pablo con miedo, ante las miradas expectantes de los demás.
-¿Podría decírmela? -pregunté nerviosa.
-Claro, ahora la leo -accedió y hubo unos minutos de silencio-. ¿Se trata sobre Raquel, verdad? -preguntó después.
Yo me estremecí solo de escuchar su nombre.
-Sí -acerté a decir.
-Bien, pues ha sido condenada a 6 meses de prisión y otros 6 de rehabilitación al terminar los primeros -explicó-. Además de que se ha aceptado vuestra orden de alejamiento, y os tendrá que pagar por los daños causados -continuó.
Me llevé las manos a la boca, mientras trataba de reprimir unas lágrimas, y veía como los demás se movían nerviosos y lo celebraban tratando de no hacer mucho ruido.
-De todas formas ahora te la mando, para que la leas con detenimiento y puedas ver todo lo que se dice -habló de nuevo el oficial.
-De acuerdo, muchas gracias -murmuré.
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Te necesito.
FanfictionDaniela es una chica normal y corriente, quien un día decide escribirle por Instagram a Pablo Gavi mandándole sus canciones favoritas. Lo que ella no espera es que el futbolista lea sus mensajes.