Hasta el fin

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POV IRIS

Nos quedamos solos, el silencio llena el espacio entre nosotros mientras nuestros ojos se encuentran en un intercambio de emociones que trasciende las palabras.

Loki se acerca lentamente, acaricia mi rostro con una ternura que me estremece hasta lo más profundo de mi ser. Sus dedos trazan suavemente los contornos de mi rostro, como si quisiera borrar las cicatrices invisibles que todo este tiempo ha dejado en mi piel.

—Has sido muy valiente —sus palabras resuenan cargadas de amor y admiración.

—Era mi hermana.

—Y por eso, más valiente aún —su abrazo es un refugio.

Juntos emprendemos el camino hacia Palacio, donde Aria es velada. El ambiente está cargado de un silencio pesado, como si el dolor y la pena se hubieran apoderado de cada rincón de la estancia.

Al entrar, el peso del dolor se hace casi tangible, envolviéndome en una neblina de tristeza y desolación. Mis pasos son lentos y pesados, cada uno marcado por la culpa y el remordimiento que amenazan con arrastrarme hacia abajo.

Pero sé que debo enfrentar este dolor, que debo confrontar mis demonios internos y encontrar la paz que tanto anhelo. Con la mano de Loki entrelazada con la mía, avanzo hacia el lugar donde reposa Aria.

—Déjame con ella, por favor.

Espero unos segundos hasta quedarme sola.

—Hermana… —suspiro, se me parte el alma. —Sé que el miedo a perderlo todo te ha llevado a esto. Sé que en el fondo amabas a tu familia y a tu pueblo, pero la oscuridad te ganó. —me pongo de rodillas ante ella. —Solo pido tu perdón, solo pido que las Valkirias te acompañen al Valhalla. Perdóname, Aria, perdóname. —las lágrimas acompañan mi lamento… —Te quiero, hermana; antes, ahora y siempre.

Nadie dice nada, sólo mi llanto acompaña la velada. Y, aunque hubiera preferido tener este momento en una intimidad absoluta, sé que estoy rodeada de gente que me quiere.

Me incorporo para tomar uno de sus mechones.

—Loki, préstame una de tus dagas, por favor. —Sigyn me mira algo compungida.

Corto el mechón, lo trenzo y lo guardo en un bolsillo de la falda. Al girarme todos me miran apenados.

—Nadie está a salvo de la magia oscura, mejor será que cada uno rece a los Dioses implorando la protección que necesitamos. —digo de forma determinante y voy hasta donde está Thor.

—Iris…

—Hola Thor, te acompaño en tu pérdida. Espero que algún día puedas perdonarme. —no puedo con la tensión y despacio pero sin mostrar debilidad salgo de la sala. Apoyada en el muro que da al jardín intento
serenarme.

—¿Estás bien, Princesa?

—Me cuesta respirar, esto es demasiado duro.

—Cualquiera lo diría, ahí dentro parecías toda una Reina. —sonríe.

—Soy la Princesa, alguien debería tomar las riendas de la situación.

—¡Ey! No te metas conmigo.

—Deberías ir con Thor, hay mucho que preparar.

—Te haré caso sólo si me sonríes.

—¡De verdad, eres increíble! No dejes a tu hermano solo.

—Te sigo queriendo igual. —dice mientras me hace un divertido gesto con la mano y aparecen a mí alrededor luces centelleantes.

—Yo también, Dios del Multiverso.

💚𝑺𝒂𝒍𝒗𝒂𝒋𝒆 𝑨𝒎𝒂𝒛𝒐𝒏𝒂💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora