The Date

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Elsa miró con frustración a Jack Frost desde su casillero, se sentía impotente cada vez que lo veía y cada día que pasaba mas se odiaba a si misma por no poder invitarlo a una cita.

–Hola, Els– la saludó su mejor amigo, Hans Westergaard.

–Hola– respondió desanimada mientras cerraba la puerta de su casillero.

El pelirrojo miró en dirección a Jack –¿Otra vez suspirando por el ancianito?– preguntó de forma burlona.

–No lo llames así– lo regañó ella –Y no, no estoy suspirando– aclaró.

–Elsa, deja de ser cobarde, solo tienes que ir ahí y decirle "Hola, ¿te gustaría salir al cine?"– dijo como si fuera algo obvio.

Ella negó con la cabeza –Yo lo sé, no tengo problemas con eso, lo que me asusta es la respuesta de él–

–Elsa, ¿Qué es lo peor que pueda decir?– preguntó –¿No?–

–O podría decir no y burlarse de mi– argumentó.

Hans pensó por unos segundos –¿De verdad crees que Jack Frost sea uno de esos chicos?– cuestionó.

Elsa se mordió el labio pensativa y negó con la cabeza –Tienes razón, Jack jamás haría eso–

–Pues ahí tienes tu respuesta– le sonrió a su amiga.

–Bien, lo haré más tarde– asintió con mirada decisiva.

.

Más tarde ese día ella se acercó a Jack cuando notó que él estaba completamente solo, seria la oportunidad perfecta. Tomó una gran bocanada de aire y caminó hacia él.

–Hola, Jack– saludó con mucho más entusiasmo del que quería, se dio una bofetada mental.

El peliblanco levantó la mirada con una gran sonrisa –Hey, Elsa–

–Sabes... me preguntaba... yo solo quería decir-decir que si-quiero decir– comenzó a liarse con las palabras y Jack solo la miraba confundido –¿T-te gustaría salir?– finalmente pudo articular.

El chico se encogió de hombros –Claro, salgamos– respondió abriendo la puerta que daba al patio exterior de la escuela y ambos cruzaron la puerta –Bien, salimos, ¿Qué ibas a decirme?– preguntó.

Elsa se quedó boquiabierta tratando de procesar lo que acababa de suceder, ella lo había invitado a salir y él creyó que ella se refería a salir al exterior.

–No importa– dijo alejándose de él.

Entró de nuevo a la escuela encontrándose con que Hans la esperaba ya –¿Y bien?, ¿Cómo te fue?– le preguntó con curiosidad.

–Terrible– respondió con tristeza y desaliento –No lo entendió–

–Descuida, ya podrás volver a intentarlo– trató de consolarla él.

A Elsa le brillaron los ojos al tener una idea –O podrías pedírselo tu por mi– batió sus pestañas de forma inocente.

Los ojos de Hans se abrieron –¿Estas loca?, absolutamente no– se negó alejándose de ella.

Ella lo siguió –Por favor– le suplicó juntando las dos manos –Por mi–

El pelirrojo suspiró, decirle que no a su mejor amiga y prima no era algo sencillo –Bien– aceptó con resignación.

–Genial, por aquí– lo tomó del brazo guiándolo hacia donde había visto a Jack por ultima vez, en el patio, por suerte el seguía ahí –Okey, tu turno– empujó a Hans en dirección a Jack.

El muchacho la miró con preocupación y ella lo animó levantando un pulgar en alto, él rodó los ojos con fastidio y solo siguió caminando hacia Jack.

–Hola, Jack– lo saludó parándose a su lado.

–Hey, ¿Qué tal?– levantó la vista de su teléfono celular –¿Sucede algo?–

–No, no. Solo quería preguntarte si tal vez te gustaría salir con mi prima, Elsa– soltó aquellas palabras de golpe porque no sabía si podría volver a decirlas.

Jack lo miró confundido –Oh... pero si ya estamos afuera– respondió.

–No, o sea...– tomó una gran bocanada de aire tratando de no perder la paciencia con el chico que no parecía ser muy avispado –Lo que trato de decir es que... ¿te gustaría salir en una cita?–

El peliblanco lo miró con sus lindos ojos azules y ladeó la cabeza –Oh, sí, me gustaría– sonrió.

Hans apretó los puños al sentirse victorioso.

–Pero... ¿solo como amigos, verdad?– esto le borró la sonrisa a Hans –Me agradas mucho, Hans, pero la verdad es que no te veo como algo más que solo un amigo... Además, creo que me gusta tu prima. Como sea, ¿viernes a las seis?, si quieres paso por ti– se despidió dándole una palmada en la espalda.

Mientras tanto Hans se quedó boquiabierto y sin palabras.

Elsa se acercó con cautela a Hans –¿Y bien?– preguntó nerviosa –¿Tengo una cita con Jack?–

Hans la miró formando una delgada línea con los labios –No, pero yo sí– se encogió de hombros.

Jelsa one-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora