Tú eres el Valhalla🥴

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Con los primeros rayos de sol acariciando mi rostro, abro lentamente los ojos y descubro que me encuentro sobre el pecho de Loki

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Con los primeros rayos de sol acariciando mi rostro, abro lentamente los ojos y descubro que me encuentro sobre el pecho de Loki. Mi corazón se llena de felicidad al darme cuenta de que él está en su forma normal, aunque las marcas de su piel Jotun se mantienen visibles como testigos de su linaje divino.

Con una mezcla de asombro y admiración, acaricio suavemente su rostro, sintiendo la suavidad de su piel bajo mis dedos. Sus rasgos son perfectos, cada línea y cada detalle revelan la intensidad de su belleza.

El arroyo es un rincón de ensueño, donde la naturaleza parece haberse unido a nuestra historia de amor. Las aguas cristalinas fluyen con suavidad, reflejando el cielo matinal en un juego de colores vibrantes. Innumerables flores azules crecen y se entrelazan con gracia y belleza. Sus pétalos resplandecen bajo la luz del sol, brillando como pequeños tesoros que simbolizan nuestra conexión indisoluble. Cada una de estas flores representa un momento especial, un recuerdo compartido, y nuestro amor florece como ellas, radiante y eterno.

—Buenos días, Reina del Caos. —Sus ojos abiertos me miran con una mezcla de adoración y sensualidad.

—Buenos días, mi Rey. —un beso nos une más si es posible. Apoyada sobre el mullido césped, mis ojos repasan sus afiladas facciones. —Hoy luces muchísimo más bello que nunca, me gustaría saber cuál es el motivo. —sonrío idiota.

—La respuesta es sencilla: . —lo beso tierna pero acaloradamente.

—Entonces debes alejarte por un tiempo, no quiero que sigas siendo tan guapo. Hay una Jotun y una Doncella de Palacio que reclaman tu cuerpo. —paso mi lengua por su mandíbula haciéndole gruñir.

—Ya sabes que sólo te pertenezco a tí. —me devuelve el beso pasando su mano por mi cabello.

—Yo lo sé, lo importante es que no lo olvides tú. —levanta su mano dónde luce el anillo de nuestra boda.

—Jamás, soy dueño y a la vez esclavo de Iris Laufeyson. —sonrío algo siniestra. —Ya ríes como yo. —esta vez, es él quien sonríe siniestro.

—Me pediste que fuera más Laufeyson que nunca. —susurro en sus labios finos.

—Buena chica… —nos unimos en varios besos con estimulaciones en nuestros cuerpos, sabe hacerme arder, y por suerte, yo también sé hacerlo con él, por eso llevo la mano hacia mi palpitante placer y comienzo lo que será el principio de un estupendo orgasmo.

—Iris… Eres insaciable. —susurra mordisqueando mi cuello.

—Me has enseñado el límite de la pasión, ahora no me pidas que sea una recatada Reina; no soy mi hermana. —su risa juguetona me vuelve loca, es tan traviesa y a la vez llena de sensualidad que podría explotar de placer en este momento.

—Tu hermana es estúpida, pero no hables de ella. Mis pensamientos son sólo tuyos. —me vuelve a elevar con sus palabras y con suavidad se desliza hasta mis bajos dónde su lengua acaricia mi entrada. Como depredador se agacha cogiéndome de los muslos para tener más acceso, es un Dios, poco más hace falta para gritar su nombre mientras las contracciones acompañan mi placer. Entiendo perfectamente a todas las mujeres del Reino que han caído en su cama y no puedan dejar de suspirar por él, una vez lo pruebas… No quieres nada más.

💚𝑺𝒂𝒍𝒗𝒂𝒋𝒆 𝑨𝒎𝒂𝒛𝒐𝒏𝒂💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora