Seguí a Gavi por un pasillo, hasta que llegamos a otra puerta. Entramos y dentro solo había un sofá, una mesita y como una especie de minibar.
Di una vuelta observando todo mientras Gavi se apoyaba en el respaldo del sofá mirándome.
-¿Qué es esto? -pregunté acercándome a él.
-Una sala privada -contestó obvio.
Yo entrecerré los ojos y me posicioné en frente.
-¿Y para qué quieres tú una sala privada? -murmuré.
Gavi sonrió y me acercó del todo a él.
-Para esto -contestó besándome.
Yo sonreí en su boca y dejé que invadiera la mía con su lengua, mientras saboreaba una vez más el gusto a ginebra.
Cada vez me besaba con más ganas, y yo me fui alejando poco a poco, haciendo que me siguiera, hasta que mi espalda chocó contra la pared.
-Como te gusta jugar -susurró bajando a lo largo de mi cuello y llenándolo de besos.
Sonreí complaciente y cerré los ojos dejándome llevar.
Entonces levantó el top que llevaba sin nada debajo, mientras empezaba a manosear mis tetas y volvía a subir hacia mi boca.
Solté un gemido ahogado y busqué su boca desesperadamente. Él me correspondió apretándome contra la pared, y después cogiéndome por las piernas para subirme a él.
Se dirigió conmigo en brazos hasta el sofá, sentándonos a ambos y dejándome a horcajadas sobre sus muslos.
Yo comencé a moverme encima de él, sin separarme de su boca mientras agarraba su nuca y él mi culo.
Pude notar perfectamente cómo se iba poniendo duro debajo de mí, así que me apreté todavía más a él, mientras bajaba por su cuello dejando un rastro de besos y lametones.
Le quité la camiseta y seguí bajando por su pecho y su abdomen, hasta llegar a su pantalón. Lo miré desde mi posición mientras él enredaba las manos en mi pelo y asentía apretando la mandíbula.
Entonces desabroché el botón, y lo mismo con la cremallera, bajándole después los pantalones y los calzoncillos, quedando su miembro frente a mí.
Comencé a acariciarlo con la mano, haciendo que llegara a un nivel de dureza increíble, y después acerqué mi boca a él para comenzar a lamerlo por los lados.
Gavi soltó un suspiro y levantó la cabeza hacia el techo. Sabía que no aguantaba más, así que en lugar de seguir haciédolo sufrir introduje su miembro en mi boca muy lentamente, a lo que él apretó el pelo que tenía entre sus dedos y empujó mi cabeza hacia su cuerpo.
-Joder, Dani... -balbuceó.
Yo levanté de nuevo la mirada hacia él y comencé a subir y bajar mi cabeza, succionándolo una y otra vez, aumentando poco a poco la velocidad.
Podía ver el abdomen de Gavi, hincharse y encogerse por la respiración agitada. Posé mi mano sobre él, y fui bajándola hasta llegar de nuevo a su intimidad, para rodearla y subir y bajar por ella a la vez que movía mi cabeza.
Gavi siguió soltando suspiros, hasta que agarró mi cabeza y me levantó hacia él, agachándose después para coger un preservativo de la cartera mientras yo me quitaba la ropa.
Se lo puso y me posicionó de nuevo encima de sus muslos, para luego introducirse dentro de mí lentamente.
Entonces solté un gemido muy alto al notarlo por fin entero dentro de mí, lo que hizo que Gavi me tapara la boca con la mano.
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Te necesito.
FanfictionDaniela es una chica normal y corriente, quien un día decide escribirle por Instagram a Pablo Gavi mandándole sus canciones favoritas. Lo que ella no espera es que el futbolista lea sus mensajes.