Ser coqueto era algo que Jack Frost llevaba en la sangre, no a tal grado de ser como uno de sus mejores amigos, Eugene Fitzherbert; pero le gustaba como las chicas y chicos se sonrojaban ante su filtreo, le daba cierta descarga adrenalina que se sentía muy bien. Eso sí, no era un patán, solo coqueteaba con quienes tuviera la intención de salir en serio.
Tooth, Katherine, Hipo y Emily, sus exparejas podían jurar por su propia vida que lo que les atrajo en primer lugar de Jack era la manera juguetona en la que solía atraparte en esa atmósfera que te hace sentir mariposas en el estómago.
Hasta que apareció alguien que resultó ser inmune a todo esto.
Elsa de Arendelle, o como todos la conocían en el campus, La Perra de Hielo.
Jack la conoció por primera vez cuando los asignaron para trabajar juntos para un proyecto de la universidad, la selección había sido completamente al azar y que ellos hayan coincidido no fue más que mera casualidad. Una vez la clase se acabó, Jack esperó que su nueva compañera se acercara a él para poder conversar sobre que sería lo siguiente para ellos y su trabajo, pero en lugar de eso solo la vio tomar sus cosas y salir de la enorme aula junto al resto de los estudiantes.
Jack se apresuró a tomar sus pertenencias y bajar a toda velocidad para alcanzarla ya que él se sentaba en las mesas de arriba.
–¡Elsa!– gritó alcanzándola afuera del edificio donde ya estaba haciendo más frio y nevando.
–¿Si?– no se molestó en siquiera levantar la mirada para verlo.
Jack parpadeó confundido –Yo... Quería saber si querías reunirte esta tarde para trabajar en el proyecto, es para la próxima semana y tal vez sería bueno comenzar... –
–No gracias– respondió rápidamente –Creo que cada uno puede hacer una parte por su cuenta, nos repartiremos el trabajo, así será más rápido– declaró con seguridad.
Esto dejó más que pasmado a Jack, quien no pudo hacer nada más que soltar una risa nerviosa –Créeme, eso de repartirse el trabajo nunca funciona, quedará horrible– y el chico tenía razón, era muy difícil que dos personas diferentes lograran hacer que un trabajo se viera homogéneo haciendo las cosas por separado.
–Descuida, si tienes al menos una pizca de competencia en tu pequeño cerebro eso no debería suceder– sonrió como si no lo hubiera insultado y caminó unos pasos –Pero si te resulta tan complicado hacer algo tan simple no te preocupes, yo me encargo de todo–
Jack se quedó estático en su lugar sin poder responder a todo lo que le acababa de decir, solo la vio alejarse y perderse entre la gente.
.
Eugene soltó una carcajada sonora ahogándose con su soda –¿De verdad te dijo todo eso?–
–Sí– respondió desanimado mientras jugaba con sus guisantes y pure de papas.
El chico de barba volvió a reír –Tranquilo, no por nada le pusieron ese apodo– le dio una palmadita en el hombro.
–¿Ahora que se supone que debo de hacer?– preguntó a sus amigos.
–¿De verdad es muy importante ese trabajo?– cuestionó Kristoff –Porque podrías simplemente no hacerlo.
–No, no quiero hacer eso, me gusta esta clase y no dejaré que una simple Karen me arruine–
–Entonces utiliza tus encantos– sugirió su exnovio y ahora amigo, Hipo –Siempre has sido bueno tratando con las personas–
–Si, suena como un reto– dijo Eugene –Enamorar a la Perra de Hielo será tu mayor logro–

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Jelsa one-shots
De TodoUn recopilatorio de historias Jelsa que rondan por mi cabeza. Un poco de todo.