Capítulo 58. A buenas horas te das cuenta.

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Empezaron los discursos de presentación y de bienvenida, y yo podía notar perfectamente cómo los nervios que Gavi iban aumentando. 

Estaba serio, mirando al escenario casi sin inmutarse, y sin parar de apretar la mandíbula. 

Tendí mi mano hacia la derecha, posándola sobre su pierna izquierda, la cual no paraba de mover impaciente. Entonces se giró hacia mí y sonrió levemente, para después coger mi mano y entrelazarla con la suya, mientras dirigía de nuevo la vista hacia el escenario. 

Yo tomé aire y me revolví un poco en mi asiento. Me giré hacia Pedri, quien estaba a mi izquierda y parecía no estar en absoluto nervioso. 

Qué envidia

Entonces se levantó y subió al escenario, cuando Ronaldo mencionó su nombre. Lo seguí con la mirada, y aplaudí junto a las demás personas. 

El asiento vacío de Pedri, dejó ver un asiento más hacia allá a Jude Bellingham, quien tampoco parecía estar demasiado nervioso. Lo examiné un poco con la mirada, hasta que el canario empezó a hablar. 

Después de una pequeña introducción, entre Ronaldo y él cogieron el sobre que contenía el nombre del ganador. 

-¿Quieres decirlo tú? -le preguntó el primero. 

Pedri asintió con indiferencia, y al final lo dijeron ambos a la vez. 

-Pablo Gavi -anunciaron al unísono. 

Yo me llevé la mano al pecho y miré rápidamente al sevillano, asombrada y muy pero que muy nerviosa. Él también se giró hacia mí, aunque un poco serio todavía, y besó mi mano, la cual no había soltado desde hacía rato. 

Se levantó y subió las escaleras mientras se abrochaba un botón de la americana. Dio las gracias a Ronaldo y también a su compañero, quien lo miraba de lo más feliz. 

Cuando llegó frente al micrófono, dejamos de aplaudir, y yo lo miré muy orgullosa. 

-Buenas noches a todos -comenzó a decir-. Bueno, lo primero dar las gracias por este premio, la verdad es que me enorgullece mucho y es todo un honor para mí recibirlo. Dar las gracias a La Masía y a todos los trabajadores de la misma, por ayudarme a formarme cada día y a crecer tanto en lo profesional como en lo personal. También a mi familia, que me acompañan día a día en todo lo que hago, a mis amigos, y también a los compañeros de equipo -continuó, y la gente le interrumpió aplaudiendo-. Y cómo no, a mi novia, que está ahí en primera fila apoyándome y acompañándome en todo como siempre, aunque sé que se está muriendo de nervios y está deseando irse ya a casa -sonrió y yo reí nerviosa, no sabía si porque todo el mundo dirigió la mirada hacia mí o porque se había referido a mí como su novia-. En resumen, gracias a todas las personas que han hecho esto posible, estoy muy feliz por este premio. Buenas noches y visca el Barça. 

Bajó del escenario mientras todo el mundo volvía a aplaudir, y yo trataba de recomponerme un poco. 

Se sentó de nuevo a mi lado, todavía algo serio y dirigí la mirada hacia él, aunque no se la había quitado de encima en ningún momento. 

-Enhorabuena, amor -susurré acercándome a su oreja. 

Entonces sí sonrió, y posó un beso rápido pero muy dulce sobre mis labios. Eso hizo que volviera a ponerme nerviosa, así que me escondí un poco en su hombro, mientras él acariciaba mi cara con ternura.  

Pedri bajó del escenario, y siguieron los premios de la gala del Balón de Oro, que recibió Benzema. 

Una vez terminó el evento, todos nos dirigimos a la planta de arriba, donde había como una especie de fiesta. 

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