Capítulo 47. Los que necesites.

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Seguí el beso a Gavi durante unos minutos. Sabía que no debía, pero me era imposible separarme de él en aquél momento. Quería seguir disfrutando de su sabor y del calor de su boca. 

Dejé que entrelazara nuestras lenguas, mientras seguía rodeándome la cara con ambas manos, apretándome contra él con ganas. 

Después de un beso largo, se separó apenas unos centímetros de mi cara y se quedó observando cada parte de ella con rapidez. 

-¿Vas borracha? -preguntó confuso. 

Yo fruncí un poco el ceño. 

-Mm no -dije obvia. 

Él volvió a analizarme un poco. 

-¿Estás segura? -insistió. 

Entonces reprimí una sonrisa. 

-¿Quieres seguir besándome y callarte ya? -alcé las cejas. 

Él sonrió complaciente y se humedeció los labios. 

-Te dije que me lo pedirías -recordó orgulloso. 

-No, me dijiste que te lo estaría pidiendo en tu cama, y yo creo que estamos bastante lejos -lo corregí. 

-Bueno, entonces volveré a recordártelo esta noche -asintió. 

-Sí, ¿Sabes qué? Va a ser mejor que lo haga yo porque por lo que veo no lo has entendido -expliqué obvia. 

Entonces fui yo la que rodeé su cara con las manos para atraerlo hacia mí y fundirme de nuevo en sus labios. Él sonrió en mi boca y bajó las manos hasta mi cintura, apretándola con fuerza y ganas. 

No aguantaba más, y por mucho que me jodiera admitirlo, me moría por seguir besándolo. 

-Aquí estabais -escuché la voz de Aurora por detrás, lo que hizo que me separara de Gavi. 

Él se giró hacia su hermana mientras ella se seguía acercando. 

-Perdón por interrumpiros, pero nos vamos a ir ya a casa, os estaba llamando pero ninguno contestaba -dijo mirándonos. 

-¿Os vais ya? -la miré confusa. 

-Sí, mi prima no se encuentra muy bien -explicó encogiéndose de hombros. 

A mí me recorrió un escalofrío. 

-Ya lo sé, no sé cuánto ha bebido pero he estado un rato con ella antes intentando que no vomitara -coincidió Gavi. 

Mierda, por eso habían estado tanto rato en la habitación. 

-En fin, ya hablaremos -murmuró Aurora y se despidió con la mano. 

Yo sonreí como pude y Gavi se dio la vuelta de nuevo hacia mí. 

-¿Por qué no me habías dicho que era tu prima? -pregunté confusa. 

-Pensaba que ya te lo habría dicho mi hermana cuando te la presentó -dijo sin darle importancia. 

Tomé aire y negué con la cabeza. 

Entonces él reprimió una sonrisa. 

-Ay, Dani... No es muy de novia de mentira ponerte así de celosa -murmuró acortando la distancia entre nosotros de nuevo. 

-Tampoco es muy de novio de mentira ponerte celoso de tu mejor amigo -coincidí. 

-Es que yo en ningún momento he querido ser tu novio de mentira -se justificó. 

Yo rodé los ojos y apoyé mis manos en su pecho, para mantener un poco la distancia. 

-¿Qué vamos a hacer ahora, Dani? -preguntó rodeando de nuevo mi cintura con sus brazos. 

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