Las hermanas Iris y Aria acuden a la coronación del nuevo Rey de Asgard: Thor. Iris, conoce a alguien que pondrá toda su vida en jaque.
Descubre ésta corta pero bonita historia sobre el amor, la pasión y la familia.
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Realmente se ha hecho tarde, aunque aún queda sol, los rayos anaranjados entran en la habitación de Loki, el verde oscuro se intensifica resplandeciendo todo lo que da de sí. Abrazo la almohada, cierro los ojos y quiero imaginar que es él.
Toc, Toc.
—¿Sí?
—Alteza, soy yo. —Sigyn.
—Adelante.
Sus ojos claros asoman, su cara es más relajada y lo agradezco.
—Buenas tardes dormilona.
—Hola...
—No sé nada, si es lo que quieres que te responda.
Miro mis pies.
—Disculpa, no quería sonar tan extrema.
—No te preocupes, estás disculpada.
—¿Cómo ha ido la mañana? —pregunta mientras se sienta a mi lado.
—Bien, Aria tiene miedo.
—Eso no me suena a buena noticia, Iris.
—Sabe que si hace cualquier cosa que pueda perjudicarme, Loki vendrá a por ella.
—¿Qué más te ha dicho?
—Me quiere tener de "aliada" en Palacio. Cree que puedo controlar a Loki por si decide atacar Asgard. —recojo mi pelo mientras.
—En realidad es cierto. —sonrío.
—Lo echo de menos y acaba de marcharse.
—Lo sé, es duro para mí también. —nuestras miradas vuelven a cruzarse. —Es un alivio tener a alguien con quién poder hablar de estas cosas. Creo que si Frigga estuviera viva, serías su ojito derecho.
—No tuve demasiada relación con ella, pero las pocas veces que hablamos, siempre me demostró un cariño muy intenso.
—¿Sabes, Iris? No puedo entender como Aria es hermana tuya, no parece que llevéis la misma sangre.
—No sé muy bien qué responderte a eso, toda la vida la he pasado en la sombra de su perfección y ahora... Ahora no sé muy bien quién es.
—Las personas cambian. —asiento.
—La cena se servirá a las 21:00 horas, pasarán a recogerte.
—¿Tú dónde cenas?
—En la cocina, con el resto. —no me gusta nada eso, prefiero su compañía mil veces antes que la de mi hermana.
—¿Podemos saltarnos la cena?
—Podemos, pero no debemos. —arrugo la nariz y ella ríe.
