La Desgracia

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Me despierto lentamente en la habitación de Loki, me aferro a la almohada mientras su perfume aún impregna el aire

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Me despierto lentamente en la habitación de Loki, me aferro a la almohada mientras su perfume aún impregna el aire. Un cálido cosquilleo recorre mi estómago, y con la voz cargada de cariño, susurro.

—Buenos días, amor. —aunque estoy segura de que Loki está a años luz, creo que me escucha. No hay respuesta, y la ausencia de su presencia me pesa.

Me siento agotada, una clara señal de los duros días que hemos vivido. Me visto con calma, eligiendo ropa cómoda. Mientras trenzo mi cabello, observo mi reflejo en el espejo. Mis mejillas están ligeramente sonrosadas, pero a pesar de todo el estrés, me veo hermosa.

Cuando estoy a punto de salir de la habitación, la puerta se abre de golpe y una Sigyn despeinada, vestida con la misma ropa de la noche anterior, entra precipitadamente. No puedo evitar soltar una risa contenida ante la escena, y Sigyn, avergonzada, oculta su rostro entre las manos.

—Lo siento, Alteza. —balbucea Sigyn.

Decido aprovechar la situación con un toque travieso.

—Te exijo detalles. —digo en tono conspirador. —o diré a todo Palacio que te has liado con el mejor amigo de la Princesa.

Sigyn se tensa ante mis palabras, pero mi risa franca y relajada llena la habitación, rompiendo cualquier tensión.

—Siéntate aquí. —le indico amablemente, señalando un lugar junto a mí en la cama. —y cuéntamelo todo.

El tiempo pasa volando, sin darnos cuenta la hora del desayuno ha pasado.

—Iris, te pido que no digas nada. ¡Ni a Loki! —eso me llama la atención.

—¿Y eso?

—No sé, Loki a pesar de no querer nada conmigo, siempre fue muy protector. ¿Y si le hace algo a Volkyr? —me río porque me veo reflejada en ella, las actuaciones de Loki a veces calan profundo.

—No te preocupes, estoy segura que se alegrará mucho por tí.

—¿En serio lo crees? —ella no es consciente de la sumisión hacia él que desprende.

—Lo creo. ¡Eres libre, Sigyn! Sé feliz, te lo mereces. Volkyr es un buen chico. —se sonroja.

—Sí lo es… Anoche… —arrugo la nariz, no sé si estoy preparada para esto.

—Te hizo sentir como una Reina. —asiente tímida. Nunca imaginé a Sigyn así.

—Fué maravilloso, Iris.

—Me alegro mucho por vosotros. Ahora debería ir a buscar a mi hermana, estoy segura que sus nervios están a flor de piel.

—¿Puedo ducharme aquí? No quiero que me vean así.

—Claro, ponte un vestido de los que tengo en el armario de Loki.

—¡Gracias, Iris!

—Luego te veo, descansa un poco.

💚𝑺𝒂𝒍𝒗𝒂𝒋𝒆 𝑨𝒎𝒂𝒛𝒐𝒏𝒂💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora