Tengan por seguro que quiero hacer una historia de este one-shot porque me encantó como quedó ❤️
.
El lujoso auto Rolls-Royce de último modelo color blanco se detuvo justo en la entrada del lujoso hotel cinco estrellas de la paradisiaca isla de Mallorca, España. El chofer, quien obviamente vestía un elegante traje negro, abrió la puerta del piloto para bajar y abrir la puerta del asiento trasero y ofreciéndole la mano enguantada a la billonaria Elsa de Arendelle, cuyo apellido se remonta a la realeza del norte de Noruega. En la actualidad la familia conservaba algunos títulos, pero su riqueza no provenía solo por pertenecer a la nobleza, claro que no; los descendientes habían sido lo suficientemente inteligentes para no malgastar la fortuna de la familia como muchos otros suelen hacer para quedar en la quiebra, ellos lo habían invertido de forma astuta hasta lograr el patrimonio que en la actualidad poseían.
Desgraciadamente para Elsa, ella perdió muy joven a sus padres, dejándola sola con su hermana al mando de todo lo que tenían, pero ella no tenía miedo; desde que nació la habían instruido, como si de un robot se tratara, para manejar todo esto. Eso le permitió a la familia sobrevivir, ¿pero a que costo?.
Elsa no era feliz, la pesada carga que llevaba sobre sus hombros la aplastaba cada día más, pero dentro de todo, se aliviaba de que fuera ella y no su pequeña hermana, por suerte Anna ahora estaba estudiando medicina en la mejor escuela y tenía un novio el cual la amaba por quien era y no por lo que tenía. Mientras ella estaba completamente sola, luchando por no ser devorada por este mundo elitista.
Si alguien le preguntaba si dentro de los círculos sociales de la gente adinerada ocurrían las cosas turbias de las que tanto se comentan, ella lo negaría rotundamente; no porque no fuera cierto, todas esas cosas si sucedían, y no es que ella lo aprobara o le gustara esto... pero todos sabían lo que pasaba si alguien se atrevía a derramar la sopa. Dentro de este círculo selecto había buenas personas, pero también gente totalmente asquerosa y ella lo había visto y oído todo a sus cortos veinticuatro años de vida, desde drogas hasta prostitución y pedofilia.
Por ello cuando recibió la invitación para asistir a aquella reunión en aquel lugar y escuchar quienes eran los otros invitados supo que no sería una inocente fiesta de ricos, pero tenía que ir, no había opción.
El botones condujo a Elsa por los pasillos cargando su equipaje en un carrito transportador hasta llegar a su suite, usó la llave electrónica para abrir la puerta permitiéndole a Elsa entrar primero mientras le sostenía la puerta.
–Gracias– dijo Elsa entrando a la sala principal de la habitación, suspiró al ver lo bonita que era. Vio que las grandes ventanas permitían el paso de la luz de forma generosa, se acercó a estas para abrirlas y ver que la vista al mar color turquesa era tan espectacular como las otras que había visto.
–¿Dónde quiere su equipaje señorita?– preguntó el joven temeroso de interrumpirla.
–Oh, en la habitación principal, por favor– respondió ella recordando que todavía no estaba completamente sola, mientras el chico se encargaba del equipaje ella se quitó los tacones de aguja que la estaban matando y se sentó en el lujoso sillón, vio que había una barra de bebidas y se prometió a sí misma premiarse en cuanto pudiera.
–¿Necesita algo más, señorita?– preguntó el chico.
Elsa negó con la cabeza –Eso es todo, puedes retirarte, gracias– dijo con cordialidad recibiendo un asentimiento como respuesta para luego escuchar como cerraban la puerta tras de ella.
Se puso de pie y caminó a la barra para servirse algo, no muy fuerte, porque tenía que estar sobria para el evento de esta noche –Apenas son las once– dijo viendo su teléfono celular, tenía el tiempo suficiente para bajar un rato a la piscina, fingir socializar con los demás, comer algo y después volver a arreglarse.
ESTÁS LEYENDO
Jelsa one-shots
RandomUn recopilatorio de historias Jelsa que rondan por mi cabeza. Un poco de todo.