Salvaje Amazona

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He pasado toda la tarde con mi madre, hemos hablado de Loki y lo que supone ser miembro de la Casa Real Asgardiana

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He pasado toda la tarde con mi madre, hemos hablado de Loki y lo que supone ser miembro de la Casa Real Asgardiana. Ciertamente habían cuestiones que quería tratar con Loki, pues sabía que una vez me apellide Odinson, no habría vuelta atrás.

—¡Iris, la cena! —grita mi madre.

Bajo, y en la cocina ya se encuentran ambos aderezando sus platos. Miro la silla de Aria, vacía.

—Qué extraño no verla. —murmuro bajito, pero lo suficiente alto para que ellos me escuchen.

—Bastante. —responde mi padre serio y percibo una lágrima correr por su mejilla.

—Papá…

—Tranquila, estoy bien. No todos los días un padre entrega en matrimonio a sus dos hijas. —Mi pecho se encoge.

—¿Eso significa que…? —Tengo miedo de pronunciarlo.

—Tienes nuestro consentimiento. —responde derrotado, entiendo cómo pueden sentirse.

—Te recuerdo, que cómo te haga algo…

—Morirá entre terrible sufrimiento. Lo he grabado a fuego, ahora sólo queda que se lo digas a él. —sonreímos.

—Mañana vamos a Palacio a ver a tu hermana. Si gustas acompañarnos podríamos hablar con el Príncipe también.

—¡Ohhh! De haberlo sabido antes no hubiera hecho planes. He quedado a primera hora con Volkyr para salir a montar. —El pan está realmente delicioso. Estas son las cosas que echaré de menos.

—¿Y Loki lo aprueba? —Me pongo como un tomate, no de vergüenza, sino de rabia.

—¿Se puede saber qué hay de malo en salir a pasear con un amigo que es como si fuera mi hermano?

—Nada, simplemente que conociendo a tu futuro esposo, me sorprende que no ponga reparos.

—Pone reparos. —interviene mi madre. —Pero Loki no cuenta con que su futura mujer tiene más agallas que él.

Nos quedamos mirando los tres fijamente, podríamos iniciar una batalla pero nos reímos.

—¡Pobre Loki! No sabe la que tiene encima contigo.

—¡Qué chistoso está papá ésta noche!

JAJAJAJAJAJAJAJA.

Las risas generalizadas alivian la tensión y me siento bien, por primera vez en mucho tiempo, siento que esa estancia es mi hogar.

Una hora después...

En mi habitación suelto el recogido, acaricio el lazo verde, aún huele a nosotros, pero ese olor sólo lo conocemos él y yo. Lo guardo en el cajón del tocador, no quiero perderlo, es perfecto para nuestros encuentros.

Mañana tengo que madrugar bastante, así que dejo la ropa preparada sobre la cama de Aria. Siempre deseando tener una habitación para estar sola, y ahora resulta que no estaba tan mal.

💚𝑺𝒂𝒍𝒗𝒂𝒋𝒆 𝑨𝒎𝒂𝒛𝒐𝒏𝒂💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora