Capítulo 29: 29 de marzo de 2023

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Capítulo 29

--Pelea en el rellano del primero--

"¿El presidente y los alquilados? Igual me asomo."

    Al volver a casa después de un día monótono en el trabajo, decido quedarme agazapado en las escaleras que conectan el tercero con el segundo. Si hay una pelea en el rellano del primero, lo podré escuchar desde aquí y, cuando empiece la acción, haré como que estoy bajando de forma casual. Además, estoy en una posición perfecta para que tanto si sale cualquiera de los vecinos del segundo, como si sale mi profesor en el tercero, piensen que estoy subiendo o bajando.

    Uno podría pensar que soy triste, aburrido y no tengo nada mejor que hacer. Y hoy no lo puedo negar.

    Son las siete y media pasadas de la tarde, y por fin me parece escuchar una interacción entre el doctor Gabriel y los tres alquilados. Todavía no es una pelea, así que voy bajando poco a poco. No escucho bien como empieza, pero sí puedo notar como no tarda en escalar el tono.

    —Es que solo me lo dices a mí. ¿Por qué tienes tanta fijación conmigo? —dice la chica que vive con Aaron, que nunca recuerdo como se llama.

    —Eso es mentira, Gemma.

    Eso, Gemma. Parece que Gabriel y Gemma están discutiendo.

    —¿Te he hecho algo y no me acuerdo? ¿Es eso? —le grita Gemma, cada vez más nerviosa.

    —No me has hecho nada. No me pasa nada contigo, Gemma. Os lo podría haber dicho a cualquiera de los tres.

    —Pero es que siempre me lo dices a mí. No te atreves con estos dos.

    Aaron y el otro están detrás de ella callados.

    —¡Se lo digo al primero que me encuentre! —es raro ver al presidente gritar—. Perdón...

    —¡Y una mierda al primero que te encuentras! Mira, mira eh Gabriel... ¡Mira! Me tienes harta ya. A mí lo del doctor bueno y amigo de todos ya no me convence, la verdad.

    —No necesito convencerte de nada, no tengo problema con eso. Solo quiero que respetes los horarios. No quiero tener que llamar a la policía, pero estoy harto de avisar siempre de lo mismo.

    Por lo que estoy entendiendo, los tres alquilados deben de hacer mucho ruido por las noches, y al doctor Gabriel no le viene nada bien eso para dormir las horas necesarias para luego madrugar. Se lo debe de haber dicho varias veces, no ha querido llamar a la policía... Hasta ahí todo bien. Pero parece que o Gemma tiene algo personal contra Gabriel, o Gabriel lo tiene contra Gemma, y que eso no tiene nada que ver con los ruidos.

    Los otros dos también intervienen.

    —Si os tenéis ganas, el presi vive solo y seguro que tiene una buena... Cama —dice Aaron mirando a su compañera, que le devuelve la mirada con cara de odio—. No sé, chica, yo solo aconsejo.

    —Puede ser una bonita forma de liberar las tensiones... —dice el otro—. Pero si el sexo no os interesa, hay cosas más allá —dice mirando a Aaron, el cuál le hace un gesto que se podría interpretar como que no era consciente de ese hecho—. Lo importante es que todo lo que hay dentro salga y las cosas queden claras. Nadie quiere tener este mal karma.

    —No entiendo vuestros mundos... —dice Gabriel, desesperado—. ¿Intentaréis hacer menos ruido por las noches o no?

    —Me gustaría decir que haremos lo que pides —dice el compañero de Gemma y Aaron—, pero con estos dos, estará muy difícil...

    —Que sí, presi —añade Aaron—, pero es que tú también nos metes mucha caña, ¿no?

    Gemma no contesta, solo da media vuelta y se mete en su casa. Bueno, en la de mi tío, que es el dueño.

    —Perdónala, presi —dice Aaron—, está un poco alterada por... Bueno, cosas, tampoco vamos a ponernos ahora a contarnos las vidas, ¿no?

    —No... No creo que Gabriel quiera eso —dice el otro.

    Gabriel solo mira callado hacia donde se ha ido Gemma. Luego niega con la cabeza con los ojos cerrados y entra de nuevo en su casa.

    —Al buen cotilleo, ¿no, Izan? —me dice Aaron mirando hacia la parte de las escaleras donde he estado agazapado.

    —Tú harías lo mismo —le digo.

    —Por supuesto. No me escondo. Tu vecino en cambio sí —dice guiñando el ojo y señalando más arriba en las escaleras. Mi profesor Rafael baja con una bolsa de basura.

    —Oye, que yo solo estoy tirando la basura —dice mi profesor—. Además, con esos gritos, como para no asomarse.

    Al decir eso, se gira hacia mí con una mirada cómplice, y los dos nos reímos en silencio. Acompaño a mi profesor a tirar la basura.

    —La verdad es que Gabriel ya lleva tiempo nervioso con esos inquilinos. O como mínimo con esa chica. ¿No lo notaste en la reunión de vecinos de la semana pasada?

    —No mucho. ¿Puede que un poco? Me fijo muy bien en algunas cosas, pero fatal en otras.

    —No sé, igual ha pasado algo, o igual no se soportan, sin más. Hay gente destinada a llevarse mal incluso aunque interactúen poco, ¿no crees?. Seguro que te pasa con alguien.

    La imagen de Hugo mirándome mal desde su escritorio aparece al instante en mi cabeza.

    —Sí, algo hay por ahí...

    —Lo peor es cuando esas cosas se mezclan con tensión sexual.

    —No por favor —intento borrar la imagen de Hugo de mi cabeza con la mayor contundencia posible—. ¿Crees que pasa eso entre Gabriel y Gemma?

    —Quien sabe. Pero ella es jovencita, ¿no? —mi profesor se rasca la barbilla—. Gabriel le debe de sacar más de diez años.

    —No tengo ni idea. Soy malísimo con las edades.

    —En fin, Izan. Mejor que cada mochuelo vuelva a su olivo y que no pensemos en cosas así, que luego se envenena nuestra percepción sobre los vecinos y no queremos eso.

    —Eso. Que bastante tengo con los de abajo. Los LuLu.

    —¿Los llamas Los Lulu?

    —Lucía y Lucas. Los LuLu.

    Mi profesor Rafael se ríe como suele hacer él, en silencio y dándome algún golpe en el hombro. Luego se despide de mí al subir al ascensor.

    Con lo tranquila que era esta comunidad y se tiene que poner intensa cuando yo consigo un calendario mágico que me tiene en vilo todos los días... De verdad, qué mal todo. 

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El Twitter de Izan durante el día de hoy: https://twitter.com/IzanSecreto/status/1641095552048807941

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