Capítulo 120
--Nora salva a Flora--
"Ahora resulta que será la heroína del edificio."
Ya he comenzado las vacaciones de forma anticipada. Eso sí, tengo un volumen de faena que me hace dudar mucho si me han tomado el pelo.
Intento dedicar toda la mañana a avanzar la faena, pero no me puedo concentrar. Solo espero a que Flora necesite ser salvada por Nora para ver qué es lo que pasa. Mi cabeza solo piensa en eso, así que he perdido más de cinco horas delante de mi ordenador y he avanzado lo que en la oficina hubiese hecho en poco más de media hora. Una mañana redonda.
Por la tarde doy vueltas como un idiota por el rellano, el portal y la acera de mi edificio, para ver si encuentro ya la escena. Con eso pierdo otras dos horas en las que me siento estúpido del todo.
Me encuentro con Aaron, que sale de su casa.
—Te veo perdido, Izan.
—Bueno, sí... Me he agobiado de tanto trabajar en casa y he salido a dar una vuelta —por decir algo.
—Ya, es lo que tiene. ¡Oye! Que me quedé de piedra cuando supe que Nora era tu ex. ¡Que sepas que me lo dijo ya después de acostarnos! Pero vamos, que hubiese aceptado igual, porque ese día me pilló con una necesidad que para qué te voy a contar...
—No te preocupes. No siento nada por ella —miento—, los dos sois libres.
—Bueno, ya, pero aún así entiendo que joda. O sea, entiendo que hay gente a la que le jode, porque yo no entiendo que os joda. Los celos y eso, digo. Que no los entiendo.
—¿Nunca te has enamorado?
—Pobre Izan... Esas palabras te hacen parecer tan inocente que me vienen ganas de comerte. ¡Ah! Y hablando de eso, lo de la oferta sigue en pie. Tu ex no lo dudó, así que tú puedes hacer lo mismo.
—Bueno, en principio no estoy muy interesado, pero ya se verá...
—Que sepas que yo soy el único de los tres que dirá que sí un cien por ciento de las veces más o menos. Pero porque estoy más salido que los otros dos, vaya.
—Ah, bueno... Gracias por la información...
—¡Va! Un día como hoy es un día perfecto para explorar tus límites sexuales. Es el orgullo, lo sabes, ¿no? —asiento, pero me quedo sin más respuestas. Le iba a decir algo tipo "otro año a lo mejor, que ahora estoy muy liado", pero me he imaginado diciendo eso de una forma muy ridícula—. ¡Bueno! Ya me callo, que te estoy agobiando. Madre mía, hoy también tengo día de estar salido. A ver si coincido con Pol o Gemma en la necesidad, aunque ya los tengo muy vistos, pero mejor eso que nada, ¿verdad que sí? ¡Bueno! Ya me callo.
Mientras se debate sobre si se calla de una vez o no, vemos a Flora corriendo escaleras abajo hasta salir del edificio. Lucía la persigue.
—¡¿Pero qué haces niñata?! —grita Lucía.
—¡Déjame! —grita Flora.
—¡No puedo más con esta niña! —grita la madre al tiempo que alcanza a su hija.
—¡No, para!
Lucía tira del pelo a Flora, y sus gritos son desgarradores. Ante eso, Aaron y yo corremos para detener a Lucía, pero Nora aparece de la nada y se nos adelanta.
Nora sujeta del brazo a Lucía hasta que ésta suelta a Flora. Creo que Lucía quiere decir algo del estilo "¿qué te crees que haces?", pero Nora se adelanta y le pega un puñetazo en la boca y una patada en el estómago.
—¿Pero qué...? —digo yo.
—Me flipa... —dice Aaron.
Flora se aparta para llorar, y Nora se acerca a ella y le pone bien el pelo.
—Oye, Flora... Un pelo tan bonito no debería ser tratado así —le dice. Flora la mira con lágrimas en los ojos y la boca abierta—. Escucha... Que sepas que te entiendo. Mi familia también era así conmigo. En mi caso, mis abuelos... Pero no dejes que eso sea lo que te moldee, ¿vale? Con lo lista que eres, seguro que entiendes lo que quiero decir.
Flora no dice nada y se retira poco a poco para darnos la espalda y llorar "en privado". Lucía se levanta y se prepara para tirar del pelo a Nora en esta ocasión.
—Hay testigos, vecina... —dice Nora.
—¿Y? Han visto cómo me has agredido por la calle. ¡Me has hecho sangre en la boca, desquiciada!
—Oye, Lucía... Ahora que sé cómo tratas a tu hija, no te voy a quitar el ojo de encima —dice Nora, muy seria.
—Pero qué dices, loca... Es que te mato aquí mismo. Tú a mí no me conoces.
Lucía se abalanza contra Nora, pero ella le detiene los brazos. Aaron y yo corremos hacia ellas para separarlas. En mitad del forcejeo entre los cuatro, escuchamos una frase de Nora que hace que Lucía deje de moverse de golpe.
—Salvador Santalla te manda saludos...
Lucía se queda paralizada. Sin decir nada, se mueve hacia Flora y le dice con un tono seco, pero tranquilo, que suban para casa.
—¡Eh! —grita Aaron—. ¿La mandas a casa para seguir tirándole del pelo o qué?
—No, tranquilo —dice Nora desde detrás de Aaron—. Lucía no volverá a portarse mal. Por lo menos no tan mal como hoy. Sabe que no puede hacerlo.
Lucía mira con asco a todos los presentes y luego sube por las escaleras sin decir nada más. Flora sube con ella. Sigue llorando, pero cada vez menos.
—¿Qué ha sido todo esto...? —digo.
—Anda que... —dice Nora, acercando sus manos a mi mejilla y a la de Aaron—. Mis hombretones son unos lentos, ¿verdad? Pero mejor así. Tenía ganas de dejarle las cosas claras a esa persona desde hace tiempo.
Nora se va, triunfante, hacia su casa. Aaron y yo nos quedamos mirando cómo sube las escaleras, fascinados.
—Me fascina y me pone muchísimo la Nora... —dice Aaron.
—Sí, te entiendo... —digo, aunque me arrepiento de haberlo pensado, pero no lo puedo negar.
Ha sido intenso y difícil de procesar.
¿Qué opinará Flora de todo esto? Si ahora tanto los del primero como Flora adoran a Nora... No tendré muchos aliados con los que contar aquí dentro para recordarme a mí mismo que, en teoría, Nora es mala y tengo que evitarla.
Porque Nora es mala... ¿Verdad? ¿Por qué era? ¿Sigue siendo mala? ¿La estoy juzgando por cosas de hace mucho tiempo? Pues... Ahora mismo no estoy seguro.
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El futuro tiene mi letra
МистикаImagínate la siguiente situación: 1 de marzo de 2023. Te despiertas un día como cualquier otro y te encuentras en la puerta de tu casa la hoja de un calendario. El calendario es del mes de marzo de 2023, mes que empieza justo el día en que te encuen...