Te necesito.

Capítulo 35. ¿Y Pablo?

Pronto llegó el domingo, y era la hora de despedirnos de los amigos de Gavi, quienes se volvían a Sevilla. 

Los acompañamos hasta la estación, donde un rato después recogimos a Ansu, Balde y Pedri. 

-¡Holaaa! -grité emocionada al verlos. 

Pedri sonrió de oreja a oreja y fue el primero en acercarse a darme un abrazo. 

-Danita -murmuró posando un beso sobre mi cabeza. 

-¿Qué tal el viaje? -me interesé mientras me acercaba a Ansu para darle dos besos, y lo mismo a Balde. 

-Bien, aunque esto está un poco en el culo del mundo -sonrió Ansu. 

Yo reí y les presenté a mis amigas, las cuales saludaron sonrientes y emocionadas. 

Volvimos a casa de Gavi y después de que se organizaran las habitaciones nos sentamos todos en el salón para hablar un poco. 

-Hoy salimos o qué -dijo Pedri dando una palmada. 

-Pensaba que no bebías -fruncí el ceño. 

-Y no bebo -se encogió de hombros. 

-No bebes poco -le corrigió Ansu. 

Yo reí y dirigí la mirada hacia Gavi, quien estaba a mi lado mirando el móvil. 

-Bueno, pues a ver cuánto aguante tenéis, futbolistas -les retó Andrea. 

Ellos rieron y le siguieron el juego. 

Entonces vi como la pantalla de mi móvil se iluminaba, y se me paró el corazón al ver quién llamaba. 

Me quedé mirádolo sobre la mesa unos segundos. 

-¿Quieres que lo coja yo? -preguntó Inés al darse cuenta. 

Yo negué con la cabeza mientras veía como Gavi dejaba su móvil. 

-¿Sí? -pregunté al descolgar. 

-Daniela, ¿En serio? -preguntó Adrián al otro lado. 

-¿Qué? Hola a ti también -dije confusa. 

-¿Dónde estás? -se interesó sin hacer caso a lo que le había dicho. 

-De vacaciones con mis amigas, ¿Por qué? -pregunté. 

-¿Con tus amigas? -ironizó-. No sabía que Pablo Gavi era tu amiga -soltó. 

Yo fruncí el ceño y miré a los demás, quienes me miraban expectantes. 

-¿Adrián, qué dices? -pregunté extrañada. 

-¿Qué te pensabas? ¿Que vivía en una cueva y no iba a ver todo? -habló de nuevo. 

Un poco en una cueva sí vives. 

-¿Ver el qué? 

-Las fotos y vídeos pasándotelo bien en el concierto de Rauw Alejandro -dijo después. 

Yo suspiré. 

-¿Y qué tiene de malo que me lo pase bien? ¿Qué pensabas? ¿Que iba a estar llorándote toda la vida? -dije un poco irritada. 

-No, pero lo que no pensaba es que fueras así -contestó serio. 

-¿Así cómo?

-Así de vendida -soltó. 

-¿Vendida? -reí irónica-. Adrián, para qué me has llamado, ¿Para esto? 

-Espero que disfrutes con él y no llores cuando te deje por cualquier otra -dijo entonces.