Capítulo 150: 28 de julio de 2023

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Capítulo 150 

--Me despiden--

"¿Por qué? ¿Qué clase de cabo suelto dejé? ¿Me la ha jugado el Ignazi? Aunque es más probable que me pasase de listo, sin más."

    Aunque en teoría estaba preparado para lo de hoy, llego al trabajo con mucho miedo. Una cosa es que me despidan, y otra que me termine metiendo en problemas legales por culpa de todo esto. Además, lo que me da miedo de verdad es que, al final, Ignacio le haya conseguido dar la vuelta a la situación de una forma que no hayamos podido calcular.

    Cuando llego a la oficina, veo que en la puerta del despacho está un hombre con traje al que no había visto nunca.

    —Es de la central —me dice Eric cuando paso por su lado.

    —¿Ignacio no ha venido? —pregunto. Eric niega con la cabeza.

    El hombre de la central se acerca a mí.

    —Izan Robles, ¿verdad?

    Yo asiento. Tiene un aura muy seria esta persona, y no me salen ni las palabras.

    —Pasa al despacho, por favor.

    Dentro, en la silla del ahora exjefe, está sentada Victoria.

    Cierran la puerta y me siento en el mismo sitio en el que me senté ayer.

    El hombre de la central se queda de pie al lado de Victoria.

    —Lo primero, señor Robles —dice el hombre de la central—, es informarle de que Ignacio Villanueva, su anterior jefe, ya no trabaja con nosotros.

    Yo vuelvo a asentir.

    —Parece que usted tuvo mucho que ver con eso. Nos mandó usted la documentación comprometida.

    —Sí...

    —De acuerdo. Yo solo estaba aquí para informar a la señora León sobre sus nuevas competencias. Su primera tarea será hablar con usted sobre la situación de ayer.

    —Ah... Vale —digo.

    Victoria mira al hombre de la central.

    —¿Tiene que ser con usted delante?

    —Sí. Es un tema serio —dice el hombre.

    —Ya... Vale, vale —dice Victoria, y luego me mira a mí—. A ver, Izan. La central despidió a Ignacio por todo lo que salió, eso está claro... Pero no les gustó que les mandases eso.

    —¿Qué?

    —Que la central, por lo visto, no quiere que la gente se tome la justicia por su mano y hurgue en los ordenadores de los demás.

    —No son buenas praxis —añade el gilipollas de la central.

    —Pero en el caso de Ignacio era porque teníamos pruebas de antes —digo—. Por conflictos que hubo con empleados y con exempleados.

    —Ellos lo saben, y es lo que les he dicho —dice Victoria—, pero, por lo visto... Ya te tenían marcado como potencialmente conflictivo.

    —¿A mí? ¿Por qué?

    —Puede que sea porque Ignacio ha ido dando informes sobre ti... No me queda muy claro —dice Victoria, molesta con lo que está pasando.

    —Hemos recibido cada informe desfavorable, señor Robles —dice el de la central—, y no son pocos los incidentes en los que se ha visto involucrado. Peleas, algunas verbales, otras a puñetazos... También delegó su trabajo en otro compañero a raíz de una apuesta... Y, por supuesto, lo ocurrido ayer con el señor Villanueva. Por no hablar de otros incidentes menores como llegar tarde o no entregar a tiempo una campaña.

El futuro tiene mi letraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora