La Reina

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—Buenos días… —los susurros de Loki me despiertan.

—Tengo sueño…

—Venga, dormilona, tenemos que ir a Palacio.

Casi prefiero seguir durmiendo, no me seduce nada la idea de tener otro problema con mi hermana.

—Loki… no… —pongo la almohada en mi cabeza.

—Eres la Princesa de Asgard, tienes un deber.

—Seré Princesa, pero también persona… Tengo sueño… —apenas sale la voz de mí.

—¡JA, JAJAJA! ¿Pero qué me encuentro aquí? Una noche a tu lado y ya has perdido las ganas de luchar. —eso me molesta tanto que me levanto rápida para enfrentarlo, el camisón se ha enganchado dejando la parte delantera completamente abierta, pero me da igual.

—Escúchame bien Loki Laufeyson, desde que nuestras miradas se cruzaron en aquel pasillo, he tenido que batallar cientos de situaciones incómodas, luchas e incluso sobreponerme a mí propia vida por qué tú, decidiste que no debía vivir. Así que, si me lo permites, descansaré un poco más para seguir mis obligaciones como miembro de la realeza Asgardiana. —creía que mi discurso surtiria efecto, pero no. Su mirada profunda mostraba algo más pasional que otra cosa.

—Adoro el efecto de las hormonas en tí. —mira mi pecho.

—Los ojos los tengo en la cara.

Me mira nuevamente. Sus dedos se mueven y mi camisón cae por completo.

—¿Te gusta lo que ves? —pregunto mientras paso mis manos por mis muslos.

—Ohhhh sí.

—Pues míralo bien, porque hoy nos los vas a catar. —me subo el camisón mientras se acerca a la cama.

—Ni lo sueñes. —masculla y se genera el escudo que apareció en la lucha con mi hermana.

—¿Qué? —pone sus brazos en sus caderas. —¡No puedes privarme de tu madre! ¡Es mi mujer! —me río, parece un niño pequeño.

—No te está privando de tu mujer, está protegiendo a su madre. —me acuesto para seguir descansando mientras acaricio mi vientre. —Gracias, tesoro.

—Jovencito, estás castigado. —su voz es grave, baja las escaleras y escuchó como cierra la puerta de casa.

—No te preocupes, mamá te levanta el castigo. No se lo tengas en cuenta, tu padre tiene un carácter algo complicado, pero te aseguro que te ama como a nadie.

…………..

Tengo un enfado de mil demonios y mientras Iris duerme, quiero hablar con Sigyn. Me voy hasta la casa de aquel que llama a mi esposa “bichejo” y toco la puerta.

—Buenos días, Loki.

—Hola Volkyr. —espero para ver si me ofrece entrar, este chico será bueno pero a veces parece tonto. —¿Puedo pasar?

—¡Oh, claro! —en fin…

Cuando entro, Sigyn se encuentra preparando el desayuno para todos. La madre de Iris me mira fijamente, nunca hemos hablado después de todo lo sucedido, es una situación algo incómoda, la verdad.

—¿Dónde está Iris?

—Prefiere seguir dormida.

—Está gestando un Semidiós, es normal. Iré con Volkyr para ayudarla a vestirse.

¿Volkyr va a ayudar a vestirse a mí mujer? Quería gritar rotundamente NO, pero ante la presencia de la madre de Iris no quería montar ningún espectáculo.

💚𝑺𝒂𝒍𝒗𝒂𝒋𝒆 𝑨𝒎𝒂𝒛𝒐𝒏𝒂💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora