Capítulo 107: 15 de junio de 2023

6 1 7
                                    

Capítulo 107

--Flora se esconde en mi casa--

"Sabiendo esto, y como voy a alargar la baja un poco más, pasaré toda la mañana limpiando la casa para que parezca que es así de limpia incluso en las visitas inesperadas."

    Ya he decidido que no volveré al trabajo hasta el lunes. Lo único que me ha hecho dudar un poco es Eric, con quien tal vez tenga otra oportunidad para hablar. Pero, al mismo tiempo, me da miedo enfrentarme a él. Lo relaciono con lo que me pasó el lunes, y siento que me volverá a pasar. Ese es mi autodiagnóstico. Creo que tiene sentido.

    Paso toda la mañana limpiando, porque asumo que Flora llegará por la tarde y no en horario escolar.

    A las cinco y poco de la tarde suena el timbre de arriba. Pensaba que se escondería después de una pelea con su madre, pero no he escuchado nada.

    Al abrir la puerta, a quien me encuentro es a Lydia.

    —¿Sabes que hoy es el día mundial de la tapa española? En internet pone que es un día para dar a conocer las bondades de la gastronomía española. Algo así ponía.

    Ese es su saludo.

    —¿Has venido para decirme eso?

    —He venido a celebrar el día de la tapa. He traído unas tapas que he pedido que me traigan de vuelta al trabajo. El repartidor ya me estaba esperando en tu portal. Están recién hechas. Bueno, recién hechas no sé, pero sí recién traídas. ¿No te apetece? Sé que comes pronto, así que no es mala hora.

    —Tú no has venido solo por esto... Aunque nunca digo que no a la comida gratis.

    —¡También estaba preocupada! Como estuviste hace poco en el hospital y...

    —¡Ah! Ya sé por qué has venido —le digo con el dedo acusador, y ella sonríe nerviosa, mirando hacia los lados—. Has venido por la predicción de hoy. ¡Es la que te garantiza conocer a Flora!

    —¡Vale! ¡Me has descubierto! Pero las otras excusas también son verdad, que conste. Era un poco por todo.

    —Y mira que me lo podrías haber dicho directamente...

    —Bueno, sí. Pero es que existía una pequeña posibilidad de que me dijeras que no, porque no te pareciese adecuado en el contexto en que sus padres se acaban de separar o alguna tontería así.

    —Hombre, tanto como tontería... Dudo mucho que sea el mejor momento para conocerla. Estará triste y se refugiará aquí porque confía en mí, no en una desconocida.

    —¡Ya he pensado en ello! Lo que haré, gran vecino confiable Izan, es darle más confianza que la que tú le das. Le demostraré lo fantástica que soy. Y si por un casual no es tan lista como me has dicho y resulta que se sigue sintiendo incómoda conmigo, entonces me iré lo más rápido que pueda. ¿Te parece bien? ¿Tenemos un trato?

    —Bueno... Pero que esa última parte sea verdad, por favor.

    Esperamos comiendo las tapas que ha traído. Patatas bravas, tortilla de patatas, croquetas de jamón y unas rebanadas de pan con creo que es aguacate, gambas y una salsa que no sé qué es. Mayonesa con cosas, supongo. No me puedo quejar de esta parte de su plan, la verdad. Después de esto no creo que necesite cenar. Entre esto y el bocadillo de ayer, me estoy ahorrando un dinero quieras o no.

    Pasado un rato, empezamos a escuchar los gritos de Lucía contra su hija. Aunque los LuLu han cortado, no hay ninguna garantía de que Lucía se calme, por lo visto.

El futuro tiene mi letraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora