Capítulo 109: 17 de junio de 2023

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Capítulo 109

--Mucha actividad en el mercado--

"Hay predicciones que no sé si son buenas o malas. Yo voy con todos los sensores activados, por si acaso."

    Hoy volvemos a estar todo el grupo al completo. Abril está más activa que cualquiera de los últimos días desde que empezaron los problemas con su familia. También está más cariñosa y se acerca mucho a mí. Intento corresponder. Quiero corresponder. Pero mi cabeza no funciona.

    Otra incorporación interesante al grupo es el novio de Serena. El mino regio. Se llama Andrés, pero para mí siempre será el mino regio. Es un chico tímido y sonriente, siempre detrás de ella, muy educado. Seguro que es bueno escuchando, lo cual es perfecto para Serena y sus monólogos sobre todo lo que no está bien en su vida.

    Nos sentamos todos en la cafetería de Julia. La parejita confirma que los dos están de acuerdo en seguir adelante con el embarazo de Serena.

    —¿Qué garantías tenemos de que no saldrás por patas? —le dice Lydia al mino regio, poniendo voz de mafiosa.

    —¡Lydia! No le asustes, pobrecito —dice Serena, y le acaricia la cabeza a su novio como si fuera un animalito.

    —Pero que conteste él —añade Anna, con los brazos cruzados y mirando muy seria—. No hables tú en su lugar, Serena, que nos conocemos.

    —Lo vais a asustar... —dice Iris, con una sonrisa incómoda.

    —Serena y yo hemos hablado mucho del tema —dice él, tímido, a un dedo de tartamudear su respuesta—. Nos complementamos muy bien y funciona. Claro, tenemos trabajo estable y estamos dispuestos a ser papás.

    —¿Entonces ganas bien de pasta? —pregunta Lydia, frotando su pulgar con su índice hacia arriba.

    —Bueno, tampoco es que gane muchísimo... Pero es estable.

    —Los dos tenemos pega fija, Lydia —añade Serena, y mira de reojo a Anna, que la mira seria porque al final no ha podido evitar hablar por su novio.

    —Necesitas saber, Andrés —dice Lydia—, que si la abandonas o no eres el padre que ella necesita para su hijo, yo y esa de ahí —señala a Anna— te perseguiremos allá donde te intentes esconder... Con fines sangrientos...

    —¡Pero qué onda! —exclama Serena.

    —Esa de ahí y yo —murmuro, pero creo que nadie me escucha.

    —Tiene razón —dice Anna, todavía con los brazos cruzados y la mirada fija—. Estás vigilado.

    La intención inicial de Lydia y de Anna, tal y como lo han hablado antes de sentarnos en la cafetería, era la de jugar a "poli bueno, poli malo" con Andrés. Pero al final se han hecho un lío y están jugando a "poli mafioso y poli madre severa".

    —A ver, qué pasa ahora... —dice Julia, que trae el pedido—. ¿Qué son esos gritos y esas amenazas?

    No es que Julia sea la dueña de la cafetería, pero siempre decimos que es la cafetería de Julia, porque los sábados por la mañana siempre está, y es la que siempre nos atiende. Es la única de las camareras que interactúa con nosotros ya que tiene más o menos nuestra edad, y a veces se une a la conversación. Casi siempre lo hace cuando estamos más agitados, diciendo "a ver, qué pasa ahora..."

    —¡Julia! ¡Diles algo! La Lydia y la Anna están acosando a mi pololo.

    —¡Pero chicas! ¿Por qué acosáis al novio de Serena?

El futuro tiene mi letraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora