Se estaba haciendo bastante tarde, y yo ya me estaba cansando, aunque me había acostumbrado un poco más a la situación.
Sin embargo, Gavi no debía estar tan cómodo, ya que cada vez se acercaba más gente a pedirle fotos y a grabarle todo el rato, lo que hizo que sus amigos tampoco se lo estuvieran pasando del todo bien.
-Oye, ¿Y si nos vamos a casa? -preguntó Alejandro hacia Mario.
-Qué va tío, yo me lo estoy pasando bien -contestó el otro.
-Hala no, no os vayáis -intervino Sara.
Yo miré a los chicos, quienes se quedaron pensativos, y a Gavi, quien parecía no poder esperar a irse, cosa que entendía.
-¿Por qué no os venís con nosotros? -ideó entonces Alejandro hacia mis amigas-. Bueno, si a Gavi no le importa, que es su casa -añadió después.
Entonces todos dirigimos la mirada hacia él.
-A mí me da igual, sólo quiero irme -contestó con indiferencia.
-Por mi vamos -dijo Sara mirándonos.
Ahí fue cuando las miradas tornaron hacia mí.
-No sé, tías, lo que queráis -me encogí de hombros.
-Si no quieres no vamos -aseguró Sonia.
Yo las miré dudosa. No me apetecía ir porque no quería quería forzar todavía más la situación con Gavi, pero también sabía que mis amigas querían ir todas, y no iba a fastidiarles yo.
-Es igual, vamos -accedí al final.
-¿Segura? -preguntó Inés.
Miré a Gavi rápidamente y tomé aire, después asentí.
-Eres la mejor, Dani -murmuró Sonia contenta.
Yo rodé los ojos y todos nos levantamos para ir en dirección hacia casa de Gavi.
Dijo que no estaba muy lejos, así que decidimos ir andando.
Mientras caminábamos, mis amigas iban cantando y bailando, y alguno de los amigos de Gavi les seguía el rollo.
Entonces a Sonia se le ocurrió subirse encima de mí a caballito sin avisarme ni nada.
-Sonia, tía el top -me quejé al darme cuenta de que me lo había movido.
-Mierda -rió tapándome las tetas con las manos.
-Pónmelo bien -dije mientras la agarraba para que no se cayera.
Ella lo arregló como pudo y empezó a reírse.
-Ay, yo también quiero -se quejó María al ver a Sonia subida.
-Si te subes se me parten los tacones -avisé al ver su intención.
-Los tacones o tú -rió Gavi.
-Eh, pero tú qué te piensas, si puede levantarte a ti también. ¿No ves que va al gym? -aseguró Sonia.
Yo reí y Gavi asintió irónico.
-¿Qué pasa, no te lo crees? -lo miré alzando las cejas.
-Échale un puslo, Dani -ideó entonces Andrea.
-No quiero hacerle daño -dije con superioridad.
-Tú flipas -rió Gavi.
Mis amigas me miraron expectantes, y yo reté al sevillano a un pulso. Obviamente sabía que me iba a ganar, pero no pretendía que se saliera con la suya.
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Te necesito.
FanfictionDaniela es una chica normal y corriente, quien un día decide escribirle por Instagram a Pablo Gavi mandándole sus canciones favoritas. Lo que ella no espera es que el futbolista lea sus mensajes.