Capítulo 24. ¿Tú que te sabes?

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Se estaba haciendo bastante tarde, y yo ya me estaba cansando, aunque me había acostumbrado un poco más a la situación. 

Sin embargo, Gavi no debía estar tan cómodo, ya que cada vez se acercaba más gente a pedirle fotos y a grabarle todo el rato, lo que hizo que sus amigos tampoco se lo estuvieran pasando del todo bien. 

-Oye, ¿Y si nos vamos a casa? -preguntó Alejandro hacia Mario. 

-Qué va tío, yo me lo estoy pasando bien -contestó el otro. 

-Hala no, no os vayáis -intervino Sara. 

Yo miré a los chicos, quienes se quedaron pensativos, y a Gavi, quien parecía no poder esperar a irse, cosa que entendía. 

-¿Por qué no os venís con nosotros? -ideó entonces Alejandro hacia mis amigas-. Bueno, si a Gavi no le importa, que es su casa -añadió después. 

Entonces todos dirigimos la mirada hacia él. 

-A mí me da igual, sólo quiero irme -contestó con indiferencia. 

-Por mi vamos -dijo Sara mirándonos. 

Ahí fue cuando las miradas tornaron hacia mí. 

-No sé, tías, lo que queráis -me encogí de hombros. 

-Si no quieres no vamos -aseguró Sonia. 

Yo las miré dudosa. No me apetecía ir porque no quería quería forzar todavía más la situación con Gavi, pero también sabía que mis amigas querían ir todas, y no iba a fastidiarles yo. 

-Es igual, vamos -accedí al final. 

-¿Segura? -preguntó Inés. 

Miré a Gavi rápidamente y tomé aire, después asentí. 

-Eres la mejor, Dani -murmuró Sonia contenta. 

Yo rodé los ojos y todos nos levantamos para ir en dirección hacia casa de Gavi. 

Dijo que no estaba muy lejos, así que decidimos ir andando. 

Mientras caminábamos, mis amigas iban cantando y bailando, y alguno de los amigos de Gavi les seguía el rollo. 

Entonces a Sonia se le ocurrió subirse encima de mí a caballito sin avisarme ni nada. 

-Sonia, tía el top -me quejé al darme cuenta de que me lo había movido. 

-Mierda -rió tapándome las tetas con las manos. 

-Pónmelo bien -dije mientras la agarraba para que no se cayera. 

Ella lo arregló como pudo y empezó a reírse. 

-Ay, yo también quiero -se quejó María al ver a Sonia subida. 

-Si te subes se me parten los tacones -avisé al ver su intención. 

-Los tacones o tú -rió Gavi. 

-Eh, pero tú qué te piensas, si puede levantarte a ti también. ¿No ves que va al gym? -aseguró Sonia. 

Yo reí y Gavi asintió irónico. 

-¿Qué pasa, no te lo crees? -lo miré alzando las cejas. 

-Échale un puslo, Dani -ideó entonces Andrea. 

-No quiero hacerle daño -dije con superioridad. 

-Tú flipas -rió Gavi. 

Mis amigas me miraron expectantes, y yo reté al sevillano a un pulso. Obviamente sabía que me iba a ganar, pero no pretendía que se saliera con la suya. 

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