Imagínate la siguiente situación:
1 de marzo de 2023. Te despiertas un día como cualquier otro y te encuentras en la puerta de tu casa la hoja de un calendario. El calendario es del mes de marzo de 2023, mes que empieza justo el día en que te encuen...
Una de las cosas que destaco de hoy es que tengo algunos acercamientos más con Eric. Sigue distante y medio borde, pero... Noto que ya no se cierra tanto. Creo que, aunque cabezón, se siente algo culpable. No sé si por mi desmayo del otro día, o porque empieza a notar que su reacción es desproporcionada conmigo. Lo malo es que no hablamos de nada significativo. Pero me quedo con eso, el tono. Menos cerrado.
Al empezar la jornada, Alberto habla con todos los del departamento de campañas.
—¡Atención todos! Quiero decir que, desde esta oficina, y también desde la central, estamos muy orgullosos de lo que habéis hecho con el encargo del Yellow Day. Han salido campañas muy potentes y están dando resultados que, oh sí, amigos míos, están muy por encima de los números que estábamos barajando. Una palmadita en la espalda para cada uno de vosotros.
Está hablando en nombre de la oficina y de la empresa. En teoría, es Ignacio quien tendría que dar este discurso. El hecho de que hable incluso en nombre de la central, me hace pensar que los de arriba trajeron a Alberto para prepararlo como sucesor de Ignacio cuando estuvieran listos para sacárselo de encima.
—¡Pero! —continúa Alberto—. Amigos míos, aunque todos habéis hecho un trabajo excepcional, hay uno que ha sido el mejor. ¡Izan! Levántate, por favor.
—¿Qué...? —digo. Sabía que me alabaría a mí, pero no que lo haría delante de todos y que me tendría que levantar mientras todo el mundo me mira. Decir que eso me da ansiedad es quedarme muy corto.
—Levántate, amigo. No me sea tímido.
—Ah, sí... Voy —me levanto, me pongo al lado de Alberto y me pongo a saludar como un imbécil.
—¡Un aplauso para Izan! —y, en efecto, todos empiezan a aplaudir. Surrealista. Bueno, veo que ni Hugo ni Eric aplauden. Qué sorpresa—. Ha sacado adelante una campaña que ha hecho que se sientan identificadas muchas personas que buscan la necesidad de tener un auténtico Yellow Day en su vida. Esa necesidad de querer un día feliz en sus vidas de mierda. Espero que no sea porque estás en esa situación y necesitas un día feliz, Izan.
—Bueno... A mucha gente le pasa un poco eso, ¿no? —digo, con una humildad falsísima. La realidad es que sé que soy el más desgraciado de todos y por eso tengo esa facilidad para mostrar la desesperación por un día feliz.
—¡Pues por eso quiero darte un poco de felicidad con este reconocimiento público y este aplauso de tus compañeros! Apreciad a Izan, que no llama mucho la atención, pero es todo un talento para esta empresa.
El paripé termina pronto, y el resto del día es un día normal. Ignacio no ha salido de su despacho en todo el día más que para ir al baño o a por un café.
Otra diferencia es que Alberto me ha hablado algunas veces, solo para decir cosas irrelevantes, eso sí. Pero al menos ya sabe que existo, así que algo es algo.
La escena ha servido para que mucha gente entendiera que es sospechoso que hable en nombre de la central. Cada vez vienen con más fuerza los rumores de que Ignacio está acabado y de que Alberto lo está traicionando. También se comenta que casi seguro que Alberto será el que ocupe su lugar. Unos dicen que es por puro machismo, ya que Victoria estaba mejor preparada y no hacía falta. Otros dicen que es la solución lógica de la central si querían mandar a alguien de confianza que ya había trabajado para ellos. Lo cierto es que nadie tiene idea de nada.
Al volver a casa, me tumbo para leer el relato del zodíaco que ha salido hoy.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Puedes leer el relato de Cáncer aquí: https://www.wattpad.com/1354917759-doce-estrellas-relato-de-c%C3%A1ncer-canta-desde-el
Oye, mira... Bastante más sentimental que los tres anteriores. Este me hubiese venido genial en la época en que estaba tan bien con Abril, y no ahora, cuando Nora tiene toda esta presencia. De hecho, me odio, porque la imagen de esa chica en la playa, tan especial, tan romántica... Me he imaginado a Nora siendo esa chica. Me repugna ese pensamiento. ¿Por qué Nora? ¡No se parece en nada a la chica del relato! Y, si estoy imaginando una Nora que no existe, es que no estoy abrazando también su oscuridad, ¿verdad? Mi cabeza busca una Nora falsa, y eso no es lo que ella quiere. Y yo... ¡Yo no quiero nada!
Ni en los días más tranquilos me deja en paz. Ha plantado en mi cabeza alguna idea o algún sentimiento, y no me lo puedo quitar. Tengo menos de dos días para controlar mejor estos pensamientos intrusivos, o no sobreviviré cuando decida sincerarse conmigo. Conectaremos más si no me defiendo apropiadamente. Tengo que estar listo, ¿no?
No sé si estoy muy preparado para eso...
---------
El Twitter de Izan durante el día de hoy: https://twitter.com/IzanSecreto/status/1671589510726000663
---------
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
