Divorce (Bonus con resultados sexuales)

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Muy poco tiempo para escribir, pero no puedo creer que lo poco que tengo lo empleo en escribir cosas eroticas... creo que me esta afectando tanto trabajo.

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Jack maldijo en voz baja mientras su pierna izquierda golpeteaba el piso del auto.

–Tranquilo– Elsa se rio un poco ante el rostro de impaciencia de su esposo.

Habían pasado varios meses desde su separación y desde que comenzaron a asistir a terapia de parejas y ahora este San Valentín había resultado de forma inesperada. Con ambos muy calientes en medio del trafico a causa de un pequeño choque vehicular.

–Eso me gano por escoger un restaurante tan lejos– Jack resopló frotándose la cara con las palmas de sus manos para después dejar caer una de sus manos sobre la rodilla de Elsa.

Elsa sonrió ligeramente ante la agradable sensación de la yema de sus dedos acariciando su piel, también podía sentir el metal de su argolla. Por un momento quiso distraer sus acalorados pensamientos mirando hacia adelante en busca de señales de movimiento.

Una de las comisuras de Jack se elevó de forma traviesa al ocurrírsele otra brillante idea esa noche. Con sus falanges acarició la piel sedosa de Elsa, moviéndose cada vez más hasta acercarse al borde de su vestido.

–Se lo que estas haciendo– Elsa puso una de sus manos sobre la mano que la acariciaba para frenarlo con gentileza –No lo vas a lograr– aseguró.

Ambos se miraron de forma traviesa –¿No lo haré?– preguntó con voz seductora inclinándose sobre ella para besarla apasionadamente. Sus labios se movían contra los de ella con impaciencia, todavía podía sentir el sabor del vino que habían bebido hace rato.

Elsa se permitió relajarse usando sus manos para acariciar su cabellera, notó que estaba usando gel, pero como era usual, su cabello era implacable y ella amaba eso.

Soltó un gemido repentino al sentir su sexo siendo acariciado por los dedos de Jack a través de su ropa interior.

–Eso fue trampa– lo miró indignada.

–Si, lo fue– él le dio una enorme sonrisa resplandeciente antes de volver a estrellar sus labios contra los de ella con aun más impaciencia y esta vez ella no quiso negarse al sentir sus dedos apartando su ropa interior.

Brincaron separándose al escuchar el claxon incesante a un lado de ellos.

–¡Eso es aun más asqueroso!– tanto como Elsa y Jack abrieron los ojos al reconocer al sujeto de las patillas que estaba en el restaurante –Hay familias aquí–

Pronto otros sonidos de claxon se le unieron, la fila había vuelto a avanzar.

–Mierda– Jack se apresuró a pisar el freno, mover la palanca de cambios y comenzar a acelerar.

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El resto del camino fue tranquilo, no volvieron a provocarse mutuamente, ni siquiera a tomarse las manos en cada semáforo rojo que les tocaba.

–Bueno, hogar dulce hogar– dijo Jack abriendo la puerta del apartamento y dejándola entrar primero.

Elsa analizó el lugar, no había estado aquí desde aquella vez –Wow, compraste una mesita, eso es atrevido– se burló un poco de él porque el lugar seguía casi igual de vacío.

–Lo sé– él sonrió acercándose a la cocina –También tengo un juego de vajilla– abrió un gabinete revelando la caja sellada.

–¿Que Hipo no viene a visitarte?– preguntó Elsa extrañada al que solo hubiera un par de platos y vasos fuera del gabinete.

Jelsa one-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora