Mis días y noches cada momento eran más asfixiantes y sofocantes, no hacía más nada que no fuera tomar medicamentos y terminar de construir aquel vestido que necesitaba para la gala benéfica del alcalde. Por otro lado, Demián no se despegaba de mi (cuando se encontraba en la casa.), siempre estaba pendiente de todo mi chequeo en algunas ocasiones dormía a mi lado y en otras ni aparecía.
Tan sólo faltaban seis días para que mi hermoso y poderoso vestido fuera una bomba, no podía mentir, el miedo siempre llegaba a mi por alguna extraña razón, no sabía como lo vería la audiencia y eso me ponía los nervios de punta.
-- ¿Deseas algo más?. -- Mérida aquella enfermera que Demián había contratado para mis servicios se encontraba casi al borde de la cama buscando unas pastillas que se me habían caído.
--No..--Tomo entre mis manos las pastillas para sonreírle. --.., muchas gracias señorita, puede retirarse.
La verdad era un estrés tener muchas personas merodiandote a cada segundo, no tenía vida social, simplemente hacia lo que las personas o mejor dicho, Santini y Demián querían que hiciera. Y si, quería pelear y abstenerme a sus reglamentos, pero estábamos hablando de mi bebé, así que debía seguir indicaciones con la boca cerrada.
Jamás pensé en hacer lo que un hombre me pidiera hasta que salí embarazada.
-- Ves lo que haces pequeño.--Toco mi abdomen para sonreír.--.Espero no crezcas mucho, no quiero parecer un lagarto.
Me levanto lentamente de la cama para ducharme, necesitaba salir de esta habitación si no me volvería completamente loca.
Tarareo lentamente la melodía de la canción de cuna para comenzar a salir lentamente de la habitación. Ya había conseguido la aprobación de Santini para salir, pero los Petrov aún consideraban una amenaza que yo saliera de aquella cueva.
Bajo lentamente las escaleras para entrar a la cocina, unas dos mujeres algo mayor se encontraban cortando algunas verduras y al notar mi presencia me sonríen.
-- Desea algo.- con una gran sonrisa me pregunta una de las mujeres..
--No, sólo venía por un poco de agua.
-- He preparado jugo de frutos rojos, por si deseas tomar.
--Esta bien..--Intento caminar hacia el refrigerador pero soy detenida en el proceso por la otra mujer.
-- Sientese yo se lo busco señora..-- la mujer toma en sus manos un vaso para luego ponerlo en mis manos.
Todo esto me desconcertaba, yo estaba embarazada, no padecía de ninguna enfermedad como para que me tratarán como sí de verdad tuviera una.
-- ¿Como sigue con su embarazo?.-- la mujer que me dió la bienvenida intenta conversar conmigo.
-- Muy bien gracias a dios.
-- Pertenece usted a alguna religión.
--No, sólo creo en dios y con eso me basta.
--Yo no creo en el, ni en nadie. -- articula.
-- respeto su decisión.
Quería saber porque no creía en el, pero la figura de Dania se hace presente dejándome con la palabra en la boca.
-- ¡Keityn!-- se sorprende al verme.-- ¿que haces aquí abajo?.
-- Ha venido por algo de beber --Habla por mi aquella mujer que me entrego el jugo.
-- Bueno querida suba a la habitación, debe cuidarse y mantener reposo.
--Esta bien. -- me despido de las empleadas para luego salir de la cocina.
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Quédate.
Fiksi RemajaEn un mundo donde las relaciones laborales y personales chocan, una joven se encuentra atrapada en un torbellino de emociones tras iniciar una aventura clandestina con su jefe, Demián Petrov, conocido cariñosamente como "Mi Señor Gruñón". Aunque al...