Después de cenar nos sentamos todos en el comedor y algunos se fueron a dormir.
-¿Alguien se baña? -preguntó Sonia.
-Va, yo, que sino me duermo -coincidí y me levanté para ir a ponerme el bikini.
Mis amigas hicieron lo mismo y también Gavi y Alejandro.
Volvimos a bajar y salimos al jardín.
Gavi se tiró de cabeza, y yo entré lentamente por las escaleras, mientras los demás se sentaban en el bordillo.
-Me gusta mucho el sur, la verdad -dijo Sonia.
-A mí también, pero no sé si me gustaría vivir de seguido -coincidió Andrea.
-A ver, pero eso es como en el pueblo. A mí me encanta pero tampoco viviría ahí -expliqué.
-¿No? Tía, yo sí -se sorprendió Andrea.
-No sé -dije encogiéndome de hombros.
-¿Y dónde vivirías? -se interesó.
-En Barcelona -contestó Gavi por mí.
-Pues no -rodé los ojos-. No sé, la verdad.
Intentaba concentrarme en lo que decían los demás, pero me costaba bastante trabajo con Gavi merodeando por al lado sin camiseta y con el pelo mojado.
No quería acercarme a él, pero mi cuerpo era como un imán que no paraba de intentar hacerlo, así que al final cedí.
Me posicioné detrás de él y me agarré a su espalda.
Me sorprendió que no tuviera ninguna reacción, como si lo tuviera muy normalizado.
-Oye, no os quiero incomodar, ¿Pero vosotros por qué no os liáis de una vez? -preguntó Sonia.
Yo casi me atraganto con mi propia saliva al escucharla.
-Ah, bueno, si no los quieres incomodar -rió Alejandro.
-No, a ver. Lo digo porque se nota a kilómetros que os tenéis ganas, y no paráis de buscaros el uno al otro, pero no espabiláis -explicó mi amiga.
Yo me encogí de hombros.
-Si no lo hacemos no será porque yo ponga inconvenientes -murmuró Gavi.
-Si bueno, hablas como si lo tuvieras súper claro -dije separándome de él.
-Es que lo tengo -aseguró.
Yo rodé los ojos.
-Si no lo hacemos es porque sé que sería muy difícil sobrellevarlo. Seguramente uno de los dos se enamoraría, y creo que es obvio quién -dije refiriéndome a mí.
-¿Y qué hay de malo en eso? -preguntó Andrea.
-Pues que yo vivo en Zaragoza y estoy con la carrera. Pablo en Barcelona y 24/7 es todo fútbol, sería imposible, sólo lo pasaríamos mal -expliqué.
-Qué pocas ganas pones -murmuró Gavi.
-No, pongo realismo -aseguré.
-Bueno, si creéis que así estáis mejor... -dijo Andrea sin solución.
-No, no, no hables en plural -se quejó Gavi.
Mi amiga se encogió de hombros y yo lo miré seria.
-Pablo, vamos a ver, piensa un poco -pedí.
-Ya lo hago, y no lo veo tan difícil -contestó.
Yo no contesté. Pensaba que Gavi lo veía muy fácil para lo que realmente era.
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Te necesito.
FanficDaniela es una chica normal y corriente, quien un día decide escribirle por Instagram a Pablo Gavi mandándole sus canciones favoritas. Lo que ella no espera es que el futbolista lea sus mensajes.