Capítulo 15
--Mi profesor me da un buen consejo--
"Qué suerte que el mejor profesor que se podría tener sea mi vecino."
Hoy está siendo otro día terrible en el trabajo. Desde que Ignacio descubrió lo que pasó con Elías, y desde que Hugo está en pie de guerra, el ambiente es asfixiante. Voy todos los días con el estómago encogido, las horas se hacen mucho más largas y tengo que estar alerta todo el tiempo. Por si todo eso no fuera suficiente, hoy he cometido un gran error en una de las campañas que tenía que entregar.
—Izan, ¿has estado pendiente de tu propio trabajo? —me pregunta Victoria.
—¿Qué?
—Ya veo que no. Escucha, mira esto.
Victoria toma el control del ratón de mi ordenador y se dedica a abrir documentos sin mi permiso. Tampoco me atrevería a detenerla.
—¿Lo ves? —yo asiento, pero lo debo hacer de forma poco rotunda, porque me llama la atención una segunda vez—. ¡Izan! ¿Lo ves o no?
—Veo los documentos, pero no veo el problema.
Ella se queda callada mientras yo examino lo que pretende mostrar. Tras unos pocos segundos, creo ver el problema y, tras verificarlo, noto una sensación de vértigo y vacío dentro de mí.
—Mierda...
—Exacto —sentencia ella.
La campaña que estamos realizando esta semana requiere que yo le haga un documento detallado y comparativo al departamento que dirige Victoria para que puedan contrastar los datos de la manera más precisa posible. Muchos números que indican la situación de los diferentes campos de búsqueda de internet y demás tecnicismos. El problema de estos documentos es que, si te equivocas en una sola cosa, se genera un efecto bola de nieve que hace que todo lo hecho por los demás departamentos no tenga ningún tipo de valor, salvo que se den cuenta a tiempo. Victoria se ha dado cuenta después de invertir casi media hora en hacer su parte con mis números erróneos, así que ese tiempo que han perdido en su departamento es culpa de mi negligencia.
—¿Te ha pasado alguna vez más?
—He cometido algún error pequeño otras veces, pero creo que este es el peor...
—Creo que estás distraído estos días, pero tendrás que priorizar en tu mente que estas cosas no te pasen. Revisa una y otra vez. Ni se te ocurra entrar en piloto automático mientras haces este tipo de documentos, o toda la campaña se viene abajo.
—Sí... Lo siento...
—Ahora tienes que arreglarlo rápido. Mi departamento se tomará un descanso de diez minutos. Para cuando volvamos, tiene que estar hecho. ¿Me has oído?
—Sí, lo siento mucho.
Creo que diez minutos es demasiado ajustado para hacer esto, pero no puedo quejarme después de semejante patinada.
Veo de reojo que Hugo me mira y niega con la cabeza, como si se pudiera permitir mostrar decepción al ver mis errores. Es un asqueroso, pero no tengo energía ni tiempo para enfrentarme a él.
Después de casi veinte minutos, consigo terminar todos los números correctos y los reviso una y otra vez. Victoria se me acerca por detrás, me pasa la mano por el hombro y se acerca a mi oído.
—Tranquilo, Ignacio no se ha enterado de esto —me dice en voz baja.
—¿No lo sabrá? —le pregunto, susurrando también.
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El futuro tiene mi letra
FantastiqueImagínate la siguiente situación: 1 de marzo de 2023. Te despiertas un día como cualquier otro y te encuentras en la puerta de tu casa la hoja de un calendario. El calendario es del mes de marzo de 2023, mes que empieza justo el día en que te encuen...