Capítulo 122: 30 de junio de 2023

6 1 9
                                        

Capítulo 122 

--Me doy asco--

"Quiero que se marche. No quiero que se marche."

    Nora se acaba de despertar. Yo no he dormido en toda la noche.

    Se levanta sin decirme nada. Está muy seria. Pensaba que sonreiría triunfal.

    —¿Cómo has dormido? —pregunta, mientras se pone la camiseta.

    —No he dormido.

    —Ya veo.

    Vuelve el silencio incómodo. ¿También se da asco a sí misma? Porque yo sí, me doy asco.

    —Nora... No quiero que volvamos. No sé qué me pasó ayer, pero no puedo...

    —Ayer no pensabas lo mismo.

    —Ayer no sé ni lo que pensaba. Volví por un momento a uno de nuestros pocos momentos felices.

    —Ya.

    —Pero lo he pensado toda la noche... Y no creo que sea capaz de volver contigo.

    —Después de follar, ya lo ves todo con otros ojos, ¿no?

    —¿Qué? ¡No! Sabes que no es por eso. Sabes los problemas que tengo contigo...

    —No te preocupes. No pienso eso, pero por las cosas que estabas diciendo, no me he podido resistir.

    —Ah... Lo siento, no sé ni lo que digo.

    Se pone de pie y se gira hacia mí. Todavía no se ha terminado de vestir.

    —¿No quieres que me quede?

    —Será mejor que no. Quiero que vuelvas a tu promesa de no entrar más en mi casa, por favor.

    —Claro. No será ningún problema.

    Se acerca al bolso que llevó durante todo el día y rebusca entre sus cosas.

    —¿Seguro que no será ningún problema? —pregunto.

    —Sí —sigue rebuscando—, porque el día cuatro me marcho del edificio. No me tendrás más de vecina. Serás libre.

    —¿Qué...?

    Nora saca por fin lo que estaba buscando en su bolso. Es un sobre del cual saca una hoja de papel.

    —Sí. Yo solo tenía que venir aquí para cumplir mi cometido —pone la hoja sobre mi cama—. Mi cometido con el calendario del mes de junio.

    —¿Qué acabas de decir...?

    Mi cerebro tarda en procesarlo, tanto lo que ha dicho, como lo que tengo delante de mis ojos. Pero lo veo con claridad: Nora acaba de poner sobre mi cama el calendario de julio.

    No puedo respirar.

    Miro la hoja esperando a que mi cerebro se ponga en orden y deje de imaginarse cosas, pero es que la hoja sigue ahí. Repaso lo que me acaba de decir Nora, pero lo ha dicho. Ha mencionado el calendario de junio.

    —Perdona... —digo, con la voz medio afónica y seca—. ¿Puedes explicarme qué me estás queriendo decir?

    Nora se acerca hacia mí, gateando por la cama, y pone su mano en mi mejilla. Está sonriendo.

    —¿Qué es lo que no entiendes, Izan? Mi pobre Izan... Yo solo he sido tu vecina durante todo el mes porque el calendario quería que lo fuera. Pero ahora el calendario dice que me voy el cuatro de julio. Empiezan nuevas aventuras para ti, Izan, lejos de mí, como tú querías.

El futuro tiene mi letraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora