Capítulo 49
--Lydia se autoinvita--
"Esto no es ninguna novedad. Pero viene bien el aviso, así tengo la compra hecha."
Eric no ha venido hoy. Hugo tampoco. Después de lo de ayer, me pregunto si lo han despedido. Elías sigue diciendo que no se fía de Hugo.
—Hazme caso, Izan. Si se queda en la calle, ese cabrón ya no tiene nada que hacer. Y si ya no tiene nada que perder, no hay motivos para que no se dedique a matar a quien él quiera. Que está muy loco, de verdad.
—Tenemos que enterarnos de si de verdad lo han despedido. Tú agarraste del cuello al jefe y aquí sigues. Mientras Hugo pague la impresora...
—Ya veremos, ya...
Al salir del trabajo, Lydia me está esperando en la puerta.
—¿Es para que no me pierda? Pensaba que me mandarías a otro, no sé, al matrimonio anciano que vive en mi edificio, por ejemplo.
Esperaba que Lydia se riera con eso, pero está cabizbaja.
—Izan... ¿Me puedo quedar a dormir en tu casa?
—Bueno, ayer hice la compra sabiendo que te ibas a autoinvitar, así que en principio no hay mucho problema —digo esperando una respuesta que no llega, por lo que continúo—. ¿Por qué quieres quedarte?
—¿No te lo imaginas?
—Por la predicción de mañana...
—Sí. Lo he estado pensando. Yo sigo pensando que soy la que se muere, ¿vale? Pero hay una manera de minimizar las posibilidades...
—¡Y dale! Que tú no te vas a...
—¡Escúchame! Por favor, escúchame. Es solo para que me quede más tranquila, ¿vale? Será solo hoy y mañana, y para mí es importante. Mira, en la predicción pone que te informan de la muerte. Recalco lo de que te informan.
—Ya. Yo también pensé en eso.
—Sí, ¿verdad? Si yo estoy pegada a ti todo el día, no te pueden informar. ¡Me matarían delante de ti! Nadie te informaría de nada.
—Ese escenario ya lo contemplé. Si quieres lo hacemos, porque no tenemos nada mejor, pero no es perfecto tampoco. Mañana estaremos separados toda la mañana en el trabajo. Puede ocurrir a la ida, a la vuelta o durante el trabajo.
—¡Es mejor eso que sufrir todo el día!
El resto del martes es rutinario. Lydia se instala, me ayuda con las tareas de la casa, hablamos un poco de las predicciones...
Hasta que poco antes de la hora de dormir, recibo un mensaje en el móvil por parte de los padres de Eric.
—¿Qué pasa? —pregunta Lydia—. Se te ha quedado la cara blanca.
—La madre de Eric me acaba de escribir... —intento leerlo más de una vez para asimilarlo—. Dice que esta mañana lo han ingresado y que lo tienen en observación.
—¡¿Han ingresado a Eric?! ¿Qué ha pasado?
—No me lo dicen... Me ha dicho en qué hospital está, pero no saben si podrá recibir visitas mañana.
—¿Eric no ha ido hoy al trabajo?
—Ni hoy, ni ayer. Pero me dijo que no me preocupase...
Me he paralizado. No me lo creo. No puede ser que pase esto el día antes de la peor predicción de todo el calendario. Eric tampoco aparece en el resto de las predicciones del mes. Puede ser cualquiera menos Abril y Estrella, pero no puedo aceptar que sean Eric o Lydia. No puede ser, no me lo voy a creer. El final de mes será feliz, ¿no? No puede ser uno de mis dos amigos más cercanos. No lo acepto.
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El futuro tiene mi letra
FantastiqueImagínate la siguiente situación: 1 de marzo de 2023. Te despiertas un día como cualquier otro y te encuentras en la puerta de tu casa la hoja de un calendario. El calendario es del mes de marzo de 2023, mes que empieza justo el día en que te encuen...