Capítulo 52: 21 de abril de 2023

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Capítulo 52

--Me reúno con viejos amigos--

"Si tú lo dices... Yo no sé si tengo de eso."

    La palabra "amigos" es muy grande para las personas con las que me encontraré hoy. Ayer por la noche se hizo un grupo entre varios exalumnos de mi curso para quedar a tomar algo después del funeral. ¿Esos son los viejos amigos? La predicción puede que esté un poco rota, entonces. La gente de mi instituto era un espanto. Unos se burlaban de mí, otros no merecían ningún respeto y otros, sin estar mal, tampoco me dejaron una gran marca.

    Lo primero que hago es ir al hospital a ver a Eric. Lydia todavía sigue conmigo, pero ya ha recogido sus cosas para volver a su casa después de eso. Su madre le manda mensajes del estilo "si te has echado novio me lo dices con toda confianza".

    Cuando llegamos a la habitación de Eric, nos encontramos una pequeña sorpresa.

    —¡Es Iris! —grita Lydia, olvidando que estamos en un hospital.

    Iris, nuestra amiga más callada y tímida del mercado, está sentada al lado de Eric y, además, le estaba sujetando de la mano en el momento en que hemos entrado.

    Recuerdo que Eric me dijo que Iris era su compañera para jugar online en Animal Crossing durante la etapa del confinamiento, pero no sabía que eran tan cercanos como para que venga al hospital a hacer manitas con él.

    —Yo ahora me tengo que ir —dice Iris con su característica sonrisa tranquila—. Nos vemos mañana si venís al mercado.

    Iris se despide de Eric moviendo la mano y luego se va mientras Lydia la sigue con la mirada y con la boca abierta.

    Cuando cierra la puerta, los dos miramos a Eric que, por su expresión, sabe lo que se le viene encima.

    —¡Tú! —dice Lydia señalando a Eric con el dedo acusador—. ¿Desde cuando eres tan amiguito de Iris? ¿Cómo es que nadie sabía nada de esto? —de golpe se gira hacia mí—. Tú no sabías nada, ¿no?

    —Nada de nada —imito a Lydia y apunto con el dedo acusador a Eric—. Te veo casi todos los días y no me has contado nunca nada.

    —Soy un poco reservado —dice Eric—, y me parece que Iris lo es todavía más.

    —Pero espera, espera... —dice Lydia—. ¿Estás saliendo con ella?

    —Pues... —Eric se lo piensa con calma, mirando al techo—. No, no diría que estamos saliendo. Pero nos llevamos muy bien. Hemos quedado algunas veces. Le gusta venir conmigo al Diamond Glass, y el otro día la invité a un restaurante que la impresionó bastante.

    —¡Estáis saliendo! —grita Lydia.

    —Es un buen momento para recordarte que estamos en un hospital —le digo dándole un pequeño codazo.

    —No estamos saliendo. Estoy cómodo con ella.

    —¿Y por qué te lo callas? —insiste ella.

    —Iris me dijo que no quería darle importancia. Creo que se olía que tú en particular te pondrías a gritar así.

    —Ah, muy bonito —se ofende Lydia—, como soy una persona muy expresiva, muy intensa y me preocupo un montón por las relaciones de todos mis amigos, ya no se me cuenta nada. Mañana en el mercado no se me va a escapar, la muy calladita...

    La conversación sobre la nueva pareja que ha surgido de la nada es entretenida, y me gustaría participar más, pero no tengo la energía ni los ánimos. Se me ocurre alguna pregunta ocurrente o alguna frase graciosa, pero no tengo fuerzas para decirlo en voz alta. Me pesa. No solo la muerte de mi profesor... Me pesa pensar que en parte ha sido mi culpa, por mucho que Lydia me intente convencer de lo contrario. Tenía la predicción y lo que hice fue evitar que me avisasen por llamada o por internet. Le doy vueltas a lo mismo una y otra vez.

El futuro tiene mi letraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora