Las hermanas Iris y Aria acuden a la coronación del nuevo Rey de Asgard: Thor. Iris, conoce a alguien que pondrá toda su vida en jaque.
Descubre ésta corta pero bonita historia sobre el amor, la pasión y la familia.
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Tres días
Tres días son los que he pasado tras el cristal que me separa de él, no quiero comer ni dormir, sólo me importa que esté bien. Bruce dice que la energía del Teseracto lo ha dejado débil y que Thanos seguramente ha invadido parte de su subconsciente, aún no tienen claro el alcance del daño, el caso es que Loki aún no ha despertado.
—Iris... Tienes que descansar.
—Thor... No puedo moverme de aquí, me siento culpable.
—No digas eso, no es cierto. —pone una mano en mi hombro.
—¿Crees que despertará?
—Espero... Pero hazme un favor, come algo. Los chicos están en la cocina.
Thor tiene razón, hay momentos en los que me siento mareada y debería recargar pilas y darme una ducha.
—¿Habéis dejado algo para mí? —pregunto a los chicos siendo recibida por una sonrisa generalizada. Steve me observa cauto, estos días apenas hemos hablado, lo que sucedió en esa cámara...
—¡Claro, campeona! Ven. —dice Tony lanzando por la barra un delicioso sándwich.
—Gracias, Tony.
Devoro la comida ante la mirada de todos, pero es que realmente necesitaba reponer fuerzas.
—Voy a darme una ducha, necesito un poco de relax. —todos asienten. —Por favor, si despierta...
—Ve tranquila, te avisaré. —responde Steve, primera vez que me dirige la palabra.
—Gracias.
En la ducha cierro los ojos y sólo tengo imágenes de nosotros felices, su sonrisa, sus besos, sus historias... Lloro, lloro porque de la noche a la mañana todo se ha caído como un castillo de naipes. Me visto mientras recuerdo cómo me acariciaba en nuestros encuentros...
—Despierta por favor...
Salgo de la habitación directa a la cocina dispuesta a devorar comida, pero no hay nadie.
—¿Chicos?
Entra Steve a la cocina con ojos activos.
—Esta consciente. —tiemblan mis piernas, me apoyo en la barra de la cocina.
—¿Ha dicho algo? —pongo la mano en mi pecho.
—Mejor que vengas a verlo tú. —no me gusta nada su respuesta, voy junto a él hasta la sala, la vitrina lo mantiene separado del resto del equipo y mis zapatos advierten mi presencia.
Loki de repente se para, sonriendo gira su rostro hasta encontrarse con mi mirada que se encuentra impertérrita. Se hace un pasillo y ambos estamos conectados por nuestras intensas miradas.
