Capítulo 19. ¿No te quedas aquí?

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Dejé a Gavi en casa de Balde y me dio las llaves de la suya para que yo pudiera volver. 

A mí no me apetecía salir, pero tampoco quería ser un inconveniente para que Gavi no saliera, así que no me importaba quedarme sola en casa del futbolista. 

Llegué, me puse el chándal y después de tirarme larga en el sofá me puse a mirar un poco tiktok. 

Casi me da un infarto cuando entré y apareció mi cara en primer plano. 

Me incorporé un poco y miré el vídeo entero. 

Era de cuando estábamos saliendo del estadio. En la descripción del mismo preguntaban que quién era yo y por qué estaba llevando a Gavi. 

Mis nervios aumentaron cuando fui a entrar a los comentarios, ahí podía haber cualquier cosa. Muchos decían que era una amiga, otros su novia, otros que creían que era su prima, y así mil cosas. 

Entendía que la gente se extrañara, porque no me habían visto nunca, pero de ahí a decir que soy su prima o cualquier cosa, había un rato. No me entraba en la cabeza que la gente pudiera inventar tantas cosas. O sea, si no sabes quién es una persona, no digas nada y ya está, no te pongas a divagar y a imaginar cosas. 

Fui bajando por la aplicación, y ese tipo de vídeos volvían a repetirse, y yo no hacía más que rezar para que a mis amigas no les saliera en tiktok. 

Me dormí al cabo de un rato ahí mismo, hasta que mi móvil comenzó a sonar. Miré la hora antes de cogerlo: las 4 de la mañana. 

-¿Sí? -contesté todavía un poco dormida. 

-Hola Dani, ¿Estás despierta? -balbuceó al otro lado Gavi. 

-Ahora sí -ironicé-. ¿Ha pasado algo? ¿Estás bien? -pregunté rápido. 

-Sí, sí, tranquila, estoy bien -aseguró-. Era solo por si me podías venir a buscar, estos se van a quedar a dormir aquí y no hay ningún taxi -explicó, aunque se trababa bastante. 

-Claro, ya voy -acepté. 

Colgué y después de despejarme un poco, y con el chándal que llevaba, cogí las llaves del coche y me dirigí de nuevo hacia casa de Balde. 

Esperé fuera a que saliera Gavi, y tras un par de minutos por fin lo hizo. 

-Hola -saludé cuando entró. 

-Hola, siento haberte despertado -dijo abrochándose el cinturón. 

-No pasa nada -sonreí. 

Sabía que Gavi no solía beber, pero apestaba a alcohol a mi lado. 

-¿Te lo has pasado bien? -pregunté por hablar de algo mientras conducía. 

Él rió un poquito. 

-Sí, están como una cabra -empezó a decir-. Hemos jugado a prueba o verdad y Pedri ha terminado en la piscina en calzoncillos -rió de nuevo. 

Yo sonreí y negué con la cabeza. 

-¿Tú que has hecho? -se interesó. 

-Nada, he estado mirando un poco el móvil y me he quedado dormida sin darme cuenta -conté sin más. 

Gavi me miraba y asentía. 

-Ah, por cierto, ¿Has visto los vídeos de tiktok? Salimos en un montón, qué vergüenza -murmuré. 

-¿Vergüenza por qué? -preguntó confuso. 

-Pues porque yo nunca había salido en internet y no sé, me da vergüenza que me graben, aunque sé que lo hacen por ir contigo, obviamente -dije de nuevo nerviosa. 

Te necesito. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora